Beneficios de los ejercicios de respiración

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Por lo general, respirar no es algo en lo que te detengas a pensar.

Pero durante la pandemia de COVID-19, es fácil preguntarse si una falta momentánea de aire podría ser una señal de enfermedad. Las personas con afecciones como ansiedad, asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (COPD en inglés), a menudo también tienen que concentrarse en su respiración.

Según la American Lung Association (ALA), las personas con trastornos pulmonares deben hacer ejercicios de respiración con regularidad.

Y aunque todavía estamos aprendiendo sobre los posibles efectos a largo plazo de COVID-19, las personas que se enfrentan con secuelas de esa enfermedad pueden necesitar programas de rehabilitación para ayudarlos a respirar mejor, indica el doctor David Mannino, director del Pulmonary Epidemiology Research Laboratory (laboratorio de investigación de epidemiología pulmonar) de la universidad de Kentucky en Lexington.

Entonces ¿qué pasa con el resto de nosotros?

Por muy automática que sea la respiración en general, muchas personas con pulmones sanos podrían beneficiarse de prestarles más atención, dice Payel Gupta, especialista en asma y alergias en la ciudad de Nueva York y portavoz de ALA. Cuando respiramos, obtenemos oxígeno y expulsamos dióxido de carbono. Varias formas de respiración profunda se han relacionado con beneficios cardiovasculares, incluyendo un aumento en el flujo sanguíneo y una mejor presión arterial. Respirar profundamente también puede ayudarte a controlar el estrés y mejorar la función cognitiva.

Si bien se han realizado pocos estudios sobre la utilidad de los ejercicios formales de respiración para las personas sanas, ciertamente pueden “recordarnos que es importante respirar y ser conscientes de cómo estás respirando”, dice Gupta. “Creo que cualquiera puede beneficiarse”. 

3 ejercicios de respiración

Si deseas probar los ejercicios de respiración, ya sea para reducir la dificultad para respirar asociada con una afección como el asma o simplemente para aliviar un poco el estrés y la ansiedad , aquí hay varios ejercicios recomendados por la ALA. Practícalos durante 5 a 10 minutos al día o según sea necesario. “Cuando no te sientes bien, también puedes usarlos para abrir más las vías respiratorias”, dice Gupta.

Respiración con los labios fruncidos: Inhala por la nariz, luego exhala por al menos el doble de tiempo con los labios fruncidos, como si estuvieras haciendo parpadear la llama de una vela.

Esto ayuda a hacer que tu respiración sea lenta. También puede ayudar a sacar el aire adicional de los pulmones, que puede acumularse en personas con enfermedades pulmonares como enfisema y COPD, dice Mannino. Esto puede ayudarte a controlar la sensación de falta de aire y facilitar la actividad física, dice Grace Anne Dorney Koppel, presidenta de la Fundación Dorney-Koppel, que ha cofundado 12 clínicas de rehabilitación pulmonar.

Respiración diafragmática (abdominal): Es posible que las personas que realizan respiraciones breves y superficiales no aprovechen al máximo este importante músculo. Para reentrenarte a usar el diafragma con más regularidad, coloca una mano sobre tu abdomen para que puedas sentirlo subir y bajar. Inhala por la nariz y luego exhala por la boca durante dos o tres veces más. Esto puede ayudarte a elevar al máximo tu función pulmonar.

Respiración de “caja”: Cuando necesites relajarte o desestresarte, intenta inhalar a la cuenta de cuatro, contener la respiración a la cuenta de cuatro, exhalar a la cuenta de cuatro y contener la respiración de nuevo a la cuenta de cuatro. Repite este método de respiración de cuatro etapas hasta que te sientas tranquilo.

Ayuda para los problemas actuales

Si tienes problemas para recuperar el aliento con regularidad, un médico puede ayudar a determinar si eso está relacionado con un trastorno como COPD o asma, dice Dorney Koppel, quien recibió un diagnóstico de COPD en 2001.

Si te dicen que tienes un problema pulmonar, un programa de tratamiento puede incluir medicamentos y rehabilitación pulmonar, terapia personalizada que incluye entrenamientos, ejercicios de respiración y educación sobre el uso de medicamentos. Las personas no recuperan la función pulmonar que perdieron debido a una enfermedad, dice Mannino, “pero puedes elevar al máximo lo que tienes”.

A Dorney Koppel, quien dice que no podía cruzar una habitación de 20 pies sin detenerse para recuperar el aliento, le dijeron inicialmente que le quedaban de tres a cinco años de vida. Pero después de la rehabilitación pulmonar, pudo controlar su enfermedad. Actualmente, casi 20 años después, hace ejercicio todos los días y continúa con sus ejercicios de respiración. 

Nota del editor: Este artículo también se publicó en la edición de noviembre de 2020 de Consumer Reports On Health.

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