Incrementan casos del COVID-19 en áreas latinas y afroamericanas

Con la reapetura de negocios y con menos acceso a las pruebas del coronavirus en áreas marginadas, se espera que los contagios sigan aumentando en estas zonas.

Concejal Price visita un centro de pruebas COVID-19.

Concejal Price visita un centro de pruebas COVID-19. Crédito: Oficina de Current Price | Cortesía

Isabel Castro, de 54 años, reside en el sur de Los Ángeles y cuando comenzó el brote del coronavirus ella intentó mantenerse lo más segura posible para evitar el contagio.

Desde hace 10 años fue diagnosticada con problemas de riñón lo que la obliga a tomar diálisis tres veces por semana. Lo que ella no imaginaba es que en una de las visitas a su diálisis ella se infectaría del coronavirus COVID-19.

“Yo no se donde me infecté”, dijo Castro quien utilizaba el transporte público para ir a sus citas. “Solo un fin de semana empecé a sentir mucho sueño, cansancio y luego tuve diarrea. En la noche sudaba mucho”.

Dos semanas después de que comenzaron sus síntomas Castro fue enviada al hospital de emergencia después de que en la clínica de diálisis notaran que tenía temperatura alta. Ahí le confirmaron que tenía el coronavirus y la internaron por 11 días.

Una vez que salió del hospital fue enviada a un hotel para que no contagiara a un compañero con quien comparte su apartamento.

“A él le dijeron que también se hiciera la prueba… y luego le dieron los resultados que salió negativo”, indicó la residente de Los Ángeles.

Castro, quien es vendedora ambulante en el sur de Los Ángeles, dijo que nunca hubiera imaginado que ella sería parte de la estadística. Pese a que escuchaba en las noticias la gravedad de la enfermedad ella pensaba que al dejar de trabajar en las calles correría menos peligro.

“Cuando me diagnosticaron tenía mucho miedo porque pensaba, qué tal si me pongo más grave y yo todavía ayudo a mi mamá en México, yo le pago todas sus necesidades”, dijo Castro quien tiene seguro médico mediante Medi-Cal.

Por ahora, la también inmigrante ya esta en recuperación en su hogar. Ella solo espera que todo se solucione pronto para poder salir a vender y generar ingresos.

Isabel Castro estuvo internada 11 días tras ser diagnosticada con COVID-19. (Suministrada)

Pese a que el condado de Los Ángeles ha comenzado a reabrir los negocios no esenciales y lugares públicos, esto no significa que el contagio del coronavirus ha disminuido.

El Departamento de Salud Pública (DPH) del Condado de Los Ángeles confirmó este fin de semana más de 2,000 nuevos casos de infecciones y 48 nuevas muertes.

Hasta este lunes, el DPH tenía identificados 54,996 casos positivos de COVID-19 en todas las áreas del condado de Los Ángeles, y un total de 2,362  muertes.

Del total de fallecidos, el 40% eran de origen latino, según la entidad de salud. Lo que alarma a muchos es ver que los números más altos de contagios y muertes están ocurriendo en las áreas más pobres del condado como el sureste de Los Ángeles. Un análisis de LA Times reveló recientemente que en estas áreas se superan las 600 infecciones por cada 100,000 personas.

El doctor Efraín Talamantes, director del Instituto para la Equidad en Salud de AltaMed, dijo que la mayor preocupación ha sido que no hay suficiente acceso a las pruebas en las comunidades más pobres.

“Porque si tienes algunas pruebas, estas van a las personas que tienen más recursos. Así que inicialmente comenzamos a ver la tendencia. Hubo muchos más casos en Beverly Hills y en West LA”, dijo el doctor Talamantes, quien agregó que en ese momento no había estadísticas en áreas como el Este de LA, el Sur de LA, pero no por que no hubiera contagiados, simplemente no había donde la gente se pudiera hacer el examen del COVID-19.

Talamantes explicó que al estar en una zona sin centros para hacer el examen, no hay acceso a la prueba, así que las personas no saben que estan  infectadas, en consecuencia,  no se aíslan ni se protegen.

“Entonces contagias a tus colegas en el trabajo, a tu familia en el hogar, tienes estos brotes masivos que están sucediendo porque nadie sabe lo que está pasando; y cuando te das cuenta,  es demasiado tarde por la velocidad de propagación del virus es muy rápida”, dijo el doctor.

Uno de los lugares donde los examenes del COVID-19 son muy limitados es el distrito 9, mismo que cubre partes del sur de Los Ángeles donde vive Castro. Hasta el momento, solo el 4% de los más de 270,000 residentes han recibido una prueba del coronavirus.

No obstante, el concejal Curren Price Jr., quien representa este distrito, esta intentando lo posible por aumentar el acceso a las pruebas.

Su oficina ha creado una asociación con Central Neighborhood Health Foundation (CNHF) para ofrecer pruebas de COVID-19 comenzando desde la semana pasada.

“Nuestro plan es rotar el servicio con CNHF a diferentes ubicaciones en el Distrito 9. Esta semana, uniremos fuerzas con el Departamento de Bomberos para realizar pruebas en Figueroa Senior Housing. Esto incluye alrededor de 70 personas mayores y personal local”, dijo Angelina Valencia, portavoz del concejal Price Jr.

“El objetivo del concejal Price es llevar las pruebas a la mayor cantidad posible de instalaciones residenciales del Distrito. Hay aproximadamente 10 en el Distrito 9”, expresó.

Adicionalmente continúan realizando exámenes en tres locaciones del distrito 9, sin embargo, Valencia dijo que todavía hay muchas personas que temen hacerse la prueba.

“Debido a que muchas de nuestras familias tienen un estatus migratorio mixto, hay cierta resistencia para hacerse la prueba porque piensan que su información podría pasar a manos equivocadas o se considera una carga pública”, indicó Valencia. “Nuestra Oficina desarrolló esta guía de recursos con información específica para las comunidades de inmigrantes, haciéndoles saber que deben hacerse la prueba”.

Todavía queda mucho por hacer

Jennie Carreón, asistente del vicepresidente de participación cívica de AltaMed, dijo que ellos comenzaron las pruebas del coronavirus desde el 20 de marzo, incluso antes de que comenzara el condado o el estado a realizarlas ya que sabían que había una gran necesidad.

Inicialmente pensaron que recibirían apoyo del condado, la ciudad, el estado o el gobierno federal pero no fue así.

“El condado ha dicho repetidamente que no, la ciudad de Los Ángeles, uno de los mayores presupuestos, ha dicho que no”, dijo Carreón. “Pero continuamos con las pruebas porque, aunque esto es extremadamente costoso y difícil, tenemos la obligación moral de cuidar a los miembros de nuestra comunidad, especialmente a aquellos que no tienen acceso a la atención médica”.

Esto motivó a AltaMed a asociarse con municipios más pequeños como la ciudad de Vernon, Commerce, South Gate, West Covina y Pico Rivera quienes aceptaron apoyar en el financiamiento de los exámenes que beneficiarían a sus residentes.

Carreón dijo que hasta el momento tienen nueve localidades en los condados de Los Ángeles y Orange donde se llevan a diario hasta mil exámenes del COVID-19.

“Vemos que el virus está devastando cada vez más los vecindarios predominantemente latinos y afroamericanos con mayores niveles de pobreza”, dijo Carreón.

Esto se debe a que muchos de los residentes de estas áreas son considerados “trabajadores esenciales”,  quienes laboran en los supermercados, farmacias, fábricas, en la limpieza, restaurantes y otros negocios susceptibles al contagio.

El condado de Los Ángeles recientemente anunció que dejarán de proporcionar kits de prueba a organizaciones de atención médica como AltaMed, ya sea a mediados o finales de junio. La razón, supuestamente, es que hay un déficit de fondos y presupuestos.

Hasta el momento, AltaMed ha realizado más de 40,000 pruebas desde que comenzaron a y ha recibido alrededor de 25,000 kits del condado de Los Ángeles.

En respuesta, el DPH dijo en un comunicado que ahora que la cadena de suministro de pruebas ya no está restringida, el condado está trabajando para cambiar las pruebas a proveedores de atención médica establecidos, como AltaMed, que tienen la capacidad de brindar atención sin problemas a los pacientes que atienden.

“Los proveedores, como AltaMed, tienen la capacidad de obtener un reembolso por todos los costos relacionados con las pruebas, incluyendo a los pacientes sin seguro”, indicó un portavoz del DPH. “Se proporcionarán kits de prueba a los sitios de prueba financiados por el condado actuales, incluyendo los operados por AltaMed, al menos hasta finales de junio en este momento”.

El doctor Talamantes dijo que esta noticia es muy preocupante, sobretodo ahora que muchos lugares están reabriendo, dando paso a más aglomeraciones de personas.

“Deberíamos estar haciendo muchas más pruebas que antes y en realidad, vamos a comenzar a movernos en una dirección donde estaremos examinando menos”, dijo Talamantes.

El doctor aseguró que si las pruebas se detienen será más costoso para todos ya que se gastaría mucho más dinero cuando las personas lleguen a las salas de emergencias con condiciones graves.

“Y realmente no queremos gastar todo el dinero en hospitales cuando la gente muere, queremos evitar que mueran”, aseveró el doctor.

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