Una inmigrante conecta a Los Chargers de Los Ángeles con la comunidad

Ha sido una activista por los derechos de los inmigrantes y la comunidad LGBT; y ha trabajado por más de dos décadas con políticos

Liliana Pérez, confiesa que nunca pensó que trabajaría  para un equipo de la NFL.   . / foto: Aurelia Ventura.

Liliana Pérez, confiesa que nunca pensó que trabajaría para un equipo de la NFL. . / foto: Aurelia Ventura. Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinión

Cuando Liliana Pérez recuerda el momento en que fue contratada por Los Chargers de Los Ángeles, la emoción la apresa, sus ojos se enrojecen y las lágrimas salen sin que pueda evitarlo.

“Jamás de los jamases me imaginé que iba a trabajar para un equipo de la NFL. Era inimaginable”, dice con sentimiento.

Desde hace dos meses, Liliana es la primera latina en ser directora de relaciones culturales del equipo de fútbol americano Los Chargers de Los Ángeles.

Liliana Perez dijo estar muy contenta del puesto que hoy ocupa. / foto: Aurelia Ventura.

Se trata de un puesto nuevo, abierto a partir de que Los Chargers se mudaron a Los Ángeles.

“Mi trabajo consiste en acercar el equipo a la comunidad y a sus líderes”, explica.

Liliana es una inmigrante nacida en Guadalajara, México. Junto con su madre María Elena Pérez Draeger entraron con visa de turistas al país en 1971. Cuando se venció el permiso de permanencia en EE UU, se quedaron como indocumentadas.

“Yo tenía como un año y medio o dos años de edad cuando venimos. Mi mami era una madre soltera”, recuerda.

Liliana creció en el barrio de Pico Unión de Los Ángeles, que de ser un sector predominantemente blanco pasó a convertirse en la morada de los inmigrantes de Centroamérica que venían huyendo de la Guerra Civil de sus países.

Liliana Pérez, feliz por la oportunidad de trabajar para los Chargers como su enlace con la comunidad angelina. (Foto suministrada).

Su primer empleo en el que duró un año fue como trabajadora doméstica para una familia en el barrio Encino de Los Ángeles, donde solo le pagaban 25 dólares a la semana y le daban un cuarto para que durmiera.

Al tiempo que iba a la Universidad Estatal de California en Northridge, se hizo activista para el Movimiento Estudiantil Chicanos de Aztlán (MECHA), el grupo Mujeres de Aztlán, Students againsts Apartheid y la comunidad LGBT.

En la lucha por sobrevivir y ayudar a otros, tenía dos o tres empleos al mismo tiempo. Uno que definitivamente cambió su destino fue como organizadora de los talleres de ciudadanía para el fondo educativo de NALEO (la Asociación Nacional de Latinos Electos y Designados). 

“Conocí a una Suzanne Manriquez, mi mentora actual, quien  trabajaba para el entonces asambleísta Antonio Villaraigosa y directamente le pedí trabajo”, dice.

El primer empleo que consiguió en el mundo de la política fue en 1995 cuando fue contratada para llevarle a Villaraigosa su agenda y ser su asistente.

“Fui parte del equipo que organizó su primera visita oficial a México y la primera reunión con el maestro Carlos Monsiváis. Además ayudé con la logística y el avance a la visita oficial a Los Pinos, la que era la residencia oficial de los presidentes mexicanos”, dice.

Liliana Perez porta con mucho orgulloso la camiseta de Los Chargers Los Angeles. (Aurelia Ventura/ La Opinión)

Pero eso, solo era el comienzo.

También trabajó brevemente para el Sindicato United Way of Greater Los Ángeles; y renunció para irse a apoyar a Villaraigosa en su primera campaña como candidato a la Alcaldía de Los Ángeles. En 2001, fue directora de los voluntarios y proyectos especiales para su campaña.

Después trabajó como vocera en español para el exgobernador de California Gray Davis en Los Ángeles. A partir de entonces, ha colaborado con los más importantes líderes de la política estatal.

He trabajado en el equipo de la presidencia de la Asamblea en Los Ángeles para varios de sus líderes como Antonio Villaraigosa, Fabián Núñez, Karen Bass, John Pérez, Toni Atkins y Anthony Rendón”, dice.

Cuando apenas tenía seis meses en el cargo de subdirectora de protocolo de la Asamblea Estatal en Los Ángeles, recibió una llamada del jefe de personal de Los Chargers de Los Ángeles,  Fred Maas para invitarle a unirse a su equipo.

“Me dijo que me habían recomendado mucho. Yo todavía le dije que debía pensarlo. La verdad que tenía 24 años trabajando en la política y no era una decisión fácil”, dice.

Además tenía a su madre, delicada de salud con un aneurisma, Alzheimer y cuidados de hospicio.

“Analicé bien las cosas y pensé que no debía usar a mi mamá como una excusa para no superarme. Así que acepté la oportunidad de formar parte de Los Chargers”, cuenta.

Le llena de alegría recordar ese momento. “Había personas añorando ese puesto con licenciaturas, dos o tres maestrías. Yo me salí de la universidad, un año antes de terminar mi carrera”, reconoce con humildad.

Liliana Perez, Chargers Los Angeles es la primera latina en ocupar el puesto de reciente creación como directora de Asuntos Culturales. (Aurelia Ventura/ La Opinión)

Sin embargo, Liliana considera que fue seleccionada porque Los Chargers de Los Ángeles buscaban alguien que pudiera tener una conexión estrecha, auténtica y real con las diferentes comunidades.

“Yo conozco a todos los políticos, a los líderes, a la diversidad de grupos de Los Ángeles no solo a los latinos. Me he ganado la confianza de la comunidad por mis hechos y colaboración a través de los años”, asegura.

Liliana trabaja para integrar estrategias que ayuden a Los Chargers de Los Ángeles a que los angelinos sientan que el equipo es suyo.

A pesar de que Los Chargers tiene poco de que se mudaron de San Diego a Los Ángeles, son el número uno entre la fanaticada de la comunidad latina. “El 43% de los fans son latinos”, dice.

Los Chargers se reubicaron a su lugar de nacimiento Los Ángeles en 2017, y han jugado temporalmente, compartiendo estadio con el equipo de fútbol soccer LA Galaxy. A partir del 2020 compartirán estadio con el equipo de fútbol americano de Los Rams en Inglewood, Los Angeles Stadium en Hollywood Park.

Liliana dice que si algo la caracteriza, es ser atrevida y valiente. “Ninguno de mis días de trabajo con Los Chargers son iguales. Siempre estoy haciendo algo para ver cómo conectamos con los diferentes grupos”, dice esa inmigrante mexicana a quien no le queda duda que trabajar con Los Chargers es un sueño.

 

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