Shell: la histórica decisión judicial que ordena a la petrolera cortar drásticamente las emisiones
En una decisión aplaudida por las organizaciones medioambientales, un tribunal civil dictaminó que la petrolera británico-holandesa debe reducir sus emisiones un 45% en menos de 10 años.
Un tribunal de los Países Bajos falló este miércoles en un caso que puede sentar un precedente histórico que la petrolera Shell debe reducir sus emisiones.
Para el año 2030, Shell debe cortar sus emisiones de CO2 un 45% en comparación con los niveles de 2019, dictaminó el tribunal civil.
Según el veredicto, el grupo Shell es responsable de sus propias emisiones de CO2 y de las de sus proveedores.
Es la primera vez que una empresa es obligada legalmente a alinear sus directrices con los acuerdos del clima de París, señaló la organización ecologista Friends of the Earth (FoE).
La asociación presentó la demanda de este caso ante los tribunales en 2019 junto a otras seis organizaciones y más de 17.000 ciudadanos holandeses.
Pese a que la decisión solo aplica a Países Bajos, podría tener consecuencias en otros lugares.
Tears. of. joy. 🚨WE WON! 🚨
— Friends of the Earth Europe🌍 (@foeeurope) May 26, 2021
The Dutch court just ruled Shell must cut its CO2 emissions by 45% by 2030 (relative to 2019 levels).
The climate fight is enormous but we know we can win this thing, beat fossil fuel companies and build a better world. ❤️#StopShell pic.twitter.com/MCGHyfI9Gf
La corresponsal de la BBC en el país europeo, Anna Holligan, tuiteó que es un “fallo que sienta precedente”.
“Es una excelente noticia y una enorme victoria para la Tierra, nuestros hijos y todos nosotros”, expresó en un comunicado el director de FoE, Donald Pols.
“El juez no deja lugar para la duda: Shell está causando un peligroso cambio climático y debe pararlo ahora rápidamente”.
Acuerdos de París
En los Acuerdos de París sobre el cambio climático, cerca de 200 países accedieron a mantener las temperaturas globales “por debajo” de los 2 ºC por encima de los niveles preindustriales.
El tratado, legalmente vinculante, entró en vigor el 4 de noviembre de 2016.
Estados Unidos se retiró del mismo bajo la presidencia de Donald Trump, pero se volvió a sumar con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca.
Varios grupos de todo el mundo están intentando forzar a las empresas y gobiernos a cumplir con los acuerdos a través de los tribunales.
Shell se ha mostrado dispuesta a alcanzar unas emisiones netas 0 tanto para la compañía como para los productos utilizados por sus clientes para el año 2050.
En diciembre, los abogados de la empresa le dijeron al tribunal holandés que la compañía ya está adoptando “serias medidas” para distanciarse de los combustibles fósiles, y consideró que no había base legal para el caso.
Una victoria medioambiental
Análisis de Roger Harrabin, analista de Medio Ambiente
El veredicto de Shell es una enorme victoria para los medioambientalistas, y otros gigantes industriales estarán intentando averiguar cómo les puede afectar a ellos.
Porque, de repente, ya no es suficiente que las empresas acaten la ley en sus emisiones – en un extraordinario caso como este, también tienen que cumplir con la política global del clima.
La defensa de la compañía es que si las personas sienten que el progreso hacia el recorte de emisiones es demasiado lento, deben presionar a los gobiernos, no a Shell, para que cambien las políticas y ofrezcan incentivos financieros.
Los jueces decidieron claramente que Shell debe asumir la responsabilidad de recortar las emisiones de forma mucho más rápida.
Seguramente la empresa apelará el fallo, y tiene posibilidades de ganar el caso en un tribunal superior.
Pero ya solo el veredicto será una advertencia a las empresas de todo el mundo de que la batalla contra el cambio climática puede significar el final de cualquier cosa que parezca “lo mismo de siempre”.
Shell, cuyo nombre completo es Royal Dutch Shell, es una multinacional británico-holandesa.
Dado que su sede está en La Haya (Países Bajos), FoE pudo presentar la demanda en un tribunal holandés.
Este mismo año otro tribunal holandés falló que Shell fue responsable de los daños causados por los derrames petroleros en el delta del Níger, y ordenó a la compañía pagar compensaciones a los agricultores.
Shell, sin embargo, dijo que los derrames fueron un acto de “sabotaje”.
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