Arrestan a padre e hijo hispanos por la desaparición de la estudiante Kristin Smart hace 25 años

El cuerpo de la joven nunca apareció. Todo este tiempo, Paul Flores ha sido el sospechoso pero, hasta ahora, no habían pruebas contundentes en su contra

Paul Flores y Ruben Ricardo Flores

Ruben Flores, de 80 años, está acusado de ayudar a su hijo a deshacerse del cadáver. Crédito: San Luis Obispo County Sheriff’s Office | Cortesía

Dos hombres hispanos han sido detenidos por la desaparición de la estudiante Kristin Smart, que ocurrió el 25 de mayo de 1996, hace casi 25 años. Uno de ellos está acusado de asesinato y el otro, padre del primero, de ayudar a deshacerse de los restos de Smart.

Paul Flores, que tiene ahora 44 años, ha sido el foco de las investigaciones sobre el caso porque era compañero de clase de Smart en la universidad californiana Cal Poly San Luis Obispo y porque fue la última persona con quien vieron a la joven. Ni los perros ni los radares de las investigaciones consiguieron dar con el cuerpo de la mujer, por lo que -hasta ahora- no había habido forma de acusar a Flores por su desaparición y presunta muerte.

Casi 25 años investigando la desaparición de Kristin Smart

Pero las décadas de investigación dieron sus frutos recientemente y este martes las autoridades arrestaron a Flores como sospechoso de asesinato y a su padre, Ruben Ricardo Flores. Al hombre de 80 años lo acusan de ayudar al presunto asesino a deshacerse de los restos mortales de Smart, tal y como dijo el sheriff Ian Parkinson.

Parkinkinson dio a entender el martes que una serie de pruebas físicas recabadas en los últimos años y declaraciones de testigos que no habían sido entrevistados anteriormente permitieron que un juez aprobara las órdenes de arresto contra padre e hijo.

Flores y su familia han sostenido con firmeza que el hombre es inocente. La madre del sospechoso, Susan Flores, se desvinculó completamente de la desaparición en una entrevista en televisión publicada hace cuatro semanas. “No tenemos ninguna responsabilidad por la desaparición y lo que le pasó a esa joven“, dijo Susan Flores a la reportera.

Paul Flores en el foco desde el principio de la investigación

Smart tenía 19 años y estaba en su primer año de universidad cuando desapareció tras una fiesta celebrada el fin de semana de Memorial Day de 1996. La joven volvía a su dormitorio universitario con otros dos estudiantes cuando Flores apareció y prometió acompañarla a su habitación, según contaron los propios estudiantes. Tomaba 10 minutos llegar desde el lugar de la fiesta hasta el dormitorio de Smart, pero nadie volvió a ver a la joven después de aquel momento.

La investigación colocó a Paul Flores en el punto de mira desde el principio. En aquel momento, Flores era también un joven de 19 años que acaba de empezar en la universidad. Cinco meses antes de su desaparición, una joven estudiante llamó a la policía para denunciar que Flores, aparentemente borracho, se había subido a su balcón y no quería irse, según Los Angeles Times.

Tras la desaparición, Flores dijo que había acompañado a Smart y que luego se había vuelto a su dormitorio. Pero su testimonio tenía algunas inconsistencias, según apunta el diario angelino. El joven dijo primero que él tenía un ojo morado debido al codazo que había recibido jugando al baloncesto. Pero más tarde reconoció que había mentido y dijo que se había golpeado mientras trabajaba en un camión en casa de su padre.

En febrero de 2020 registraron la vivienda de Flores en San Pedro, al sur de Los Ángeles, donde fue detenido este martes. Los investigadores entraron también en las casas de su padre y su hermana. Y pocas semanas después volvieron a revisar la vivienda del sospecho. Respecto a la casa de Rubén Flores, el padre, se realizó un nuevo registro en marzo de 2020 y otro este martes tras su detención.

Un “día agridulce” para la familia de Kristin Smart

A pesar de que nunca encontraron el cuerpo de Smart, el 25 de mayo de 2002 se declaró oficialmente su muerte, según ha dicho a medios locales el abogado de Flores, Robert Sanger.

Tras el arresto de los dos hombres, la familia de Smart lanzó un comunicado en el que critican la investigación inicial sobre la muerte pero elogian el trabajo del actual sheriff y un podcast que devolvió la atención al caso.

Los familiares de la víctima consideran un “día agridulce” este martes tras la detención de Paul y Ruben Flores, pero consideran que puede ser “el primer paso para traer a nuestra hija a casa“.

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