“La victoria más grande fue mi libertad”: Orlando Hernández recuerda su escape de Cuba para llegar a los Yankees
A más de 22 años de su deserción, “El Duque” revivió aquel momento decisivo en su vida en la Navidad de 1997
Han pasado más de dos décadas desde que Orlando Hernández desertó de Cuba en aquella Navidad de 1997, en lo que no solo fue una apuesta de supervivencia, también significó su mayor reto como pitcher para probarse que podía ser competitivo en el mejor béisbol del mundo a los 32 años de edad.
Pero su proceso de reinvención no comenzó ese día, 24 meses antes, ‘El Duque’ fue marginado del béisbol luego de que su medio hermano Liván Hernández se habría fugado de la isla, situación que lo puso en el centro de la sospecha.
En Cuba, Orlando lo había ganado todo, títulos con los Industriales de La Habana y logros internacionales con su selección nacional, incluida una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, pero ante la salida de Liván, se había convertido en un enemigo de la patria.
“Yo estaba ahogado en Cuba, me tenían arrinconado, me pedían identificación en el patio de mi casa, era una señal fuerte de que no había más espacio para mí, hablé con los que se iban, me decidí salir y mirar hacia adelante y tomé la decisión”, recordó Hernández en entrevista por Instagram Live con el periodista Yancen Pujols.
Alejado de los diamantes, Hernández se desempeñaba como técnico en ergoterapia en el Hospital Psiquiátrico de La Habana hasta que llegó el día marcado para emprender la huída en altamar.
“Llegamos a un cayo que está en la cercanías de Cuba que pertenece a las Bahamas, puesto que nos tendrían que recoger de 12 a 15 millas, nunca llegaron quienes nos tenían que recoger, decidimos seguir hacia adelante, y estuvimos cuatro días en un cayo, gracias a Dios un barco americano nos recoge y nos lleva presos a las Bahamas y ahí conseguimos las visas para salir rumbo a Costa Rica”, relató.
Así había comenzado su segunda oportunidad que fue recompensada con creces al jugar con los Yankees de Nueva York después de más de dos años de inactividad, ganar cuatro títulos de Serie Mundial (tres con los Yankees y uno con los White Sox) y afianzar una trayectoria ligamayorista de nueve temporadas; sin embargo, esa Navidad de 1997 obtuvo el mayor de sus triunfos.
“La victoria más grande de mi vida ha sido la libertad cuando salí de Cuba”, aseguró.
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