A sus 90 años, Project RoomKey lo aleja del desamparo

El programa del condado de LA ayuda a personas vulnerables al COVID-19

Oscar de origen cubano obtuvo vivienda mediante Project Roomkey. (Suministrada)

Oscar de origen cubano obtuvo vivienda mediante Project Roomkey. (Suministrada) Crédito: Cortesía

Desde hace unos dos años, Oscar se vio obligado a vivir en las calles de Pomona, una ciudad al este del condado de Los Ángeles, ya que tuvo que dejar el lugar donde vivía.

Este hombre, quien pidió no revelar su apellido, contó que durante varios años vivió con una amiga pero que con el tiempo la relación que tenía con el esposo e hijo de ella se debilitaba.

“Nunca les caí bien a los familiares”, aseguró Oscar, quien es de origen cubano.

Después de tener varias discusiones con el hijo de su amiga, decidió salir de dicha casa. Sin un trabajo permanente, debido a su avanzada edad, no tuvo otra opción que hacer de las calles su nuevo hogar.

“Me quedaba ahí por una tienda de donas”, recuerda Oscar, hoy de 90 años de edad. “La gente nunca me abandonó, me daban dinero y comida. A veces era mucha comida y la compartía con los compañeros”.

Indica que emigró de su natal Cuba en 1980 y vivió en Florida hasta 2002 cuando se mudó a Los Ángeles. Asegura que trabajó en cualquier oficio que le presentaban; construcción, plomería, carpintería y demás.

Sin embargo, al paso de los años su edad lo fue dejando fuera de las oportunidades de trabajo y su amiga le ofreció un techo donde dormir en Pomona a cambio de que les ayudara en trabajos en el hogar.

Para Oscar ella era su único pariente. Toda su familia se había quedado en Cuba.

Tan esperada ayuda

El cubano dice que en una ocasión mientras estaba en la calle se le acercaron dos mujeres para ofrecerle ayuda.

Ambas formaban parte de un grupo de proveedores que buscan a personas desamparadas que quisieran salir de la vida de la calle.

“Yo confié en ellas. Me llevaban comida y me dieron una sleeping bag [bolsa de dormir]”, comentó. “Los amigos de ahí me decían ‘ahora si ya te van a sacar de aquí’”.

Y así fue.

Poco después de haberlo encontrado, a mediados de marzo de este año, las proveedoras lo llevaron a instalarse en una habitación, que forma parte del programa Project RoomKey.

Oscar estuvo hospedado en un hotel por unos tres meses. (Suministrada)

Ésta es una colaboración entre el estado, el condado angelino y la Autoridad de Servicios para Personas sin Hogar de Los Ángeles (LAHSA) para asegurar habitaciones en ciertos hoteles y moteles a las personas vulnerables que se encuentran sin vivienda.

De acuerdo con las pautas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el programa prioriza a las personas sin hogar que tienen 65 años o más o que tienen condiciones de salud crónicas.

Las personas deben ser consideradas vulnerables al COVID-19 pero no estar infectadas ni con síntomas.
“Oscar fue uno de los primeros clientes a quienes ayudaron”, dijo Lorena Ruiz, directora interina de proyecto para Project Roomkey de la organización Union Station Homeless Services.

Union Station actualmente supervisa dos sitios que tienen a alrededor de 200 clientes. El plan para cada persona es asegurarse que tengan tres comidas al día y proveedores de servicios dependiendo de cada caso.

“Aceptamos referencias de proveedores externos que trabajan con personas sin hogar… Cuando los encuentran, revisan para ver si esta persona es elegible [para el programa]”, explicó Ruiz.

“Y si lo es, envían una referencia al sistema central. Si califican nos los envían a nosotros”.

Una vez que están en el programa, la organización intenta conseguir vivienda permanente al mayor número de personas elegibles una vez que haya vales disponibles.

Desde el comienzo del programa, Union Station ha logrado proveer vivienda permanente al menos a 10 personas incluyendo a Oscar, dijo Ruiz.

En el condado de Los Ángeles, LAHSA está a cargo del programa Project RoomKey. Con datos del 7 de julio, LAHSA cuenta con 34 lugares de hospedaje, 3,387 cuartos rentados y 3,617 clientes inscritos.

Un hogar permanente

Oscar dijo que después de vivir alrededor de tres meses en un hotel su caso fue aceptado para que obtuviera una vivienda permanente.

Hace unas semanas se mudó a su propio apartamento en la ciudad de Pomona el cual el considera es “muy cómodo y grande”.

El inmigrante cubano dijo que siente mucho agradecimiento por las personas que lo ayudaron. Aseguró que siempre fueron muy eficientes con él y hasta la fecha continúan ayudándolo en lo que necesita.

“Desde antes de recibir esta ayuda yo ya estaba buscando dónde irme a un cuarto porque no es buen dormir ahí donde la gente escupe y tira basura”, comentó.

“Aquí en el apartamento yo siempre estoy buscando algo que hacer, barro aunque no haya basura. Me gusta ir [al supermercado], me encantan los crucigramas. Siempre hay algo que hacer en la vida”.

Actualmente Oscar no puede trabajar de tiempo completo ya que padece de cáncer, problemas del corazón y tiene líquido en una de sus piernas.

No obstante, pese a sus condiciones físicas y su arduo pasado, asegura que en el lugar que le han otorgado ahora se siente tranquilo y feliz.

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