Aumenta el desamparo entre latinos en el Valle de San Gabriel

Organización ofrece servicios de ayuda a los desamparados para vivienda y empleo y aunque hay casos exitosos; aún hay personas sin hogar en las calles

Verónica Aguayo junto a su hijo. (Suministrada)

Verónica Aguayo junto a su hijo. (Suministrada) Crédito: Cortesía

Verónica Aguayo vivió durante años debajo de un árbol y al lado de una autopista en la ciudad de Irwindale, una ciudad en el Valle de San Gabriel.

Su adicción a las drogas la llevó a la indigencia y aunque su padre le ofreció ayuda en algún momento, ella no la aceptó. Cuenta que su adicción era más fuerte. Agregó que en aquel tiempos ella no se sentía una persona funcional y no sabía cómo salir de su círculo vicioso.

“No tenía ducha, no tenía letrina, no tenía nada”, contó.

La mujer, de raíces mexicanas, recordó que cuando llovía era lo peor ya que se mojaban sus pocas pertenencias incluyendo la cobija con la que se tapaba.

“Pero tenía mucho miedo dejar ese árbol”, indicó Aguayo, hoy de 31 años de edad.

En 2019 un grupo de socorro a los desamparados le ofreció ayuda para rehabilitarse. Aguayo aceptó de inmediato; días antes se había enterado que tenía dos meses de embarazo.

“Ahí cerca había otras dos mujeres que estaban embarazadas y no quisieron la ayuda del grupo y después perdieron a sus bebés”, recordó la mujer. “Gracias a los trabajadores yo pude tener a mi niño”.

El grupo al que ella se refiere es Union Station Homeless Service (USHS), que se encarga de darle la mano a los desamparados del Valle de San Gabriel y de otras partes del noreste de Los Ángeles.

Aguayo indicó que los trabajadores de USHS le ayudaron a obtener una vivienda temporal por nueve meses y la enviaron a un programa de rehabilitación por 90 días. Hace poco más de un año estuvo en una vivienda provisional en Pasadena que comparte con otras familias con niños.

Actualmente está en busca de su propio apartamento para compartir con su pequeño que está por cumplir los 2 años. Aguayo dijo que esta muy feliz en su nueva vida.

“Ahora trabajo, tengo ahorros y un vehículo. Sigo reglas que es lo que debe hacer cualquier persona funcional en la vida diaria”, contó emocionada. “Me encanta estar sobria y ser responsable”.

Henry Galvin recibió el apoyo de USHS. (Suministrada)

Una nueva vida

Henry Galvin también fue rescatado por miembros de USHS. El hombre de 54 años dijo que hace unos años cayó en una profunda depresión que lo llevó, de la noche a la mañana, a dejar su trabajo, su apartamento, sus pertenencias y a su familia.

Mientras vivía en las calles se enteró que su hijo se había suicidado y al poco tiempo su madre también falleció.

“Ese fue en el tiempo que me di cuenta que tenía que mejorar”, dijo Galvin. “El problema es que yo recibía ayuda pero no era suficiente”.

Durante la pandemia por el COVID-19, recibió la oferta de USHS para vivir temporalmente en un hotel, parte del proyecto Room Key para mantenerse a salvo del contagio del virus.

Una vez ahí, un consejero siguió su caso y para noviembre de 2020 ya le había conseguido un hogar permanente que comparte con su perrito Puppy en la ciudad de Hollywood.

“Yo no podía creer que ese era mi propio lugar, yo pensaba que ese apartamento debería ir a una familia con niños”, dijo Galvin quien aceptó que le tomó un tiempo digerir el inicio de una nueva vida.

“Union Station me dio las respuestas que yo necesitaba. Ahora ya no tengo que preocuparme de dónde me voy a bañar la próxima vez o cómo voy a lavar mi ropa”, indicó.

En 2019 el Valle de San Gabriel reportó poco más de 4,500 personas identificadas como desamparadas.
De ellos, 3,027 vivían en las calles, según los datos oficiales de la Autoridad de Servicios para Desamparados de Los Ángeles (LAHSA). De dicho total, 2,225 se identificaron como latinos.

El año pasado en Pasadena se reportaron cerca de 527 desamparados de los cuales 294 vivían en las calles. El 35% se identificó como latino.

Anne Miskey, directora ejecutiva de USHS, dijo que la agencia se encarga de ofrecer servicios integrales a personas sin hogar como alojamiento provisional para adultos y familias y eventualmente vivienda permanente.

“Y les brindamos servicios completos como [para atender la] salud mental, adicciones y capacitación laboral para quienes lo deseen”, expresó. “Conectamos a las personas con servicios comunitarios como médicos, grupos religiosos y demás”.

Las personas sin hogar reciben ayuda de miembros de USHS. (Suministrada)

Más latinos en el desamparo

Miskey dijo que en los últimos años se ha visto un alza considerable de indigentes latinos, algo que no se veía en el pasado. Algunas de las principales razones son los altos costos de vivienda y trabajos mal pagados.

Del total de desamparados reportados por LAHSA en 2019 en el Service Planning Area 3 (SPA3), que incluye al Valle de San Gabriel y Pasadena, se estima que el 49% son latinos, ya sean inmigrantes o descendientes de varias generaciones que viven en Estados Unidos.

La directora dijo que el alto costo de vivienda obliga a las personas a vivir por grandes números en una vivienda o a tener que quedarse en la calle.

Los desamparados inmigrantes habían sido los más difíciles de encontrar ya que muchos tenían miedo de buscar servicios o ayuda por el temor de ser deportados, explicó Miskey.

Lo que ha ayudado en el éxito del alcance a los desamparados es que los mismos miembros del grupo son personas hispanas y bilingües. Alrededor del 45% son miembros que viven en las mismas comunidades que atienden.

Aseguró la cantidad de personas que se queda sin hogar es mayor que la cantidad que se pueden albergar.

“La gente simplemente no puede pagar una vivienda y si no pueden pagar una vivienda, se quedarán sin hogar y desarrollarán problemas de salud mental si su única opción es vivir en una tienda de campaña en la calle”, dijo Miskey. “Lo mismo ocurre con la adicción, mucha gente la consume debido a los horrores de vivir en la calle”.

Esfuerzos por terminar con la indigencia

En su discurso anual sobre el estado de la ciudad, el alcalde Eric Garcetti anunció el lunes que el presupuesto propuesto de casi $1,000 millones de dólares dedicará más de $950 millones a la lucha contra la falta de vivienda.

Indicó que la clave para acabar con la falta de techo es alquilar, comprar y construir viviendas, y pidió al estado que invierta $16,000 millones durante cuatro años en la vivienda y los servicios de las ciudades de California.

También pidió al gobierno federal que declare una política de “Derecho a la vivienda” y que financie completamente los vales de la Sección 8.

Sin embargo, un juez federal puso una pausa a su plan un día después cuando ordenó a la ciudad y al condado de Los Ángeles que ofrezca vivienda a toda la población sin hogar de Skid Row en el centro de la ciudad para octubre de 2021.

También ordenó que los $1,000 millones propuestos por Garcetti se coloquen de inmediato en depósito en garantía “con los flujos de fondos contabilizados y reportados al tribunal dentro de siete días”.

El juez dijo en su orden que las mujeres solteras y niños no acompañados deben obtener vivienda dentro de tres meses, que las familias deben recibir refugio dentro de los cuatro meses siguientes y que cada persona sin hogar en Skid Row debe tener la oportunidad de salir del calles antes del 18 de octubre de 2021.

Agregó dijo que los ciudadanos ven a diario la desgarradora miseria de las personas sin hogar y la degradación de su ciudad y condado. Tan solo Skid Row cuenta con 50 cuadras de desamparados.

“Los Ángeles ha perdido sus parques, playas, escuelas, aceras y carreteras debido a la inacción de los funcionarios de la ciudad y el condado que han dejado a nuestros ciudadanos sin hogar sin otro lugar a donde acudir”, dijo el juez.

Aseveró que la retórica, promesas, planes y presupuestos no pueden oscurecer la vergonzosa realidad de la crisis actual.

“Año tras año, hay más angelinos sin hogar y año tras año, más angelinos sin hogar mueren en las calles”, escribió el juez en su orden.

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