Las muertes por COVID-19 superan los 3 millones en el mundo
El número de vidas perdidas es similar a la población de Chicago
La cifra mundial de muertos por el coronavirus superó este sábado la sombría cifra de 3 millones, impulsada por reveses en la vacunación y por crisis cada vez más profundas en lugares de Latinoamérica como Brasil, así como al otro lado del mundo, en India y Francia.
El número de vidas perdidas, según lo compilado por la Universidad Johns Hopkins, es mayor que la población de la ciudad de Chicago (2.7 millones) y equivale a la de Philadelphia y Dallas juntas.
La cifra real de hecho puede ser mucho mayor debido al posible encubrimiento de parte de algunos gobiernos y por los muchos casos pasados por alto en las primeras etapas del brote que comenzó en Wuhan, China, a finales de 2019.
La vacunación está en marcha en más de 190 países, pero los avances en el control del virus varían enormemente de país en país.
Estados Unidos y Gran Bretaña han logrado avanzar cada vez más rápido y allí tanto la gente como las empresas comienzan a contemplar la vida después de la pandemia. Pero otros lugares, en su mayoría países más pobres, pero algunos ricos también, se están quedando atrás. En algunos sitios se han vuelto a imponer nuevas cuarentenas y restricciones a medida que aumentan los casos.
Pero en general, en todo el mundo, las muertes están aumentando nuevamente, con un promedio de 12,000 por día, y los casos nuevos también están aumentando, a 700,000 por día.
“Esta no es la situación en la que queremos estar 16 meses después de que empiece una pandemia, cuando ya hay medidas de control comprobadas”, le dijo Maria Van Kerkhove, una de las líderes de la Organización Mundial de la Salud en el COVID-19, a la Associated Press.
Brasil, “un infierno fuera de control”
En Brasil, donde las muertes rondan 3,000 por día, (una cuarta parte de las vidas perdidas en todo el mundo en las últimas semanas), un funcionario de la OMS comparó la crisis con un “infierno fuera de control”. Una variante más contagiosa del virus se ha extendido por todo el país.
Los casos aumentan y los hospitales se están quedando sin sedantes críticos. Algunos médicos han reportado que diluyen los suministros que quedan e incluso atan a los pacientes a sus camas para introducirles tubos de respiración por la garganta.
Siguiendo las indicaciones del presidente Jair Bolsonaro, quien ha comparado el virus con poco más que una gripe, su Ministerio de Salud durante meses apostó por una sola vacuna, e ignoró a otros productores. Surgieron cuellos de botella pero ya era demasiado tarde para conseguir grandes cantidades a tiempo.
India también está teniendo desafíos que repercuten más allá de sus fronteras, ya que el país es el mayor proveedor de inyecciones de COVAX, el programa patrocinado por la ONU para distribuir vacunas a las partes más pobres del mundo. El mes pasado, India dijo que suspendería las exportaciones de vacunas hasta que la propagación del virus dentro del país disminuya.
La OMS describió recientemente la situación del suministro como precaria. Hasta 60 países podrían no recibir más vacunas hasta junio, según un estimado. Hasta la fecha, COVAX ha suministrado unas 40 millones de dosis a más de 100 países, suficiente para cubrir apenas el 0.25% de la población mundial.
Disparidades entre pobres y ricos
A nivel mundial, alrededor del 87% de los 700 millones de dosis dispensadas se han distribuido en países adinerados. Mientras que 1 de cada 4 personas en los países ricos ha recibido al menos una vacuna, en los países pobres la cifra es de 1 en más de 500.
Otra preocupación: los países más pobres dependen de las vacunas fabricadas por China y Rusia, que algunos científicos creen que brindan menos protección que las fabricadas por Pfizer, Moderna y AstraZeneca.
La semana pasada, el director del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades reconoció que las vacunas del país, como Sinovac, ofrecen poca protección y dijo que los funcionarios allí están considerando mezclarlas con otras inyecciones para mejorar su efectividad.
Progreso irregular
En Estados Unidos, donde han muerto más de 560,000 personas, (1 de cada 6 muertes por COVID-19 en el mundo), las hospitalizaciones y las muertes han disminuido, las empresas están reabriendo y la vida comienza a regresar a algo parecido a la normalidad en varios estados. El número de estadounidenses que pidieron beneficios por desempleo bajó la semana pasada a 576,000, un mínimo en la era posterior al COVID-19.
Pero el progreso ha sido irregular y en las últimas semanas han surgido nuevos puntos calientes, sobre todo en Michigan. Aún así, las muertes en EE.UU. se han reducido a alrededor de 700 por día en promedio, cayendo desde un pico de mediados de enero de alrededor de 3,400.
Con información de AP