Covid-19 truena a conocido restaurante de comida mexicana en el Valle de San Fernando
Es el número 47 que cierra de una organización de más de 200

Mamá Lichas Kitchen cierra sus puertas. (Cortesía Nadia Abrica) Crédito: Cortesía
Mamá Lichas Kitchen, un restaurante familiar de cocina mexicana, muy conocido en el barrio de Sylmar en el Valle de San Fernando de Los Ángeles, cerró sus puertas bajo el impacto de Covid-19.
“Ya no pudimos seguir abiertos. La situación rebasó nuestros límite. Tratamos de venderlo, pero nadie lo compró. Los cierres de negocios impuestos por el gobierno nos golpearon muy duro, y nosotros no teníamos el espacio para vender comida en las banquetas y el estacionamiento. Tampoco nos funcionó la comida para llevar”, dice Nadia Abrica, quien era propietaria de Mamá Lichas Kitchen.
El cierre de este popular restaurante fue un golpe muy duro para Abrica quien tras el cierre pasó semanas de depresión y tristeza.
“Cerramos el mes pasado, pero dentro de la organización So-Cal Restaurant Associacion.org que yo presidía, fuimos el restaurante número 47 que cierra en Los Ángeles, de más de 200 que son parte de esta agrupación de restaurantes hispanos”.

Mamá Lichas Kitchen fue abierto por Eva Ceja más conocida como Licha Ceja quien desde antes de emigrar a Estados Unidos, en su natal Michoacán, comenzó vendiendo tacos de a peso. “Ella abrió su primer negocio de comida Mamá Licha en Jiquilpan, Michoacán donde nació el general Lázaro Cárdenas, quien comió varias veces en su restaurante. Al emigrar a este país, trajo con ella su cocina”.
En la locación de Sylmar llevaban más de 10 años, pero antes estuvieron en varios lugares.
“Me quedé con una deuda de entre $17,000 a $14,000. Además quedé a deber como tres meses de renta y adeudo el gas”. Abrica pagaba de renta $3,800 mensuales, más los permisos de la ciudad y de salud.
“Hablé a la compañía de gas para ver si había alguna ayuda para los comercios afectados por Covid-19, y me dijeron que ninguna. Igual con los permisos de la ciudad. Todos van parejos”, le dijeron.
Atribuye el cierre de su negocio a las malas políticas del gobierno estatal. “No manejaron bien los cierres. Podíamos haber permanecido abiertos con medidas de distanciamiento social. Un mayor riesgo se corría en los supermercados y a esos no los cerraron”.
Y remató diciendo que el gobierno fue muy injusto con los restauranteros al imponerles políticas muy duras que a muchos los ahorcaron.
“No pudimos calificar para la ayuda del gobierno porque debíamos tener al menos 15 empleados, lo que nos hacía imposible recibirla”, dice.


Pero además, observa que tenían en frente del restaurante cinco vendedores ambulantes de comida. “Yo vendía el plato de menudo a $9,99 y ellos a $5,00. No podía competir contra ellos, con los gastos que nosotros tenemos como negocio establecido”.
Aclara que no está en contra de los vendedores ambulantes, pero considera que no se les debe permitir establecerse en áreas donde representan una competencia desleal para los negocios que venden sus mismos productos.
“California es muy caro. Se entiende que la gente va a comprar comida donde se la den más barata”.
La clausura de Mamá Lichas Kitchen dejó a cinco trabajadores sin empleo y a la propia familia Abrica sin ocupación laboral. “En el restaurante trabajaba mi esposo, mi hijo mayor de 18 años, cinco trabajadoras indocumentadas, las más chambeadoras por cierto, mi mamá y yo misma”.
Por ahora, no piensa regresar al negocio de la comida. “Conseguí un empleo en la campaña de vacunación, que espero me ayude a pagar las deudas. Pero definitivamente el cierre de Mamá Lichas Kitchen nos ha dejado con un gran dolor en el corazón”.