Cansados de esperar, una comunidad decide construir su propio parque

Las áreas verdes serán construidas en base a las necesidades de la comunidad latina que vive en las zonas.

La Fundación Primavera se comprometió a recaudar $1.5 millones para plantar 6,000 árboles de sombra y finalmente construir un parque que responda a las necesidades de la comunidad.

La Fundación Primavera se comprometió a recaudar $1.5 millones para plantar 6,000 árboles de sombra y finalmente construir un parque que responda a las necesidades de la comunidad.  Crédito: Fundación Primavera

En una mañana de primavera, Alonzo Morado mira a través de un lote baldío, en forma de triángulo. La propiedad está vacía, es solo una extensión plana de tierra y rocas, pero Morado puede imaginar el futuro: residentes del sur de Tucson sentados bajo la sombra de los árboles. Niños riéndose en un parque infantil y regateando en una cancha de baloncesto. Familias refrescándose en una fuente de agua.

Después de casi dos décadas de espera y demoras burocráticas, esa visión finalmente se está manifestando. Morado, quien es el coordinador de participación comunitaria de la Fundación Primavera, dice que está programado que el terreno estéril se convierta en el único parque público accesible para toda la ciudad del South Tucson.

La ciudad de South Tucson es conocida como “el pueblo dentro de una ciudad”, un área de 1,2 millas cuadradas rodeada por la ciudad mucho más grande y rica de Tucson. Décadas sin inversión y una crisis hipotecaria han plagado a la comunidad de más de 5,600 residentes, y ahora las grandes tiendas y las viviendas para estudiantes están teniendo una inflación progresiva, amenazando con marginar aún más e incluso desplazar a los residentes.

Si bien la ciudad de South Tucson, con más de medio millón de residentes, está llena de parques, fuentes de agua y carriles para bicicletas, no hay espacios verdes de este tipo en Sur Tucson, donde, según el gobierno de la ciudad, el 84 por ciento de los residentes son latinos y el 51 por ciento vive por debajo de la línea de la pobreza. En los brutales días de verano, no hay lugares públicos con sombra para reunirse, ni siquiera una sola piscina pública.

Para usar los parques construidos por la ciudad, los residentes deben ir al Ayuntamiento y solicitar una llave. (Suministrada)

No es ningún secreto que los espacios verdes apoyan la salud de la comunidad de muchas maneras. Un parque ofrece oportunidades para hacer ejercicio, y la vegetación reduce la contaminación del aire y el ruido. La adición de árboles puede disminuir la temperatura del suelo, una característica importante aquí en el desierto, donde los días de verano generalmente superan los 110 grados.

La comunidad ha esperado por mucho tiempo un parque, pero Morado dice que los múltiples esfuerzos equivocados o estancados de la ciudad y del condado, dejaron a los residentes con la duda de que tal espacio se materialice.

La ciudad de South Tucson instaló dos “parques de bolsillo” [parques pequeños accesibles al público general], con una cancha de baloncesto y coloridos equipos de juego, pero casi siempre están vacíos, y por una buena razón. Los parques están cerrados detrás de una puerta de acero que mide unos 20 pies de altura. Para usar los parques de bolsillo, los residentes deben ir al Ayuntamiento y solicitar una llave.

“Es inaccesible” dice Morado. “Nadie se va a tomar el tiempo para ir a obtener una llave”. Él ha pedido repetidamente a la ciudad que desbloquee los parques durante las horas del día para que puedan usarlos, pero los funcionarios de la ciudad se han negado, citando la falta de recursos.

En 2004, el Condado de Pima aprobó un bono de reinversión en la comunidad para financiar proyectos de vecindarios, incluido un parque en South Tucson. Pero mientras que la mayoría de esos proyectos en todo el condado ya están terminados, el parque South Tucson permanece sin completarse.

“Somos el último paso”, dice Morado, aunque elogia el trabajo reciente del condado por pavimentar una antigua línea de ferrocarril, creando un carril para bicicletas que se conecta a un circuito de 130 millas alrededor de la ciudad de Tucson.

Cansada de esperar a que los funcionarios construyeran un parque público funcional, la comunidad decidió enfrentar el problema y “tomó al toro por los cuernos”. Con la orientación de un arquitecto paisajista, la Fundación Primavera organizó una serie de reuniones en el vecindario para que los residentes contribuyeran al diseño del parque. Los residentes de edad avanzada expresaron que desean un lugar con sombra para sentarse y un espacio verde propio. Los estudiantes abogaron por un parque de saltos de BMX, baños públicos y una fuente de agua potable.

Ahora, la Fundación Primavera se compromete a recaudar $ 1.5 millones para plantar 6,000 árboles de sombra y finalmente construir un parque basado en las necesidades expresadas de los residentes del sur de Tucson.

Morado está de pie a un lado del futuro parque y hace un gesto mirando el área que hoy está llena de maleza de primavera. Hace unos meses, arrojó allí puñados de semillas de flores silvestres, y está esperando ansiosamente a que crezcan. Las semillas reflejan su esperanza para el proyecto y para la mayor revitalización de South Tucson. Se imagina pequeñas empresas vibrantes, mejor salud, calles más seguras y una voz comunitaria más fuerte.

El sol golpea el terreno vacío, y el sonido de la carretera es un rugido bajo e incesante.

“Esperamos que este espacio verde genere todo lo demás”, dice Morado.

*Debbie Weingarten es una escritora independiente radicada en Tucson, Arizona. Síguela en Twitter @cactuswrenwrite.

En esta nota

Arizona Comunidad parque
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain