ICE detiene a adolescente latino y su escuela se organiza para protegerlo en Connecticut
El joven de 18 años fue arrestado después de un accidente de tránsito
Mario Aguilar, alumno guatemalteco de una escuela secundaria en Connecticut, fue detenido por la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE), lo que ha desatado diversas manifestaciones de solidaridad y apoyo no sólo para evitar su deportación, sino también para que no se atrase en sus clases.
El respaldo comenzó en septiembre, cuando el director de la escuela secundaria Wilbur Cross, en New Haven, hizo un anuncio inusual a través del sistema de megafonía diciendo que ICE había detenido a un estudiante.
“Todos estaban preocupados y preguntaban”, recordó a Pix11 Sandy Martínez-Paz, una alumna de 17 años. “Queríamos saber quién era”.
Más tarde, los estudiantes se enteraron de que Aguilar, un joven de 18 años que se matriculó en la escuela el año pasado, había sido arrestado por ICE en un tribunal cercano donde fue acusado después de un accidente de tráfico.
Casos como esos están sucediendo con frecuencia en todo el país y muchas veces pasan inadvertidos, pero no aquí. La escuela, donde muchos todavía estaban conociendo a Mario, comenzó a luchar para traerlo de regreso y se mantiene en pie a tres meses de su detención.
Los maestros agrupan la tarea para enviársela a Mario a su lugar de detención de ICE, con la esperanza de que su no se quede atrás ni se sienta olvidado. También junto a los alumnos han escrito cartas presionando para su liberación, y se han presentado para apoyarlo en la corte.
Los alumnos diseñaron carteles de protesta de “Free Mario” (Mario libre) en la imprenta de la escuela. Pusieron su cara en calcomanías y las vendieron para recaudar dinero y ayudarlo.
Ahora los partidarios de Mario en la comunidad escolar se están preparando para otra manifestación, mientras esperan la decisión de un juez de inmigración en su caso de asilo esta semana, sin inmutarse por el hecho de que hasta ahora sus esfuerzos no han influido en las autoridades.
Muchos sienten que los peligros de no hacer nada son demasiado grandes. Piensan que si Mario es deportado a Guatemala, un país del que huyó a los 16 años, sería una sentencia de muerte. Y si no lo defienden, temen que nadie lo haga.