Padre nonagenario de EE.UU. da ciudadanía a hijo nacido en México
Ambos vivieron indocumentados hasta probar la nacionalidad estadounidense
Después de décadas de angustia en las que vivió indocumentado y hasta fue deportado, José Ángel Salas consiguió la ciudadanía estadounidense, que por derecho le correspondía, ya que su padre José Salas Ochoa nació en el estado de Nevada.
Con su pasaporte en mano, José Ángel nacido en Durango, México planea disfrutar el Día del Padre junto a su progenitor, quien hizo posible que pudiera dejar las sombras y obtener su ciudadanía a través del proceso N-600 del Servicio de Migración y Ciudadanía (USCIS).
Don José de 95 años, también vivió su propia historia de lucha para probar que era ciudadano estadounidense de nacimiento.
La ley de migración indica que los hijos de ciudadanos de los Estados Unidos pueden recibir la ciudadanía independientemente del lugar en donde nacieron, pero muchos no lo saben.
Esta historia de migración comenzó cuando José Salas nació en Carlin, Nevada el 9 de octubre de 1924. Sus padres Miguel y Micaela Salas habían llegado a Nevada en los años 20. Miguel encontró empleo como obrero del ferrocarril.
Pero cuando Miguel en un accidente laboral perdió uno de sus ojos, decidió regresar a Durango en 1930 con sus dos hijos mayores Leandro de seis años y José de cuatro, nacidos en Nevada.
Alcanzada la mayoría de edad, José regresó a Estados Unidos como bracero en 1948 para trabajar en los campos. Durante más de una década estuvo yendo y viniendo a México.
“Anduvo de indocumentado. ‘Tú eres americano. ¿Cómo es posible que andes de bracero?’, le decían. Pero no sabía cómo arreglar su estatus migratorio. En 1959 decidió quedarse en el país y se enlistó en las fuerzas armadas. Fue ahí donde finalmente consiguió su comprobante de nacimiento y ciudadanía”, relata su hijo José Ángel.
Don José tuvo un total siete hijos. Leandro, Guadalupe, José Ángel, Martha, Miguel, Rafael y Rosa que nacieron en Durango, México.
La historia de José Ángel
En 1972, José Ángel, su tercer hijo, entró como indocumentado a EE.UU. “Pasé por el cerro y viví sin papeles hasta 1985 que pudo conseguir la residencia gracias a una petición hecha por mi papá desde 1979”.
Sin embargo, ese mismo año en 1985, se metió en líos con la justicia por un delito de drogas. En el año 2000 fue deportado después de cumplir su sentencia y pasar otra temporada en una cárcel de migración apelando su deportación. Algo que ocurrió en 2001.
“Tan pronto me deportaron, me regresé de inmediato y estuve indocumentado 19 años”.
José Ángel comenta que él no sabía que por ser hijo de un nacido en EE.UU. tenía derecho a la ciudadanía.
“Lo que me motivó a buscar ayuda legal fue cuando supe que Trump iba a entrar como candidato a la presidencia de Estados Unidos. Dije, tengo que hacer algo por mi”.
En 2016, con un poco de temor fue a ver al abogado en migración Sergio Siderman en busca de la ciudadanía por ser hijo de ciudadano estadounidense.
“La espera fue angustiosa pero me sentí con mucha esperanza”.
Cuando le dieron la noticia de que le habían aprobado la ciudadanía, José Ángel dice que lloró de felicidad y de gusto.
“Todavía se me quieren salir las lágrimas”.
En realidad, confiesa que fue un sentimiento de volver a nacer. “Me sentí otro. Soy una persona diferente, mucho mejor que antes”.
Lo que más emoción le da es haber obtenido la ciudadanía con su padre en vida, sano y cuerdo tras haber superado un cáncer de huesos. “Va a cumplir 96 años en octubre, y hemos disfrutado mucho juntos”.
Complicado, pero no imposible
El abogado en migración Sergio Siderman explica que antes de acudir a él, José Ángel consultó a otros abogados. “Le dijeron que no tenía un caso porque no entendían cuáles eran las leyes correctas para aplicar”.
Precisa que José Ángel pudo obtener la ciudadanía con base a su padre ciudadano porque las leyes del año que nació, indican que no importa los delitos, él es ciudadano.
“Aunque nació en México y tenía delitos en EE.UU., él es 100% ciudadano de este país”.
Cuando Siderman tomó el caso de José Ángel, éste tenía una orden de deportación expedita por haber reingresado al país después de ser deportado. “Primero, fue deportado después de cumplir su deuda con la sociedad al pasar tiempo en la cárcel. Al regresar de vuelta, migración lo detuvo y le dio expulsión de inmediato”.
Cuando el juez de migración vio su caso y le explicaron que no lo podía deportar porque era hijo de padre nacido en EE.UU., le dio unos meses para que presentara pruebas.
“Lo hicimos y a través del proceso N-600 de USCIS pudimos conseguirle la ciudadanía”.
El experto en migración dice que este tipo de casos requieren mucho trabajo, y por eso muchos abogados no quieren tomarlos. “Es un camino complicado y difícil. No es algo común”.
Recomienda a quienes se encuentren en situaciones similares, que peleen y luchen por encontrar una solución migratoria. “Las leyes están cambiando constantemente. En realidad, es muy poco lo que es imposible”.