Cómo asesinar a Felipes son felizmente radicales

Que la banda chilena de música alternativa, Cómo asesinar a Felipes, no sea conocida masivamente alrededor del mundo pese a sus trece años de existencia, no quiere decir que en todo este tiempo no ha cosechado grandes éxitos dentro y fuera de su país.

Por ejemplo, se ha presentado en escenarios de Haití, Serbia, España, Rumania, Argentina, Brasil, Ecuador, Colombia y México. En este último país participaron en el Vive Latino, uno de los festivales masivos de música más importantes de América Latina.

Y este año, para sorpresa tanto de los mismos miembros de la banda como de decenas de artistas comerciales, con su disco de 2019, “Naturaleza muerta”, Cómo asesinar a Felipes tuvo varias victorias en los prestigiosos premios Pulsar de Chile. Ganó en las categorías de Álbum del año y Mejor grupo urbano.

“Musicalmente no nos guiamos por las reglas de la industria musical”, dijo Felipe Metraca, fundador y baterista del grupo. “Ni tratamos que nuestra música sea comercial, sino que hacemos canciones que nos gusta escuchar a nosotros”.

Siendo así, no es de extrañar entonces que la banda sea considerada una de las agrupaciones más politizadas y radicales de la escena musical independiente.

Esto tiene sus ventajas y sus desventajas, reconoció Metraca, quien ofreció esta entrevista desde Chile. Lo positivo es que “artísticamente somos muy felices, y cuando uno va teniendo reconocimiento de la manera en que nosotros queremos ser reconocidos, tiene el doble de gratificación”.

La parte que no les gusta tanto, como es de esperarse, es que no tienen el apoyo ni monetario ni de difusión que tiene un artista comercial.

“Los medios acá solo apoyan la música que tiene fines comerciales, y la nuestra no lo es”, dijo.

Aún así, la banda no ha dejado de producir discos; esta semana estrena el octavo, “MMXX”, 2020 en números romanos. Es un álbum que, además de haber sido inspirado por la crisis de salud por la que pasa el mundo, también tiene su origen en los movimientos sociales que han sacudido a Chile desde el año pasado.

Con canciones que mezclan temas de protesta y música electrónica, rap, rock, jazz y hip hop, la banda se unió a este clamor para exigir al gobierno condiciones de vida más justas para los chilenos.

“Es un país muy desigual”, dijo el músico, cuyo nombre inspiró el nombre de la banda, y no un deseo de matar a nadie, aunque cuando viajaron a España se especuló que podía ser una afrenta para el rey Felipe, y lo mismo cuando fueron a México, donde un expresidente –Felipe Calderón– ostentaba el mismo nombre.

“Yo soy el único Felipe, Pero nos decían los Felipes”, dijo. “Queríamos quitárnoslo, pero Koala, el vocalista decidió que era bien metafórico dejarlo como parte del nombre de la banda, pero no tiene un carácter violento”.

Y sobre la etiqueta de radicales con la que muchos los describen, el artista dijo que no piensan modificar su estilo porque “nosotros todavía creemos que la música es un arte que puede dar un mensaje, y creo que eso puede ser radical hoy en día”.