Aumenta la desesperación entre la gente frente a la nueva normalidad

Ante los alarmantes números de víctimas del coronavirus, los trabajadores no tienen otra opción que salir a buscar empleo

Los jornaleros que buscan empleo en las esquinas entre los más expuestos al coronavirus. (Aurelia Ventura/La Opinión).

Los jornaleros que buscan empleo en las esquinas entre los más expuestos al coronavirus. (Aurelia Ventura/La Opinión). Crédito: Aurelia Ventura | La Opinión

El Departamento de Salud Pública (DPH) del Condado de Los Ángeles anunció el martes, por segundo día consecutivo, un alarmante aumento de contagio del coronavirus en el condado de Los Ángeles. Se confirmaron 2,364 casos nuevos de coronavirus y 34 muertes.

Aun se desconoce con certeza si los contagios han sido por las masivas protestas en las calles de Los Ángeles, mismas que han llevado a las personas a reunirse en grandes grupos sin mantener el distanciamiento físico; o por la rápida reapertura de negocios en el condado.

En la comunidad latina existe un significante número de personas que son trabajadores esenciales y eso les impide trabajar desde el hogar.

Entre ellos se encuentran los jornaleros que se ven obligados a salir a las calles a buscar el sustento diario. Sin embargo, su situación no ha sido nada fácil.

“Estamos viendo de 200 a 300 trabajadores afuera esperando por trabajo”, dijo Jorge Nicolás, coordinador del centro de jornaleros CARECEN en el área de Westlake. “Algunos son jornaleros que ya estaban aquí y otros son trabajadores que perdieron sus empleos y vienen en busca de trabajo extra”.

Nicolás dijo que el trabajo no ha aumentado en el centro, pero si la desesperación de las personas. También les llegó la noticia de que dos compañeros fueron diagnosticados con el COVID-19 y tuvieron que aislarse pero no saben exactamente donde están.

Otros jornaleros han perdido su hogar por no tener para pagar su renta; mientras los más afortunados han logrado llegar a arreglos con sus compañeros de cuarto para poder continuar viviendo bajo un techo.

El departamento de salud confirmó hasta el martes por la tarde 88,262 casos positivos de COVID-19 en todas las áreas del condado de Los Ángeles, y un total de 3,171 muertes.

Noventa y cuatro por ciento de las personas que murieron tenían problemas de salud subyacentes y el 42% eran de raza latina, convirtiéndose en la etnia con más muertes en el condado de Los Ángeles.

En California se estima que hay unos dos millones de personas sin documentos.

Barbara Ferrer, directora del DPH, dijo que el reciente aumento en los casos diarios y las tasas de resultados positivos de las pruebas indican que hay más propagación comunitaria de COVID-19 en el condado de Los Ángeles.

“Por eso es tan importante usar las herramientas que tenemos para frenar la propagación del virus”, dijo Ferrer. “Practique el distanciamiento físico y use un cubre bocas. Si ha estado expuesto y/o si ha dado positivo por COVID-19 o está esperando los resultados, aíslese y aléjese de otras personas, incluso de aquellos que viven en su hogar”.

El DPH indicó que ha habido pequeños aumentos en las hospitalizaciones en un promedio de siete días. Alrededor de 1,515 personas están hospitalizadas actualmente. El 27% de estas personas están en la Unidad de Cuidados Intensivos (ICU) y el 18% están en ventiladores.

Aunque este número es significativamente más bajo que los momentos pico cuando había más de 1,900 personas hospitalizadas diariamente, sigue siendo más alto que entre las 1350 y 1450 hospitalizaciones diarias que ocurrieron en las últimas semanas.

Residentes furiosos

El lunes la directora Ferrer confirmó que ha recibido amenazas de muerte por informar constantemente sobre el contagio del COVID-19. No obstante, ella asegura que este virus ha matado a miles de personas por todo el país.

“El virus ha cambiado nuestro mundo tal como lo conocemos, y la gente está enojada”, dijo Ferrer. “Lloramos cada una de esas muertes, y estamos trabajando incansablemente para frenar la propagación del COVID-19 y encontrar buenas soluciones para el futuro de nuestras comunidades”.

Declaraciones de la directora del Departamento de Salud Pública de Los Ángeles, Barbara Ferrer. (Archivo)

Ferrer indicó hay un número creciente de funcionarios de salud pública en todo el país, que han sido amenazados con violencia de forma regular.

“En mi caso, las amenazas de muerte comenzaron el mes pasado, durante una sesión informativa pública de Facebook de COVID-19 cuando alguien sugirió casualmente que me dispararan”, contó Ferrer. “No vi el mensaje de inmediato, pero mi esposo sí, mis hijos sí, y mis colegas también”.

Ferrer añadió que ella decide salir a dar las sesiones informativas para proteger a su equipo de los mismos ataques que han estado ocurriendo desde marzo.

La directora aseguró que ella no se deja llevar por partidos políticos pero más bien por la ciencia. Ella dijo que muchas personas pudieran estar incómodas por tener que usar el cubre bocas.

“Pero los datos prueban que usar una cubierta facial ayudará a detener la transmisión de COVID-19, lo que salvará vidas”, dijo Ferrer. “Y eso es lo que impulsa a los funcionarios de salud pública y es nuestra pasión: salvar vidas”.

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