El amor no se ruega, no se mendiga
Existen tres elementos fundamentales para que exista el amor: pasión, intimidad y compromiso.
La gente vive obsesionada con “controlar” el amor. El amor es un sentimiento espontáneo y para el cual “se necesitan dos”. Mi consulta está llena de gente que desea que la “amen por la mala” o que se queden con ella o con él, por un papel, por dinero, por el tiempo que le “dieron” de su vida a esa persona, por los hijos, por “el que dirán”, etc. Desear eso, forzar eso, solo acarrea infelicidad a todos los que viven bajo ese techo.
Debemos estar listos para saber que las relaciones se acaban. Tenemos que estar atentos a nuestras relaciones y no dar por sentado que durarán toda la vida porque así lo dijo el cura el día de la boda. El amor es un milagro, es una rosa delicada que debemos proteger y cuidar. Los sentimientos son muy engañosos, por lo que hay que estar atentos a ellos y respetarlos. El amor nace, muere, acaba. Como se necesitan dos, a veces no se acaba al mismo tiempo o no todos están preparados para ser abandonados, sustituidos o traicionados.
Por eso los psicólogos seguimos insistiendo en que el primer romance que todos debemos tener es con nosotros mismos. Una persona que no se ame a sí misma, una persona que da más de lo que recibe, una persona “que corre tras otra” pero la otra no corre tras ella… ¡está fea para la foto! Estas situaciones traen serios dolores y conflictos a la larga. Ahí entran a colaborar nuestros amigos.
Ese amigo que vale oro molido. Te apoya, te secunda, te escucha… pero es honesto y te dice la verdad, sin criticarte, sin ponerte contra la pared, sin juzgarte. Te envía el mensaje una y otra vez, con mucho amor y está ahí para que tu apoyes tu cabeza en su hombro. ¡Eso es un amigo!
La amistad y el amor son primos hermanos, amor verdadero es un amigo íntimo al que deseamos, o sea, existen tres elementos fundamentales para que exista el amor: pasión, intimidad y compromiso. Si una de esas cosas fallan, andamos cojos y vienen los problemas. No podemos forzar lo que no sentimos, no podemos obligar a otro a quedarse, no podemos poner todos los huevos en la misma canasta… porque si se rompe la canasta nos quedamos sin huevos.
Nuestra vida debe estar llena de cosas significativas, cosas que compartir con quien nos ama, cosas que nos den el “soporte necesario” cuando quien nos ama se vaya, se enamore de otro, etc.
Hay un último punto muy interesante: ser honesto y sentirnos orgullosos de nuestros hechos, esa es la base de la salud mental. Si realmente amamos a alguien, iremos por encima de nuestras mezquindades, querremos lo mejor para esa persona… o debemos revisarnos.
Recuerden mi frase favorita: para que el amor funcione, amarse no es suficiente. Debemos estar profundamente enamorados para casarnos, pero también necesitamos intimidad, justicia relacional, reciprocidad y madurez.