‘La residencia es mi mejor regalo del Día de la Madre’: inmigrante mexicana

La obtiene a través de la petición de su segunda hija nacida en EE UU. Su hija mayor le regala un viaje a México

María De Lourdes Lizaola Pozos, recibe su residencia después de tres décadas de vivir en las sombras. (Cortesía Paulina Herrera)

María De Lourdes Lizaola Pozos, recibe su residencia después de tres décadas de vivir en las sombras. (Cortesía Paulina Herrera) Crédito: Cortesía

María De Lourdes Lizaola Pozos obtuvo el mejor regalo que una madre indocumentada pueda recibir, la residencia permanente en Estados Unidos, después de 30 años de vivir en las sombras.

“Mi segunda hija, Alma Leticia Varela presentó la petición de la residencia. Ella tiene 30 años ahora, pero desde que cumplió los 21 años me estuvo diciendo que investigara y buscara un abogado. Y si miré a muchos, pero uno y otro me decían que no me podían ayudar. Cada vez que salía de la oficina de un abogado con una negativa, se me bajaba la moral”.

Y así pasaron varios años hasta que encontró un abogado que aceptó ayudarle en su proceso de salir de la oscuridad migratoria y hacerse residente.

María de Lourdes entró a Estados Unidos en febrero de 1990 con una visa de turista y se quedó de manera permanente en el país. En Guadalajara, Jalisco, su tierra natal, permanecieron sus padres y 10 hermanos.

“Yo vine con mi esposo y mi hija mayor, María de Lourdes que en la actualidad tiene 31 años y es beneficiaria de DACA (el programa de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia). Mis dos hijos menores Alma Leticia y Ricardo nacieron en Los Ángeles”.

Durante las tres décadas que vivió sin un estatus migratorio, confía que lo que más añoraba era no estar en posibilidades de viajar a México y ver a su familia. “Mis padres consiguieron una visa de turista y venían a visitarme. Pero luego en 2016 mi madre murió y no pude viajar a verla y despedirme”, recuerda.

María De Lourdes Lizaola Pozos con sus nietas Vanessa y Daleysa. (Cortesía Paulina Herrera)

A pesar de que los abogados que consultaba en su desesperado anhelo  de salir del limbo migratorio, no le daban esperanzas, nunca claudicó y un día se encontró con el abogado Sergio Siderman quien aceptó tomar su caso. 

En octubre del 2018 inició el proceso I-130 de residencia permanente a través de la petición presentada por su hija Alma Leticia nacida aquí.

En enero del 2021 recibió su primer permiso de trabajo. El 7 de abril tuvo su entrevista con el Servicio de Ciudadanía y Migración (USCIS); el 13 de abril le avisaron que su residencia había sido aprobada y esta semana recibió la tarjeta de residente, válida por 10 años.

¡Ya la hice!”, recuerda María de Lourdes que se dijo animada a sí misma. “Algunas amigas me dicen, ‘ya te crees mucho por ser residente’. Yo les digo que sigo siendo la misma, pero la verdad me siento muy bien y más a gusto. Si pasa algo con mi familia en México, ya puedo viajar”.

El segundo regalo del Día de las Madres se lo dio su hija mayor, María de Lourdes. “Me pagó el boleto para ir a México en octubre. Voy a reunirme con mis hermanos a quienes no he visto por más de 30 años y a reencontrarme con mi papá”.

Mientras tanto lo que más quiere, es sacar su licencia de manejo ya como residente.

Y sin pensarlo, dice que la residencia es el mayor regalo que ha recibido en un Día de las Madres y lo festejará nada menos que viajando a Tijuana. “Mi hija Alma Leticia me ha invitado y dice que me va a llevar a comer un menudo muy bueno que hacen allá”.

Y la celebración seguirá en octubre cuando viaje a México tras décadas de no poner un pie en su pueblo natal. “Vamos a ir para las Fiestas de Octubre y también a la playa”, dice entusiasmada.

María De Lourdes Lizaola Pozos con sus nietas Vanessa y Daleysa, y su abogado de migración Sergio Siderman. (Cortesía Paulina Herrera)

Debido a que María de Lourdes entró al país con una visa de turista, no tuvo que solicitar un perdón ni viajar al Consulado General de EE UU en Ciudad Juárez para una entrevista.

“Si no hubiera entrado legalmente, habría tenido que hacer el proceso consular e ir a Ciudad Juárez”, explicó el abogado Siderman.

Y mencionó que muchas personas piensan que por haber excedido el tiempo permitido por la visa de turista, no pueden arreglar. “Siempre y cuando no hayan cometido delitos graves, hay una manera de obtener la residencia, ya sea porque se casaron con un ciudadano o residente o por un hijo nacido en este país. Con la gran ventaja de que no son obligados a salir fuera y califican para un permiso de trabajo que pueden usar antes de la entrevista para la residencia”.

Cuestionado sobre el porqué otros abogados no pudieron ayudarla, cree que pudo deberse a que quizá no eran abogados en migración y al desconocer el tema, preferían no tomar el caso.

María De Lourdes Lizaola Pozos con su familia.(Cortesía María de Lourdes Lizaola)

El abogado Siderman dijo que la tarjeta de la residencia se le entregó a María de Lourdes en un tiempo récord. “Ha sido lo opuesto a los peores momentos de la pandemia de COVID-19”.

Y agregó que la historia de María de Lourdes es una buena señal de que el USCIS está tomando medidas para ponerse al corriente con los miles de casos estancados debido a la crisis de salud.

“Recomiendo a quienes tienen un caso pendiente de inmigración, pedir información constantemente. Es vital mantener actualizada su información ante el USCIS como cualquier cambio de domicilio”.

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