Latinos enfrentan más ansiedad y depresión durante tiempos del COVID-19

Valentino Rodríguez nunca se imaginó que formaría parte de los más necesitados.

Valentino Rodríguez lleva cinco meses sin trabajar. (Suministrada)

Valentino Rodríguez lleva cinco meses sin trabajar. (Suministrada) Crédito: Valentino Rodríguez | Cortesía

A mediados de marzo, Valentino Rodríguez y sus compañeros estilistas trabajaban como cualquier otro día cuando fueron descansados por tiempo indefinido.

La dueña del salón de belleza, en el condado de Orange, les dijo que tendría que cerrar el establecimiento debido a la pandemia del coronavirus COVID-19.

Empezaron a pasar semanas y Rodríguez, de 46 años, comenzó a quedarse sin dinero y su solicitud de desempleo todavía no era aprobada.

“Se vuelve una situación muy estresante el no saber si vas a poder comer y cómo vas a pagar la renta”, dijo Rodríguez, quien comparte el apartamento con un hermano menor.

El estilista dijo que cuando la dueña de su apartamento se enteró de lo sucedido, ella le llamaba constantemente para ver si ya había recibido su desempleo para que pagara su renta.

También se vio en la necesidad de ir a los bancos de comida de la ciudad de Aliso Viejo. Agradeció que exista este tipo de ayuda ya que nunca se imaginó que formaría parte de los más necesitados.

“Mis niveles de ansiedad subieron mucho. Yo adoro mi trabajo y me sentía muy triste al no poder atender a mis clientes. Me preocupaba mucho”, dijo Rodríguez. “No me imaginaba el no poder regresar, pero también tenía mucho miedo de regresar y contagiarme”.

Después de tres meses por fin llegó su desempleo. Esto le ayudó un poco pero no fue suficiente ya que apenas y podía ajustar para su renta; además, todavía tenía que preocuparse por el resto de sus facturas.

Rodríguez dijo que ya ha visto de cerca la gravedad de la pandemia ya que dos familiares cercanos fueron contagiados del COVID-19 y tuvieron que ser puestos en cuarentena. Actualmente ambos se están recuperando.

Valentino Rodríguez tuvo que esperar tres meses para recibir desempleo. (Suministrada)

Cambios preocupantes

Para el mes de junio hubo una pequeña luz de esperanza cuando permitieron a los salones de belleza abrir nuevamente sus puertas.

“Pero teníamos miedo porque sabemos que el coronavirus no es una farsa y cada sistema inmune es diferente”, dijo Rodríguez.

No obstante, dos semanas después de abrir, la dueña del establecimiento se vio obligada a descansar nuevamente a todos sus empleados ya que las guías de seguridad habían cambiado nuevamente. Los salones que estuvieran dispuestos a seguir abiertos tendrían que trabajar al aire libre.

“Nuestra jefa no iba a permitirnos trabajar afuera en una carpa por ocho horas en altas temperaturas”, dijo Rodríguez.

Esto causó incertidumbre nuevamente en él y sus compañeros, quienes de vez en cuando se mantenían en contacto mediante las redes sociales para ver cómo estaba cada uno.

“Hablar con ellos calma mi ansiedad porque somos como una familia”, dijo el estilista.

Aumentan los casos de salud mental

Los síntomas de ansiedad y depresión aumentaron considerablemente en Estados Unidos durante los meses de abril a junio de 2020, en comparación con el mismo período en el 2019, indicó un reporte de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

Una encuesta en línea completada por unas 5.400 personas a finales de junio, reveló que la prevalencia de síntomas de ansiedad fue tres veces más alta que la informada en el segundo trimestre de 2019, y la depresión fue cuatro veces más alta.

Más de la mitad de los encuestados que eran de etnia hispana informaron al menos un síntoma adverso de salud mental o conductual (52.1%).

Frances Chinchilla, experta en salud del comportamiento, confirmó este reporte asegurando que en AltaMed, centro médico donde ella practica, se ha visto un alza de pacientes que han sido referidos por sus doctores.

“Usualmente llegan con problemas de sueño, fatiga y depresión”, dijo Chinchilla, quien es una terapeuta clínica. “También cuentan con síntomas típicos como dolores de cabeza, de músculos y tristeza. Se preocupan por sus familiares”.

Ella dijo que en las comunidades de color, principalmente en la latina, hasta hace poco había sido un estigma el hablar de la salud mental porque suele confundirse con el estar “loco”.

No obstante cada vez llegan las personas más abiertas a tocar el tema, incluso aquellas que piensan que este tipo de ayuda no es para ellos.

“Aquí nosotros servimos desde adolescentes hasta personas en sus ochentas”, dijo Chinchilla.

Consejos para cuidar la salud mental

  • Enfocarse principalmente en lo que sí tiene control en su vida
  • Practique la higiene
  • Tenga una rutina de dormir y levantarse a la misma hora
  • Programe tiempo para hacer algo que disfrute
  • Reviste los pasatiempos que solía disfrutar en el pasado
  • Tenga un sistema de apoyo
  • En el condado de Los Ángeles puede llamar al 211 para pedir ayuda de salud mental.

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