Jalisco, polémico por el confinamiento radical, sortea al Covid-19

El gobernador Enrique Alfaro fue de los primeros en ordenar el aislamiento obligatorio en el país

Ruth Barrera, una estudiante de la Universidad de Guadalajara, se siente confundida sobre la información de su entorno sobre el Covid-19.

Ruth Barrera, una estudiante de la Universidad de Guadalajara, se siente confundida sobre la información de su entorno sobre el Covid-19. Crédito: Ruth Barrera | Cortesía

MÉXICO – El video de un hombre acosado por policías del estado de Jalisco se hizo viral y conmovió a tal grado que el multigalardonado cineasta Guillermo del Toro metió su cuchara desde lejos, vía twitter.

No sólo porque el cariño y cercanía que guarda con su tierra natal sino porque se trata de dos agentes que atormentan a un civil por no usar cubrebocas cuando éste sólo había ido a comprar comida en medio de las duras medidas de contención que impuso el gobierno local  para enfrentar al coronavirus.

“Este es un hombre en medio de una pandemia, no un criminal”, estalló el ganador del premio Oscar en 2018 por la película La forma del agua.

Este reproche del famoso marcó así un antes y un después en la política publica jalisciense que busca una diferencia que lo distinga de las políticas federales más relajadas en el polémico debate nacional sobre si obligar o no a la población a “quedarse en casa”.

—Yo sólo estoy haciendo mi trabajo — contraargumentó el policía del municipio de Tala al verse filmado por un comerciante que después subiría el video a las redes sociales, donde lo observó Guillermo del Toro. En la filmación se ve a un uniformado corpulento esposar al hombre por no usar cubrebocas, una prenda obligatoria en la entidad desde mediados de marzo pasado.

El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, ha pregonado desde que llegó el COVID-19 a México una serie de acciones tajantes y obligatorias para la población civil. Dijo que en su entidad no pasaría lo mismo que Estados Unidos, España e Italia, donde, al apostar por la economía, sacrificaron la salud y luego se quedaron sin nada.

Así que prometió una bolsa de alrededor de $50 millones de dólares para micro y pequeños empresarios y otros grupos vulnerables; equipo especial como reactivos para pruebas, medicinas, material de curación, suministros e instrumentos para realizar tareas de salubridad e higiene e insumos para garantizar una correcta operación de los equipos médicos.

Luego canceló eventos masivos como medida de aislamiento social, algunos de ellos importantes como el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (a donde anualmente acude Del Toro), Talent Land, el Preolímpico de Fútbol, conciertos, partidos y las clases de 2.4 millones de estudiantes a los que mandó a casa a trabajar en línea.

Al principio era un plan voluntario. Arrancó el 20 de marzo. Una semana antes que se declarara un plan a nivel nacional, pero un mes después, el 18 de abril dijo que las medidas serían obligatorias porque la gente estaba relajada según el registro de movilidad medida por aplicaciones como waze, google y otras mediciones de la Universidad de Guadalajara.

Así inició el lío de la mascarilla: bajo la amenaza de 36 horas en prisión si el incauto desenmascarado se ponía violento por el llamado de atención de la autoridad o la suspensión de negocios no esenciales si insistían en abrir los bares, restaurantes, casinos…

“Así se abrió la puerta a la extorsión”, afirmó Raúl Torres, un periodista de la ciudad de Guadalajara que ha observado la evolución de las medidas.

“El gobernador está compitiendo por demostrar que enfrenta mejor la pandemia que el gobierno federal o la Ciudad de México”.

La polémica

De un día para otro, Ruth Barrera, una estudiante de periodismo de 19 años, se vio en su casa con una familia confinada. El  papá no va a trabajar porque es mesero de un restaurante que cerró y sólo le dejaron el salario mínimo; la mamá es una ama de casa y el hermano trabaja en una tienda Coopel y es, en parte, quien ha salvado la economía de la familia.

Mientras sobrelleva la cuarentena con un mal servicio de internet que entorpece sus clases y tareas en línea, piensa en el estrés que le genera la falta de empatía de los profesores que les cargan la mano con tareas para sacar como puedan el semestre y piensa también en qué tanto valdrán la pena las medidas radiales del estado.

“Yo creo que son necesarias, pero creo que mucha gente no esta de acuerdo porque hay mucha información,  ya no se sabe qué creer y qué no y el gobierno no explica bien”, advierte.

Cada uno de los estados del país tiene por ley la responsabilidad de elegir las medidas a seguir ante la emergencia nacional contra el coronavirus. La población puede hacer poco frente a ellas salvo protestar cuando no están de acuerdo. Algunos jaliscienses como los vecinos de Ruth Barrera, lo hacen montado fiestas.

Pachangones que se escuchan varias calles a la redonda excepto en las estaciones de la policía. Al principio de la pandemia, los municipios difundieron varios teléfonos para reportar las reuniones masivas que pusieran en peligro la sanidad colectiva, pero Ruth Barrera y sus amigos han llamado desde diferentes entidades con el mismo resultado: nadie responde.

Otros, como los comerciantes del centro de Guadalajara, han salido a las calles en caravana para exigir la reapertura de sus negocios con el disgusto de que ellos venden lo mismo que las tiendas de autoservicio y, sin embargo, éstas operan mientras ellos siguen bloqueados por las autoridades

“Lo que ofrecemos es trabajar con las mismas medidas que trabaja un Walmart”, dijo Enrique Guerra, uno de los comerciantes a la prensa local.

El caso es que las políticas del gobierno de Jalisco tienen altibajos frente a la población. A ratos es duro, a ratos se relaja como ocurrió después de la protesta twittera de Del Toro a la que el gobernador Alfaro respondió por la misma vía con la promesa de “no tolerar abusos”.

“El problema es que el gobernador un día sale a regañar a la población porque sale a las calles y otro lo tolera, según le conviene”, advirtió el periodista local Raúl Torres. “Sin embargo, hay buenos resultados positivos que, de alguna manera, dicen que le va bien”.

El lado positivo de las medidas duras es que Jalisco hoy tiene segunda tasa más baja de contagios por cada cien mil habitantes en todo el país, sólo por debajo de Durango y lejos de los primeros lugares de la Ciudad de México Tabasco o Baja California. Esto a pesar de albergar a una de las principales metrópolis del país.

Las deudas, la reapertura

Después de dos meses de aislamiento social, el saldo económico cayó sobre los jaliscieses en forma de endeudamiento público. Primero fue por un préstamo “quirografario” por 50 millones de dólares que deberá pagar en un año a Banorte y Santander. Enrique Alfaro dijo que sería para, “tener liquidez” en tiempos de pandemia; luego, sumó otro tanteo “para reactivar la economía”.

Según la promesa oficial será para infraestructura pública para la educación, salud, cultura, deporte, asistencia social o cualquier servicio público como carreteras estatales, vialidades urbanas, drenaje, alcantarillado tratamiento o recuperación de agua…

Pero la medida no ha caído muy bien, según protestas de oposición, principalmente del partido Morena que apoyan estrategias como las del presidente Andrés Manuel López Obrador de sacar ese dinero de ahorros en gastos de la burocracia en lugar de sumar deuda al estado. “Ya es deasiado”, dicen.

En su periodo de gobierno que arrancó en 2018 acumuló ya alrededor de 682,000 millones de dólares.

De cualquier forma, a partir de junio los jaliscienses volverán a la reapertura gradualmente. Desde una “Fase cero”. Los negocios deberán cumplir con muchos requisitos tener un “distintivo” de reapertura para garantizar la sanidad por lo que se teme que será un proceso largo aún con distanciamiento social, con parques y deportivos cerrados.

Con la apertura de iglesias sólo para visitas individuales, sin misas, cultos o celebraciones de la palabra, sin eventos públicos o festividades patronales  con más de 50 personas; co las escuelas de todos los niveles académicos aún cerradas. Y, por supuesto, con el uso de cubrebocas obligatorio en espacios públicos.

En esta nota

Covid Jalisco México
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain