Lugares de comida rápida en LA y el COVID-19

Estudio revela que las condiciones en algunos de estos lugares, conducen a un mayor riesgo de transmisión del virus

Lizzet Aguilar trabaja hoy en un restaurante de comida rápida. / foto: cortesía.

Lizzet Aguilar trabaja hoy en un restaurante de comida rápida. / foto: cortesía. Crédito: Cortesía

Ha pasado más de medio año desde que Lizzet Aguilar fue despedida de su empleo en un restaurante de comida rápida, por haber expuesto sus preocupaciones ante el posible contagio del COVID-19 en su área laboral— según indicó a La Opinión.

La trabajadora aseguró que su supervisora en el restaurante de hamburguesas, ubicado sobre la calle Marengo en Boyle Heights, no les daba cubrebocas ni guantes y que tampoco había distanciamiento social.

Además, agrega que les advirtió que los clientes debían ser atendidos llevaran o no cubrebocas y que cuando pidieron protección extra —como un vidrio plexiglás— se les dijo que no era necesario.

Cansada de ver que sus supervisores no protegían a los empleados y que algunos de ellos incluso llegaron con coronavirus al lugar de trabajo, ella y otros tres compañeros decidieron protestar.

“El 9 de julio nos fuimos a huelga y cuando quisimos regresar el 17 de agosto ya no nos devolvieron nuestro trabajo”, indicó Aguilar.

Actualmente, dice que trabaja en otro restaurante de comida rápida pero en West Hollywood, donde se siente un poco más segura pero no libre del contagio.

Riesgo de transmisión

Su testimonio confirma los datos de un informe que revela que las condiciones laborales en la industria de comida rápida de Los Ángeles conducen a un mayor riesgo de transmisión del COVID-19, principalmente en las comunidades de color.

El reporte titulado La industria de comida rápida y el COVID-19 en Los Ángeles, la industria de comida rápida y el COVID-19 en Los Ángeles, fue presentado este martes y revela que incluso antes de la pandemia esta industria era conocida por tener salarios bajos y condiciones laborales difíciles.

El estudio encontró que en Los Ángeles 9 de cada 10 trabajadores de comida rápida son empleados de color y que casi las tres cuartas partes son latinos.

Se agregó que es común ver que en los hogares de estos trabajadores no se pueda mantener un distanciamiento social debido al tamaño de la vivienda.

Tia Koonse, autora del informe y gerente de investigación legal y políticas en el Centro Laboral de  UCLA dijo que es importante recordar que la transmisión del COVID-19 desde los lugares de trabajo de  comida rápida puede afectar a los hogares y las comunidades alrededor.

“La mayoría vive con cuatro o más personas, lo que  dificulta o imposibilita el distanciamiento social, y alrededor de un tercio vive con personas  mayores de 55 años”, expresó. “Esto significa que un brote en el lugar de trabajo aumenta el riesgo de  propagación comunitaria en áreas densas de clase trabajadora de Los Ángeles”.

El estudio reveló que un tercio de los lugares de trabajo de comida rápida tienen 20 o  más empleados que comparten equipo, espacios de trabajo, baños y áreas de descanso.

La comida rápida es una parte integral de Los Ángeles, que comprende cerca de 150,000 trabajadores de restaurantes, la gran mayoría de los cuales son mujeres y trabajadores de color.

Por ser considerada esencial, esta industria ha permanecido abierta durante toda la pandemia.

Las comunidades latinas y afroamericanas han sido las más afectadas por el virus. / foto: archivo.

Vivir con temor al contagio

La industria de comida rápida y el COVID-19 en Los Ángeles, fue presentado este martes y revela que incluso antes de la pandemia esta industria era conocida por tener salarios bajos y condiciones laborales difíciles.

El estudio encontró que en Los Ángeles 9 de cada 10 trabajadores de comida rápida son empleados de color y que casi las tres cuartas partes son latinos.

Se agregó que es común ver que en los hogares de estos trabajadores no se pueda mantener un distanciamiento social debido al tamaño de la vivienda.

Tia Koonse, autora del informe y gerente de investigación legal y políticas en el Centro Laboral de  UCLA dijo que es importante recordar que la transmisión del COVID-19 desde los lugares de trabajo de  comida rápida puede afectar a los hogares y las comunidades alrededor.

“La mayoría vive con cuatro o más personas, lo que  dificulta o imposibilita el distanciamiento social, y alrededor de un tercio vive con personas  mayores de 55 años”, expresó. “Esto significa que un brote en el lugar de trabajo aumenta el riesgo de  propagación comunitaria en áreas densas de clase trabajadora de Los Ángeles”.

El estudio reveló que un tercio de los lugares de trabajo de comida rápida tienen 20 o  más empleados que comparten equipo, espacios de trabajo, baños y áreas de descanso.

La comida rápida es una parte integral de Los Ángeles, que comprende cerca de 150,000 trabajadores de restaurantes, la gran mayoría de los cuales son mujeres y trabajadores de color.

Por ser considerada esencial, esta industria ha permanecido abierta durante toda la pandemia.

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