Cómo poner al día a tus hijos con la atención médica y dental

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Cuando la  pandemia de COVID-19 se apoderó de los Estados Unidos en la primavera, muchos estadounidenses omitieron sus citas médicas o descubrieron que las citas se cancelaron debido a que los médicos suspendieron la atención que no era urgente.

El impacto fue significativo para los niños, quienes a menudo necesitan ser vistos con más frecuencia que los adultos, especialmente a edades tempranas. En ciertos casos, dicen los expertos, si la atención médica, las pruebas de detección y las vacunas se posponen demasiado tiempo, los efectos negativos podrían repercutir durante años. 

“Vimos un descenso de tal vez ver 20 pacientes al día a ver cuatro o cinco”, dice Heather Felton, pediatra y profesora asociada de pediatría de la Universidad de Louisville en Kentucky. Y aunque los pacientes han comenzado a regresar, siguen viniendo con mucha menos frecuencia que antes de que comenzara la pandemia.

Los datos de las consultas en todo el país coinciden con el reporte de Felton, con consecuencias preocupantes. CR habló con expertos en pediatría y salud pública para averiguar qué tan importantes son estas consultas, y cómo los padres deben dar prioridad a reanudar la atención de sus hijos.

Lo que se omitió

Vacunas: Desde mediados de marzo hasta mediados de abril las tasas de vacunación infantil se desplomaron, según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Los médicos ordenaron 2.5 millones menos dosis de vacunas de rutina a través del programa federal que proporciona aproximadamente la mitad de las vacunas infantiles de rutina, según el informe.

A finales de junio, las tasas de vacunación se estaban recuperando en lugares como la ciudad de Nueva York, pero seguían siendo un 35% más bajas de lo que habían sido en esa época el año anterior, según los CDC.

“Eso es lo que preocupa a la mayoría de los pediatras”, dice Felton.

Incluso antes de que comenzara la pandemia de COVID-19, había habido un aumento de los casos de sarampión, dice. Con una enfermedad tan contagiosa como el sarampión, un porcentaje extremadamente alto de la población necesita vacunarse para prevenir brotes.

Con muchos niños que regresan a la escuela, los pediatras se preocupan de que surjan brotes de enfermedades prevenibles como el sarampión junto con la actual pandemia de coronavirus.

Exámenes de rutina: Especialmente en los primeros años de vida, los médicos revisan regularmente que los niños se desarrollen como se espera. También examinan su audición y visión, y evalúan cánceres infantiles, autismo, exposición al plomo y retrasos en el desarrollo que pueden afectar el habla y el aprendizaje.

En muchos de estos casos, “cuanto antes se inicie la terapia, mejor será el resultado”, dice Felton.

Cuanto más pronto se descubra la exposición al plomo, por ejemplo, los funcionarios de salud podran trabajar con anticipación para identificar de dónde proviene, remediar la fuente y comenzar a brindar apoyo y servicios educativos que puedan mitigar el daño, dice Daniel Madrigal, educador de salud de Tracking California, un programa del Instituto de Salud Pública.

“La exposición al plomo es irreversible”, dice Madrigal, quien fue coautor de un informe de 2017 que estimó que los protocolos de detección de plomo existentes entre 1999 y 2010 probablemente pasaron por alto a cerca de la mitad de los niños entre el nacimiento y los 5 años de edad con niveles elevados de plomo en sus cuerpos. Con los niños que no acuden a las consultas debido a la pandemia, y una infraestructura de salud pública abrumada tratando de hacer frente a COVID-19, es probable que un mayor número de casos no sean diagnosticados, dice.

Cuidado dental: Las visitas a los dentistas pediátricos también disminuyeron significativamente, especialmente en lugares que ponen en espera durante meses los procedimientos programados que no son urgentes, dice el doctor Amr Moursi, profesor y presidente del Departamento de Odontología Pediátrica de la Facultad de Odontología de la Universidad de Nueva York y vicepresidente de la Academia Americana de Odontología Pediátrica (AAPD).

Y aunque algunas personas pueden ver una caries en el diente de un niño como algo que se puede posponer por un tiempo, especialmente porque las caries de los niños no siempre son dolorosas, esto puede causar complicaciones graves, según Moursi.

Una caries puede ser “el comienzo de un ciclo descendente de complicaciones”, dice. A medida que las bacterias de esa caries se abren paso hasta la pulpa y la raíz del diente, puede afectar el desarrollo futuro de los dientes adultos. Una caries no tratada también puede causar potencialmente un absceso, que en algunos casos raros puede propagarse y causar infecciones graves.

Ponte al día con la atención médica

Si han pasado meses desde que tus hijos visitaron a su pediatra y ya es hora de hacerlo, llama al consultorio para ver exactamente qué tipo de cita necesitan.

También debes preguntar sobre los protocolos de seguridad que el pediatra ha implementado para proteger a los niños, a los padres y al personal. Los consultorios pediátricos pueden haber cambiado la forma en que operan, dice Felton, haciendo consultas de bienestar por la mañana y por enfermedad por la tarde, por ejemplo.

Como mínimo, los consultorios deben asegurarse de que se usen mascarillas y de que la capacidad sea lo suficientemente limitada como para permitir el distanciamiento social. Algunos han ido más allá, mejorando la ventilación, las prácticas de limpieza y mucho más. 

Si has faltado a un par de citas con un hijo pequeño, es posible que debas ponerte al día con las vacunas para que reciba algunas al mismo tiempo. Esto es seguro, dice Felton.

“Obtén todo mientras estés aquí, para que no tengas que regresar”, dice. Durante la misma cita, los pediatras también pueden realizar pruebas o exámenes importantes que no se le hayan practicado a tu hijo.

En estas citas, tu médico también puede comprobar si hay alguna posibilidad de que tu hijo esté lidiando con las secuelas de una infección por COVID-19, como un soplo cardíaco, según Felton. Incluso una infección asintomática puede dejar efectos duraderos, que es otra razón importante para que examinen a tus hijos.

Programa una cita con el dentista si tus hijos están atrasados o si hay un problema dental que has estado ignorando. Los pediatras aconsejan que los niños vayan al dentista cada seis meses.

Es especialmente importante acudir a una consulta si tu hijo nunca ha visitado a un dentista, lo cual se recomienda hacer antes de que cumpla 1 año, dice Moursi. También es especialmente importante cuando los niños tienen entre 3 y 4 años y podrían tener caries que deben tratarse, y cuando tienen alrededor de 7 años, cuando comienzan a salir los dientes permanentes.

Si tienes problemas para encontrar un dentista pediátrico, te recomienda que visites el sitio web de la AAPD.

Si todavía hay COVID-19 en tu área, habla con tu médico sobre si es necesaria una consulta en persona y cómo manejarla, especialmente si alguien en tu hogar tiene un alto riesgo de complicaciones graves por el coronavirus, dice Felton.

Y este año en particular, dado que el coronavirus sigue siendo una gran amenaza, asegúrate de que tus hijos se vacunen contra la gripe. Vale la pena hacerlo tan pronto como sea posible ya que pueden pasar un par de semanas después de la inyección para que se desarrolle la inmunidad.

“Quieres vacunarte antes de que te expongas o enfermes”, dice Felton. 

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