Por qué aumenta el riesgo de tener un infarto en invierno

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Probablemente hayas escuchado que palear nieve puede aumentar el riesgo de un ataque cardíaco. Pero cuando baja la temperatura puede aumentar la probabilidad de un ataque al corazón, incluso si no estás limpiando un camino cubierto de nieve, ni quitando la nieve para sacar tu automóvil. 

Así que, ¿cuál es la verdad sobre los riesgos de sufrir un infarto en invierno? Esto es lo que necesitas saber y cómo reconocer las señales de un ataque cardíaco en cualquier época del año.

Los peligros de un corazón ‘frío’

El clima frío puede aumentar la presión arterial y elevar los niveles de colesterol, dos factores clave de riesgo de ataque cardíaco. También puede aumentar la probabilidad de que la sangre forme coágulos que ponen en riesgo la salud del corazón.

Según un estudio publicado en JAMA Cardiology en 2018, que analizó información sobre unas 274,000 personas que viven en Suecia, el riesgo de sufrir un ataque cardíaco era mayor en los días en que la temperatura estaba por debajo del punto de congelación. Otro estudio, publicado en PLOS One en 2015, encontró un aumento del 31% en los ataques cardíacos en los meses más fríos del año en comparación con los más cálidos.

Los estudios sugieren que el clima invernal puede ser especialmente peligroso para el corazón si ya has tenido un ataque cardíaco, si tienes una enfermedad cardíaca o eres mayor de 65 años. 

Una serie de cambios cardiovasculares de temporada silenciosos pueden explicar el aumento de los ataques cardíacos. (El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular también puede aumentar en invierno).

A medida que bajan las temperaturas, los vasos sanguíneos se estrechan y el flujo sanguíneo se acelera para que puedas mantener una buena temperatura. Es por eso que tu presión arterial suele ser más alta en las estaciones más frías. Los niveles de colesterol también parecen aumentar en medio del invierno.

Los niveles sanguíneos de compuestos del sistema inmunitario que ayudan a tu cuerpo a combatir las infecciones también son más altos en invierno. Eso podría ayudar a aumentar tus defensas naturales contra los gérmenes del resfriado y de la influenza, pero también se podría acumular más placa en las paredes de las arterias, según investigadores de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai en Nueva York.

No está claro si puedes controlar estos cambios estacionales. Pero los investigadores dicen que tu mejor estrategia de protección cardíaca en invierno es sencilla: Mantente abrigado. Vístete con capas sueltas de ropa y no olvides usar gorro y guantes; el sentido del frío puede disminuir a medida que una persona envejece.

Eso es especialmente importante cuando estás en actividad al aire libre, paleando nieve, por ejemplo. Prueba hacer un poco de actividad física ligera, como correr en el mismo lugar, antes de sumergirte en un esfuerzo intenso, como quitar la nieve de tu automóvil. (Si tienes más de 50 años y no haces ejercicio con regularidad, es posible que desees omitir la palada de nieve por completo).

Además, durante las comidas y fiestas navideñas, no consumas golosinas con alto contenido de grasa y alcohol, que pueden contribuir al aumento de los infartos en los días festivos, sospechan algunos expertos.

Lo más importante es saber que tu riesgo de sufrir un ataque cardíaco es mayor en el invierno y mantente alerta a las señales, a menudo sutiles, de que podrías estar teniendo un ataque al corazón.

Señales de un infarto

A pesar del repentino dolor en el pecho y el colapso que generalmente se muestran en las películas y los dramas médicos de la televisión, el ataque cardíaco puede presentarse de diversas formas, no todas ellas involucran dolor en el pecho.

Si eres hombre, el dolor de pecho clásico es de hecho el síntoma número uno de un ataque cardíaco (aunque no es el único). El dolor suele durar más de unos minutos o se manifiesta repetidamente. Se describe comúnmente como la sensación de que un elefante está parado sobre tu pecho, pero también puede sentirse como una molestia o presión.

Otros síntomas incluyen náusea y vómitos, dolor en la parte superior del cuerpo en los brazos, espalda, hombros, cuello, mandíbula o abdomen; dificultad para respirar y una sensación de llenura en el centro del pecho. 

Sin embargo, si eres mujer, un ataque cardíaco puede presentarse de manera un poco diferente, dice Karol Watson, MD, PhD, codirectora del Programa de UCLA en Cardiología Preventiva.

“La presión en el pecho puede presentarse en algún grado, dice Watson, “pero puede que no sea el síntoma más pronunciado”.

Las mujeres pueden acudir al consultorio del médico con síntomas que no evocan un ataque cardíaco “clásico”: fatiga abrumadora, dificultad para respirar, náusea, mareo, transpiración, síntomas parecidos a la gripe y dolor abdominal, dolor de mandíbula o de espalda.

Para todos, los síntomas pueden ser sutiles. El riesgo de sufrir un infarto, pero no notar ningún síntoma (un fenómeno conocido como ataque cardíaco silencioso) puede ser mucho mayor de lo que los científicos habían creído anteriormente.

Un estudio de 2016 publicado en la revista Circulation mostró que hasta el 45% de los ataques cardíacos son silenciosos. Y ese riesgo puede ser especialmente grave en personas que tienen una mayor tolerancia al dolor, según un  estudio de 2016 en el Journal of the American Heart Association. Por eso es importante estar atento a las posibles señales, incluso si son atípicas.

“Si estás pasando por un día habitual y regular, y lo que es normal para ti de repente se vuelve realmente difícil, debes pensar en tu corazón”, dice Suzanne Steinbaum, DO, portavoz nacional de la campaña Go Red for Women de American Heart Association.

Si sospechas que estás sufriendo un ataque cardíaco, llama al 911 de inmediato. Luego, mastica y traga una aspirina sin recubrimiento de 325 mg (o 4 aspirinas para bebés de 81 mg) para ayudar a prevenir la formación de coágulos en las arterias coronarias. Ni siquiera pienses en conducir al hospital tú mismo, pide que alguien te lleve.

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