Estilistas respiran aliviados ante reapertura de sus salones

Muchos se quedarán trabajando en sus casas, o irán a las de los clientes para ya no pagar renta

Iván Montero, estilista propietario del salón IM Hair Studio habla del impacto de la pandemia de COVID en los salones de belleza. (Cortesía Paulina Herrera)

Iván Montero, estilista propietario del salón IM Hair Studio habla del impacto de la pandemia de COVID en los salones de belleza. (Cortesía Paulina Herrera) Crédito: Cortesía

Un día después de que el gobernador Gavin Newsom anunció la reapertura de negocios, Iván Montero abrió las puertas de su salón en Burbank.

“Abrimos de inmediato porque hemos estado muy afectados con estos cierres, al grado que la Asociación de Estilistas junto con los restaurantes demandamos al gobernador Newsom. Fue muy injusto que nos cerraran tanto tiempo. Los estilistas somos los mejores en mantener altos niveles de higiene por el tipo de trabajo que realizamos. El gobernador no estuvo bien informado”, dice.

Debido a una mejoría en los casos y hospitalizaciones de la pandemia de COVID-19, el lunes 25 de enero, el gobernador Gavin Newsom levantó la orden que mantuvo cerrados desde el 3 de diciembre, restaurantes, salones de belleza, gimnasios y otros servicios de cuidado personal.

El propietario de IM Hair Studio, dice que él colocó filtros de aire en su salón y gel antibacterial en las entradas. “Cada vez que se va un cliente, se limpia el área “, explica.

Montero comenta que los cierres de negocios impuestos por el gobernador han sido muy duros en lo económico. “La ayuda que nos dieron es mínima. Yo he sobrevivido de mis ahorros. La mayoría de los propietarios de salones rentan estaciones de trabajo a estilistas en sus locales. Como no tenemos empleados, es muy difícil que el gobierno nos dé apoyos”.

Él renta tres estaciones en su local, pero los estilistas que le rentan no han regresado. “Con el cierre de negocios, muchos se han ido a trabajar a las casas de los clientes. Y muchos han dicho que van a seguir así, yendo a las casas o trabajando desde las suyas para no pagar renta. Otros ya están fuera del negocio”.

Está convencido de que a los estilistas dueños de salones les tomará años recuperarse del impacto del cierre de negocios. “Mucha gente aún tiene miedo de arreglarse el cabello por la pandemia. Lo otro que estamos viendo es que muchas mujeres con canas, que antes se las pintaban, con la pandemia decidieron dejarse las canas y ya no teñirlas. Eso es una desventaja para nosotros porque significan menos ingresos”.

La estilista Mariela Carmona regresa a trabajar. (Cortesía Mariela Carmona)

Mariela Carmona, una estilista que trabaja en el salón LaXpressCut de Canoga Park, un vecindario del Valle de San Fernando, regresó el miércoles 27 de enero a su trabajo. “Hoy fue mi primer día. Puedo decir que la mitad de mis clientes han regresado; y la otra mitad, todavía no. Tienen mucho miedo de contagiarse”.

Al igual que Iván Montero, sobrevivió al cierre de negocios ordenado por el gobernador Newsom, gracias a sus ahorros, pero reconoce que ha sido muy complicado sobre todo para ella que es madre soltera de seis hijos con edades entre los 15 y 3 años. “Por mis hijos, no tengo la opción de ir a las casas de mis clientes ni de trabajar en mi propia casa. Tengo que seguir rentando una estación en el salón”.

Mariela dice que ante la posibilidad de otro futuro cierres de negocios, está explorando otras opciones para ayudarse económicamente como vender productos naturales. “El salón donde trabajo había abierto en noviembre de 2019, y nos estaba yendo muy bien, pero luego vino la pandemia y con tantos cierres, el impacto ha sido muy duro”. A pesar de todo, mantiene la fe. “Dios aprieta, pero no ahorca”, confía Mariela.

Ofelia Almeraz coloca pestañas bajo las nuevas normas sanitarias. (Cortesía Ofelia Almaraz)

Ofelia Almeraz de Alexias Nails en la ciudad de South Gate, donde arreglan uñas, ponen pestañas, realizan maquillajes, peinados, pedicure, microblading y masajes linfáticos, reabrió el mismo lunes que el gobernador Newsom, ordenó la reapertura.

“Nosotros desde la primera reapertura en junio, tenemos las puertas cerradas para que solo entren las clientas que tienen citas. Las mesas están separadas seis pies unas de otras con separadores de plástico para que no haya contacto. Además, cada persona que entra para recibir el servicio, debe lavarse las manos y usar gel antibacterial. Deben traer mascarillas, y no se permite que vengan con niños”.

Afortunadamente, las tres empleadas de Alexias Nails y la misma Ofelia están de vuelta a trabajar. “Tenemos la suerte de que hay mucha demanda por las uñas. Y la verdad no me las vi mal en estos meses de cierre porque tenía un poco de ahorros, pero esperemos que ya no nos vuelvan a cerrar, porque entonces no sabemos qué va a pasar”. 

Iván Montero, se siente aliviado de que le permitan reabrir los salones. (Cortesía Paulina Herrera)

Reacciones

Un día después de que el gobernador Newsom autorizó la reapertura de pequeños negocios, Óscar Ulloa regresó a cortarse el pelo con su estilista en la ciudad de Hawthorne, al sur del condado de Los Ángeles, con una cabellera de casi 6 meses.  

“Definitivamente me sentí muy cómodo. La persona que me corta el pelo lo ha hecho por muchos años. Y me impresionó que el lugar lo tiene extremadamente limpio, con vidrios intermedios para no tener contacto con otras personas, y están cumpliendo con todas las reglas”.

Dice que su estilista le platicó que se gastaron $4,000 en todo el reacomodo para cumplir con los protocolos de prevención contra la pandemia que les exigen las autoridades de salud.

Óscar dice que no fue antes a cortarse el cabello como una medida de prevención, pero la semana pasada ya la había llamado a su estilista para preguntarle cuándo iban a abrir. “Apenas me avisó el lunes de la reapertura, y me fui a cortar el pelo” .

Está de acuerdo en la reapertura de salones por una cuestión de sobrevivencia económica, y siempre y cuando – dice – cumplan con los requisitos que les piden el gobierno. Sin embargo, está convencido de que COVID es un virus “muy malévolo”, por lo que tiene que haber un compromiso social por parte de todos. “Si no nos sentimos bien, es mejor no ir a un salón y quedarnos en casa”.

Paulina Herrera decide dejarse las canas, a partir de la pandemia. (Cortesia Paulina Herrera)

Paulina Herrera, quien es clienta de Iván Montero, dice que se sintió muy segura de ir a cortarse y arreglarse el pelo. “Él es muy profesional y muy cuidadoso; y sé que no me va a exponer de ninguna manera. Yo llevaba mi mascarilla, y él me dio otra que le permitía trabajar mejor”.

Si bien, dice que decidió dejarse las canas y ya no teñirse el cabello, comenta que seguirá yendo con su estilista. “Quizá ya no tanto como antes, pero es un trabajo esencial que uno no puede dejar pasar por mucho tiempo”.

Patty S. Chávez dice categórica que no está de acuerdo con la reapertura de negocios,. “No, porque todavía el virus está muy fuerte. Las funerarias y hospitales están al tope. Podemos ver tráileres con cuerpos congelados de gente que ha muerto por el coronavirus porque ya no tiene espacio para ponerlos dentro de los hospitales”.

A su juicio, no estábamos listos y el gobernador Newsom reabrió los negocios por pura presión política y porque la campaña para destituirlo está avanzando.

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