Los riesgos de COVID-19 si tienes una enfermedad cardíaca

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Los adultos mayores con enfermedades cardíacas se enfrentan a un doble revés de salud durante la pandemia: tanto su edad como sus problemas cardíacos los ponen en mayor riesgo de COVID-19 y sus complicaciones graves, como una lesión pulmonar potencialmente mortal llamada síndrome de dificultad respiratoria aguda, coágulos sanguíneos y daño renal.

La enfermedad cardiovascular (CVD) no es la única enfermedad que aumenta tales riesgos, pero es una de las principales. El hecho de tener factores de riesgo de enfermedad cardíaca es ya una preocupación. Por ejemplo, un artículo publicado en octubre pasado en el Journal of the American College of Cardiology encontró que los ancianos y las personas con presión arterial alta, obesidad o diabetes tipo 2 eran más susceptibles a la infección por COVID-19, enfermedades graves y complicaciones.

Para aquellos con enfermedad cardíaca preexistente, el COVID-19 grave también puede aumentar los riesgos de ataque cardíaco o derrame cerebral. También podría aumentar el riesgo de arritmias (ritmo cardíaco demasiado rápido, demasiado lento o irregular). “Los pacientes con problemas cardíacos existentes pueden tener cambios estructurales en el corazón o anomalías eléctricas subyacentes que los dejan más propensos a arritmias durante una infección grave, como COVID-19”, dice Ruwanthi Titano, MD, cardiólogo del Hospital Mount Sinai de la ciudad de New York. Si estás muy enfermo con COVID-19, es más probable que desarrolles coágulos sanguíneos porque tienes menos movilidad, lo que hace que el flujo sanguíneo se estanque.

Y, seguimos aprendiendo, el virus puede exacerbar algunos problemas cardíacos preexistentes. “La respuesta inflamatoria aguda causada por COVID-19 puede empeorar la función cardíaca, que ya está comprometida en personas con enfermedades cardíacas”, dice James A. de Lemos, MD, copresidente del Comité Directivo del Registro COVID-19 de la Asociación Estadounidense del Corazón y profesor de medicina en UT Southwestern Medical Center en Dallas. Así que, por ejemplo, las personas con insuficiencia cardíaca aguda – donde el corazón de repente no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo – tienen casi el doble de riesgo de morir si contraen COVID-19, según un estudio de enero de 2021 en ESC Heart Failure, una revista de la Sociedad europea de cardiología.

Nuestra comprensión del vínculo entre COVID-19 y el corazón continúa formándose. Pero los expertos dicen que es particularmente importante ahora que le prestes atención a la salud de tu corazón. Son muchas las cosas que puedes hacer. 

Cómo daña la COVID-19 a tu corazón

Debido a sus efectos en el sistema respiratorio, COVID-19 ejerce presión sobre el corazón, forzándolo a trabajar más fuerte para bombear sangre por todo el cuerpo, dice Mitchell Elkind, MD, profesor de neurología y epidemiología en la Universidad de Columbia en la ciudad de New York.

El virus también puede atacar y debilitar el músculo cardíaco, y un estudio publicado el año pasado en la revista JAMA Cardiology encontró que esto puede ocurrir incluso en personas normalmente saludables con un caso leve de COVID-19. Cuando los investigadores realizaron resonancias magnéticas cardíacas en 100 personas que se habían recuperado recientemente del virus, encontraron que el 76% tenía niveles elevados de troponina, una proteína que indica daño cardíaco. El 60% también presentaba inflamación del corazón o miocarditis, que puede causar dolor en el pecho, problemas respiratorios, problemas del ritmo cardíaco e hinchazón de las extremidades.

Algunas buenas noticias: “Sospechamos que, para la mayoría de las personas, esto será temporal y desaparecerá por sí solo con el tiempo y a medida que la respuesta inmune del cuerpo disminuya”, dice de Lemos. Todavía no está claro si esto es probable para las personas con enfermedad cardiovascular preexistente, dice Joyce Oen-Hsiao, MD, cardióloga de la Facultad de Medicina de Yale. Esto puede depender, en parte, de qué tan dañado esté el corazón por problemas como la miocarditis, dice. 

Adopta medidas inteligentes

Recibir la vacuna COVID-19 es la medida más importante que puedes tomar. “Hemos visto que es efectiva y muy segura en una amplia variedad de pacientes”, dice Titano. Después, tendrás que seguir practicando el distanciamiento social y usando una mascarilla, dice Oen-Hsiao. Todavía tienes una pequeña posibilidad de contraer COVID-19, y todavía no sabemos si la vacunación te impide propagar el coronavirus a otros.

Asiste a tus citas médicas, ya sea en persona (muchos centros tienen protocolos de seguridad) o por telemedicina. “Realmente todavía queremos que nuestros pacientes vengan a sus consultas cada 3 a 6 meses para asegurarnos de que cosas como la presión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa en sangre estén bajo control”, dice Oen-Hsiao.

Y toma medidas inmediatas si sospechas una emergencia: un estudio publicado en enero en el Journal of the American College of Cardiology encontró un aumento en las muertes por cardiopatía isquémica y presión arterial alta en algunos estados después de que comenzara la pandemia, posiblemente porque las personas evitaban ir a las citas médicas en clínicas y hospitales por temor a la COVID-19.

También es importante tomar los medicamentos para el corazón según las indicaciones. Al principio de la pandemia, surgió la preocupación de que medicamentos para la presión arterial como los inhibidores de la ACE (como benazepril (Lotensin) o lisinopril (Prinivil, Zestril)), podrían facilitar la entrada del virus en las células. Pero un estudio publicado en octubre en la revista Nature Communications encontró que estos medicamentos no aumentan el riesgo de infección.

Las medidas de estilo de vida siguen siendo esenciales, por lo que hay que trabajar para llevar una dieta saludable para el corazón, centrada en vegetales, granos integrales, grasas saludables (como las nueces y el aceite de oliva), y proteínas magras, así como hacer ejercicio de forma regular, dice Nieca Goldberg, MD, cardióloga de la Universidad de New York. Esto puede beneficiarte si te infectas con COVID-19. Para la actividad física, considera caminar en casa o los alrededores, ejercitarte siguiendo un vídeo o unirte a una clase virtual. 

¿Qué pasa si te contagias con el virus que causa la COVID-19?

Avisa a tu médico y hazte la prueba si sospechas que tienes COVID-19. Los síntomas leves, como la fiebre, se pueden tratar en casa con un analgésico como acetaminofeno (Tylenol y genérico), líquidos y reposo. También es aconsejable tener un oxímetro de pulso de farmacia, un pequeño dispositivo que puede revisar los niveles de oxígeno en sangre, dice Goldberg. Si experimentas dificultad para respirar o el oxímetro de pulso casero muestra que tu nivel de oxígeno en sangre es del 95% o inferior, lo mejor es llamar a tu médico de inmediato, dice.

Y si tienes problemas respiratorios significativos, dolor o presión persistente en el pecho, confusión repentina o labios o cara azulados, llama al 911. Estas pueden ser señales de una complicación como la neumonía. Algunos de estos síntomas, junto con mareos, náusea, dificultad para hablar, debilidad y caída facial en un lado, también pueden ser señales de advertencia de ataque cardíaco o derrame cerebral.

Con un caso leve de COVID-19, deberías sentirte mejor en 2 o 3 semanas. Pero todavía puedes quedarte sin aliento cuando te esfuerzas, incluso durante tareas simples como lavar platos.

Si la falta de aliento persiste por más de 3 semanas, Titano aconseja llamar a tu médico de atención primaria. Si bien la mayoría de las personas experimentan esto simplemente porque han perdido fuerza durante COVID-19, “un subgrupo podría beneficiarse de las evaluaciones para problemas como miocarditis, irregularidades del ritmo cardíaco o insuficiencia cardíaca”, dice Titano. En tales casos, tu médico puede recetar medicamentos como inhibidores de la ACE, bloqueadores beta como metoprolol (Lopressor, Toprol-XL) o carvedilol (Coreg), o diuréticos como furosemida (Lasix), además de aconsejarte sobre ejercicio (ver cuadro, abajo) y dieta. “La mayoría de los pacientes responden bien a esto, pero es demasiado pronto para saber si necesitarán tomar estos medicamentos de manera permanente”, dice Goldberg. 

Recupera tu salud después de COVID-19

Después de recuperarte de la COVID-19, es importante reanudar la actividad física tan pronto como sea posible. “Las personas no se dan cuenta de la pérdida de condicionamiento cardíaco que puede ocurrir después de solo 2 o 3 semanas de enfermedad, de reposo prolongado en cama y por un estilo de vida sedentario”, dice el cardiólogo Ruwanthi Titano, MD.

Sin embargo, antes de comenzar a hacer ejercicio, aunque sea ligero, obtén la aprobación de tu médico de atención primaria. Si estuviste en el hospital o tuviste síntomas como dolor en el pecho o falta de aire extrema, es posible que también debas ser evaluado por un cardiólogo y realizar fisioterapia (FT) para recuperar la fuerza. Si ya estás en FT, tu terapeuta dirigirá tu régimen. De lo contrario, empieza con algo como caminar. Ve despacio y detente cuando te sientas sin aliento. Si el ejercicio de pie es demasiado agotador, intenta algo que puedas hacer sentado o acostado, como levantar las piernas. A medida que ganes resistencia, podrás hacer más actividades. 

Nota del editor: este artículo también apareció en la edición de enero de 2021 de Consumer Reports On Health.

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