‘Sin más recursos no podemos abrir de manera segura’

Caravana de padres y maestros pide ayuda para el aprendizaje de estudiantes de LA

Zeneyda Meneses junto a su hija en la protesta. (Suministrada)

Zeneyda Meneses junto a su hija en la protesta. (Suministrada) Crédito: Cortesía

Cuando las clases en persona cambiaron a virtuales de la noche a la mañana, Zeneyda Meneses se preocupó ya que tiene a tres hijas en escuelas públicas de Los Ángeles.

Dijo que al inicio fue frustrante porque en casa no tiene computadoras y las tres niñas, dos en primaria y una en preparatoria, tenían que alternar su tiempo con el celular de Meneses y una tableta que comparte la familia.

“De la escuela no nos dieron nada de tabletas”, aseguró la madre de familia.

Jeannette Verbera, quien es asistente de maestros de estudiantes con discapacidades, indicó que le preocupa que en este regreso a clases sus estudiantes no reciban la atención necesaria por la falta de recursos.

Durante la primavera, el contacto con los estudiantes fue muy limitado con clases telefónicas una o dos veces por semana. Para este semestre, aseguró, todavía no les han mostrado el plan de cómo van a trabajar.

“Nuestros niños son los más vulnerables y se requiere mucha ayuda. Ellos no pueden tomar clases a distancia”, expresó.

Aseguró que en muchos casos la escuela es el único lugar donde los estudiantes comen y reciben cuidados adecuados. También ahí pueden saber si algún estudiante está sufriendo de maltrato.

Por esta razón, este jueves ambas mujeres se unieron en protesta a un grupo de trabajadores esenciales y padres de familia para participar de una caravana con el fin de pedir que se proporcionen fondos suficientes para garantizar que todos los estudiantes tengan el apoyo necesario para el aprendizaje a distancia y el eventual regreso seguro a las clases en persona.

La caravana, que fue en el centro de Los Ángeles, contó con trabajadores de limpieza, choferes de camiones y asistentes de maestros de estudiantes con discapacidades.

Entre los participantes también estuvo el superintendente del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), Austin Beutner, quien dijo que los tiempos extraordinarios merecen acciones extraordinarias.

Para que los estudiantes y el personal regresen a las escuelas de manera segura, se necesitan hacer varios cambios importantes, agregó.

“Requerirá diferentes prácticas de salud en las escuelas; más limpieza, desinfección de superficies, mascarillas, el cambiar los sistemas de filtración de aire para que los filtros sean igual a las máscaras N 95 y que se mantengan escritorios más alejados”, indicó.

Sin embargo, esto es solo una parte, ya que lo más importante es tener un sistema sólido de pruebas para el rastreo de virus en las escuelas, que solo puede hacerse con las pruebas del COVID-19.

“Por ejemplo, una de nuestras escuelas de secundaria tiene alrededor de 3,000 empleados y estudiantes. Ese personal y estudiantes entre hermanos e hijos se van a casa con otras cien mil personas cada noche”, explicó Beutner. “Es examinar a pocos para proteger a muchos”.

Jeannette Verbera en la protesta. (Suminstrada)

De los ricos a las escuelas

Max Arias, director ejecutivo del sindicato SEIU Local 99, dijo que están pidiendo que los legisladores y el gobernador aprueben un impuesto a los multimillonarios de California.

“Este es el estado más rico de la nación y el dinero iría para que las escuelas puedan reabrir de forma segura y puedan recibir los servicios públicos en esta pandemia”, dijo Arias.

El director dijo que como ejemplo, actualmente el LAUSD solo cuenta con el 40% de trabajadores de limpieza—muchos de los cuales son miembros del sindicato.

“En un estado de pandemia donde hay que limpiar más, se necesita más gente”, dijo Arias. “Entonces sin más recursos no podemos abrir de manera segura”.

Por su parte, la asistente de maestra Verbera, dijo estar dispuesta a regresar a clases en persona y se siente segura siempre y cuando se tomen las medidas necesarias.

Indicó que durante el semestre de primavera muchos estudiantes se quedaron sin los dispositivos necesarios para poder tomar clases en línea pero ahora que ya pasaron cinco meses debería haber un plan.

“Mis niños nos necesitan en clases y si ahorita no hacemos un cambio van a seguir afectados”.

Por su parte, Meneses dijo que si no hay control de la epidemia ella prefiere seguir dejando a sus hijas en el hogar donde están más seguras.

No obstante, concuerda con que las clases virtuales no se comparan en lo mínimo con las clases en persona.

Arias indicó que cada momento que se pierde en proveer los recursos necesarios los estudiantes latinos y afroamericanos terminan siendo los más afectados.

Durante la primavera el LAUSD otorgó medio millón de dispositivos electrónicos para que los estudiantes pudieran recibir sus clases.

El distrito cuenta con casi 700,000 estudiantes de los cuales una gran mayoría son de bajos recursos.

Y aunque varios estudiantes fueron beneficiados con los dispositivos, otros como las hijas de Meneses y los estudiantes de Verbera quedaron fuera de la ayuda.

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