Veteranos deportados recibirán ayuda por videoconferencia

El condado de San Diego aprueba una propuesta para colocar equipo en Tijuana y asistir a los exmilitares enviados a México

Se espera que la oficina de videoconferencias se instale en ‘El Bunker’ en Tijuana. / fotos: Manuel Ocaño.

Se espera que la oficina de videoconferencias se instale en ‘El Bunker’ en Tijuana. / fotos: Manuel Ocaño.  Crédito: Impremedia

El gobierno del condado de San Diego instalará próximamente en Tijuana, México, un servicio de conexión para ayudar mediante videoconferencias a veteranos deportados a tramitar beneficios que les corresponden por servir a las fuerzas armadas, aunque la idea despierta un debate entre exmilitares.

“Es la primera vez que los veteranos deportados tendrán ayuda de empleados del condado para agilizar sus trámites ante la Administración de Veteranos (VA)”, dijo a La Opinión Héctor Barajas, un veterano que fue deportado pero que logró volver a EEUU y ahora es activista.

El Consejo de Supervisores del condado de San Diego aprobó por unanimidad la propuesta Vet Connect, del regidor Nathan Fletcher.

El sistema de asistencia a veteranos mediante videoconferencias con personal entrenado del condado ya funcionaba en San Diego en algunas bibliotecas públicas.

No obstante, es la primera vez que se autoriza instalar un sistema similar fuera del sur de California —y de hecho fuera del país.

El proyecto consiste en un desembolso inicial de 27,000 dólares para equipos de cómputo e instalación y luego un costo de 4,000 dólares anuales para mantenimiento y conexión a Internet.
De acuerdo con Barajas, “es una demanda que habían hecho los veteranos deportados desde 1996”.

En los últimos 20 meses, es un representante de los veteranos deportados ante la VA quien cruza la frontera una vez al mes para llevar los trámites de varios es militares deportados que viven principalmente en Tijuana y en menor número en Rosarito, Tecate y Ensenada. En Mexicali solo hay dos.

La diferencia con Vet Connect, dice Barajas “es que ahora van a hablar directamente con empleados del condado, que se dedican a hacer esos trámites para los veteranos”.

Las computadoras se instalarán en la Casa Para Veteranos Deportados que fundó Barajas en Tijuana, popularmente conocida como “El Bunker”. Barajas, quien ahora vive en Los Ángeles, dijo desconocer aún cuándo instalarán el sistema.

Fletcher ha sido un defensor de los veteranos deportados. En abril de 2017 consiguió que el exgobernador de California, Jerry Brown, concediera perdón por las faltas estatales que habían cometido Barajas y otros dos veteranos deportados con lo que, al carecer de antecedentes criminales, pudieron regresar a Estados Unidos.

Se necesita más

Sin embargo no todos los veteranos están de acuerdo con el proyecto de conexión transfronteriza.

Héctor López, dirigente de Veteranos Deportados Unificados, que tiene una oficina cerca de la garita peatonal de El Chaparral, cuestionó que “ahora los veteranos ya no van a El Bunker, ya no queda ninguno ahí”.

López dijo que además de los trámites “que ya nos hace eficientemente el abogado que cruza a vernos”, los veteranos tienen mucha necesidad de ayuda práctica.

“Por ejemplo es urgente que crucen [la frontera desde Estados Unidos] para que nos ayuden a atender a muchos veteranos que después de ser deportados viven alcoholizados o drogados en las calles de Tijuana”, explica.

Héctor López es dirigente de Veteranos Deportados Unificados.
Raúl Herrera fue deportado tras servir 4 años en el Ejército de EEUU.

Lamenta que algunos de esos exmilitares “regresaron de la guerra con estrés post traumático y problemas psicológicos, y fue por eso que cometieron errores por los que fueron deportados y terminaron aquí”.

Dice que muchos de esos veteranos, por sufrir estrés relacionado con movilizaciones, tendrían beneficios de parte de VA, pero son incapaces de solicitar ayuda y necesitan que alguien más los apoye.

Raúl Herrera, un veterano deportado que sirvió cuatro años en el Ejército cerca de Sacramento, fue deportado a Tijuana hace 10 años y platica a La Opinión que la etapa más difícil que vivió fue cuando hace un par de años sufrió de una inflamación lateral en el corazón.

“Todo el cuerpo se me hinchó, me dolía todo, pensaba que me iba a morir”, cuenta.

Por no tener ningún apoyo de parte de la VA, unos veteranos lo llevaron a un hospital y consiguieron que lo atendieran con ayuda del Seguro Popular, un sistema de salud para personas de bajos recursos que está por desaparecer.

“Por ejemplo, en ese caso, a mí no me sirve platicar en conferencia con alguien en San Diego, porque lo que me urgía era que me hospitalizaran y aunque me dicen que tengo beneficios, no me van a dejar pasar a que le hospitalice la VA”, platica Herrera.

López considera que más que un sistema de teleconferencias “lo que necesitamos es que alguien nos ayude a regresar… Si ya peleamos por nuestro país y esto nos lo reconocen en este mismo día, también podrían reconocer que tenemos que volver”.

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