Trabajadores de costura imploran justicia en el centro de Los Áangeles

Miles de empleados luchan contra la explotación en las fábricas que se encuentran entre los rascacielos que simbolizan a la segunda ciudad más importante de EEUU.

Daisy González y Alejandro Sánchez, organizadores de Centro de Trabajadores de Costura, hablan con dos costureras. (Iliana Salguero)

Daisy González y Alejandro Sánchez, organizadores de Centro de Trabajadores de Costura, hablan con dos costureras. (Iliana Salguero)  Crédito: Impremedia

Entre los iluminados rascacielos, populares restaurantes y discotecas de moda, el centro de la ciudad de Los Ángeles esconde un oscuro secreto.

Al menos 45,000 empleados de la industria de la costura laboran en deplorables condiciones y reciben pagos que distan mucho de cumplir con el salario mínimo.

“Los costureros están trabajando en condiciones peligrosas en fábricas sucias con animales como cucarachas y ratas; y además les pagan menos del salario mínimo”, explica Alejandro Sánchez, organizador de miembros del Centro de Trabajadores de Costura.

Esta institución lleva más de 20 años luchando por los derechos de los costureros.

En una mesa blanca de este centro de ayuda hay dos mujeres sentadas tomando té, por miedo a perder su empleo o que haya repercusiones en su contra pidieron que no se revele su identidad y por eso, las llamaremos Blanca y Rosa.

Las trabajadoras prefirieron mantenerse en el anonimato por temor a represalias. (Iliana Salguero)

“Yo trabajo en una máquina que es de una aguja, hacemos ropa para mujeres”, dice Blanca, una madre veracruzana de 44 años, que ha dedicado la mitad de su vida a este oficio. “Trabajo más de 50 horas a la semana, de lunes a sábado, el sueldo por semana es como de $200, y cuando me va muy bien, muy bien son $280”.

Las dos mujeres coinciden en que tienen días en los que ganan sólo 20 dólares por una jornada que inicia a las 8:00 de la mañana y termina a las 6:00 de la tarde.

Al cuestionarlas sobre si han puesto una queja con sus superiores por los bajos salarios y los problemas de salubridad del lugar, ambas coincidieron en que es una industria en la que se aprovechan de la necesidad de las personas por trabajar y donde no se respetan sus derechos humanos.

“Cuando uno va a la oficina (a quejarse) ya te tienen en la mira como problemática y a la siguiente te vas”, comenta Rosa, originaria de Guatemala y madre de tres hijos.

El Centro de Trabajadores de Costura llevan luchando por los costureros por más de 20 años. (Iliana Salguero)

Blanca y Rosa trabajan en un lugar que emplea a unos 45 costureros, que ponen en riesgo su salud por la plaga de insectos y roedores que hay en la locación.

“Hay unas empleadas que no toman agua para no ir al baño en la fábrica, porque el baño está muy sucio, es un baño para muchos empleados y no lo limpian”, explica Sánchez.

“Si dejo una botella de agua en mi lugar de trabajo, porque se me olvida, el siguiente día está mordida por los ratones y me moja toda la ropa (fabricada)”, apunta Rosa.

La raíz del problema

Daisy González, Organizadora Principal de Miembros del Centro de Trabajadores de Costura, explica que el problema nace con las marcas- algunas muy populares- que compran las prendas que estas mujeres elaboran por unos cuantos centavos.

“Aquí nos enfocamos mucho en las marcas, porque sabemos que el problema comienza desde arriba”, comenta. “Hace como tres años comenzamos una campaña contra la compañía de Ross, ya que nosotros apoyamos a los costureros con sus casos de robo de salario y vimos muchos casos donde la gente estaba produciendo para Ross, entonces nos pusimos de acuerdo con el Departamento Laboral de Estados Unidos y ellos hicieron un estudio para ver de dónde comenzaba el problema y vieron que comienza desde arriba, porque las marcas no pagan suficiente para diseñar la ropa y no baja suficiente dinero para pagar el salario mínimo a los trabajadores”.

Un negocio redondo

Iniciar una acción legal contra estos empleadores no es fácil, primero porque los trabajadores tienen miedo de perder su única fuente de ingresos y, además, los propietarios de estas fábricas saben cómo evitar cumplir con sus obligaciones con los obreros.

“Las marcas cuando un trabajador va a abrir un caso para reclamar su sueldo han dicho que no tienen la culpa, que los que tienen la culpa son los dueños de las fábricas, ellos dicen ‘yo compró un producto ya terminado”, comenta González.

Respuesta de ROSS donde se deslinda de los abusos a los empleados. (Iliana Salguero)

De esa forma, las populares compañías de ropa se deslindan de su responsabilidad, sin embargo, las fábricas también encuentran la forma de evadir las acusaciones.

“Todas las fábricas de costura operan igual y si les ponemos presión de un día para otro pueden cerrar, si los trabajadores empiezan a quejarse mucho, cierran y se cambian de nombre o cierran y se mueven a otro lugar”, afirma Sánchez.

“Si un trabajador pone un reclamo con el comisionado laboral, muchas veces cierran la fábrica en lugar de aparecer en el caso, pagar o llegar a un acuerdo con el trabajador”, agrega González.

Luz al final del camino

El Centro de Trabajadores de Costura es una luz de esperanza para los costureros, ya que su misión es educarlos y ayudarlos para que conozcan y defiendan sus derechos.

“Llegamos a este centro por un volante y nos ha ayudado para saber nuestros derechos, que los trabajadores de la costura tenemos derechos y nos ha apoyado para saber más”, asegura Blanca.

El principal objetivo del Centro de Trabajadores de Costura es buscar un cambio que permita optimizar las condiciones laborales de miles de personas y ayudarlos a que conozcan sus derechos.

“Nosotros peleamos por esos cambios para los trabajadores de la costura, pedimos que se elimine el pago por pieza y se empiece a pagar por hora”, dice Sánchez, quien confía que más costureros se acercarán a la institución para pedir apoyo.

“Mucho de nuestro trabajo es que las leyes estén fuertes y que los trabajadores se organicen para que las marcas cambien su sistema de producción. Las puertas del centro están abiertas y necesitamos tener unión para hacer cambios”, concluye González.

Centro de Trabajadores de Costura

1250 S Los Angeles St. #213, Los Angeles, CA 90015

(213) 748-5866

Es Bueno saber que…

Esta institución imparte clínicas a los costureros para conozcan sus derechos laborales y ofrecen ayuda para exigir a los empleadores que cumplan con adeudos.

45,000

Empleados de la costura sufren injusticias laborales en Los Ángeles

  $200

Es el salario promedio que recibe una costurera por trabajar unas 54 horas semanales

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#Trabajo Abuso Laboral explotación
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