Inmigrantes y refugiados tienen 80 por ciento de posibilidades de ser trabajadores esenciales

Estudio muestra que las personas que llegan a EE.UU. a trabajar se emplean en industrias más indispensables que los nacidos en este país

La mayoría de los trabajos en el Valle Central son esenciales con bajos salarios.

La mayoría de los trabajos en el Valle Central son esenciales con bajos salarios. Crédito: Getty Images | Getty Images

SAN DIEGO – Cada madrugada, la señora Rebeca regresa de trabajar y dice que lo primero que hace “es dejar los zapatos a la entrada fuera de mi departamento, me rocío con desinfectante para ropa y paso derechito a lavarme las manos y enseguida bañarme”.

“No quiero tocar nada hasta que salgo de bañarme, porque siento que un descuido podría traer el virus a la casa, a mis hijos”, explicó a La Opinión.

Doña Rebeca limpia edificios cerca del centro de San Diego y tiene motivos para preocuparse. En su trabajo, que comienza al ocaso y termina antes de que salga el sol, una compañera enfermó de COVID 19. Cuando se dio cuenta, ya otras tres personas en su casa, entre ellas su hija, se habían contagiado.

“En su casa viven, no sé, como 8 personas, tal vez 9, imagínese. ¿Y a dónde van a ir, o sea, cómo se podrían aislar? No hay manera, solo que paguen hotel y no hay dinero para eso”, explicó preocupada.

Teme que su compañera se haya contagiado en el trabajo, “tal vez al tomar sin guantes manijas de las puertas”. Por lo menos la señora que permanece en cuarentena piensa que así sucedió. “Nadie nos avisa si en los edificios que limpiamos hay contagios”.

Por su condición migratoria y con ingresos que cubren apenas regularmente los gastos, doña Rebeca tiene que trabajar y cuidar su empleo, pues “a nosotros nadie nos da ayuda de desempleo o cheques de estímulo”, y su hija es todavía menor.

Indocumentados en trabajos esenciales

En el condado de San Diego se estima extraoficialmente que hay unos 250,000 inmigrantes indocumentados, son casi una de cada 12 personas. Muchos como doña Rebeca desempeñan trabajos esenciales y, de acuerdo con un estudio nacional, sus condiciones durante la pandemia son similares en todo el país.

Los inmigrantes y los refugiados tienen más del 80 por ciento de posibilidades de desempeñarse en trabajos esenciales, comparado con el 39 por ciento entre trabajadores nacidos en Estados Unidos.

También los inmigrantes y refugiados tienen un 53.3 por ciento de probabilidades de tener familiares que contrajeron el COVID 19, comparado con solo el 3.5 por ciento entre los trabajadores que nacieron en Estados Unidos.

Estas son cifras de un estudio divulgado este lunes y que completó un equipo del hospital infantil de Filadelfia, la Escuela de Medicina de Pennsylvania y la Universidad John Hopkins.

El estudio dice que “los refugiados y otros inmigrantes, especialmente aquellos con dominio limitado del inglés, son más propensos que los trabajadores nacidos en Estados Unidos a trabajar en áreas con bajos salarios y alto riesgo.

Estas áreas incluyen, por ejemplo, las industrias de la cadena de suministro de alimentos con alto riesgo de exposición a COVID-19 y con protecciones limitadas para los trabajadores.

Dice que “los refugiados y otros inmigrantes también tienen menos información de salud pública y ocupacional disponible en sus idiomas, que los trabajadores nacidos en Estados Unidos”.

“A menudo no tienen las mismas protecciones legales otorgadas a los ciudadanos, lo que dificulta que consigan condiciones de trabajo seguras”, dice el estudio.

Muchos inmigrantes viven con adultos mayores

Además, muchos refugiados e inmigrantes viven en hogares multigeneracionales en los que los familiares de edad avanzada pueden correr un mayor riesgo de infección por parte de los trabajadores en casa.

El director del Comité de Servicios de los Amigos Americanos en San Diego, Pedro Ríos, explicó que las observaciones de su equipo durante la pandemia coindicen con conclusiones de ese estudio.

Esas condiciones que menciona el informe “las hemos notado especialmente entre comunidades del sur de San Diego; en esa región hay aumento de contagios que coincide con las comunidades con más trabajadores esenciales”, dijo Ríos.

También son áreas en que “es común que varias familias vivan en un mismo lugar”, por la  carestía de la vivienda, “y entonces se genera una situación donde resultan más personas infectadas”.

Dijo que son condiciones de cercanía que aumentan las probabilidades de contagios, “donde una sola persona puede infectar a una familia de trabajadores”.

En San Diego la comunidad latina representa el 32 por ciento del total de población, pero alcanza el 62 por ciento de infecciones y cerca de la mitad de las muertes por el COVId 19 hasta ahora.

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