Equipan a decenas de niños con zapatos, útiles escolares y computadoras nuevas

East Side Riders Bike Club y Hey Leche Foundation premian ensayos de 34 niños latinos y afroamericanos antes del regreso a clases

Pequeños salen con sus zapatos , listos para ir a la escuela.  (Jorge Macias/La Opinión)

Pequeños salen con sus zapatos , listos para ir a la escuela. (Jorge Macias/La Opinión) Crédito: Jorge Macíás | Impremedia

Marlene, de15 años de edad, Valery, de 13 y David Carrillo, de 9, así como su amiga Estrella Sandoval, de 11 años  fueron parte de los 34 afortunados ganadores de una laptop, una mochila repleta con útiles escolares, zapatos tenis nuevos y una tarjeta de regalo de $100, gracias a la labor altruista de  The East Side Riders Bike Club y la fundación Hey Leche de la ciudad de Compton.

Desde temprana hora, familias latinas y afroamericanas hicieron fila afuera de una zapatería donde los niños entraron solos para escoger gratuitamente los zapatos tenis nuevos que estrenarán en el inicio del nuevo ciclo escolar.

“Están bonitos los tenis”, dijo tímidamente Marlene, luego de salir de la zapatería. “También me gustó la laptop”.

“Las necesidades creadas por la pandemia del covid-19 son muchas para las familias y era necesario que alguien hiciera algo por los niños y sus familias”, comentó Adriana Orozco, tía de Marlene, Valery y David, además de voluntaria en la fundación Hey Leche, un organismo sin fines de lucro.

John Jones III (i), presidente y cofundador de East Side Riders Bike Club, con una familia que se benefició del apoyo dado a los estudiantes.

Thomas Navarro, estilista, educador y director de la organización Hey Lecche, reflexionó sobre las necesidades de las familias y junto con John Jones III, director del East Side Riders Bike Club reunieron la ayuda de  numerosas organizaciones que donaron los artículos necesarios para los niños y adolescentes: LA2050, el Fondo Comunitario de California, GRoW Annenberg, Blue Shield Promise, Comité Anfitrión del Superbowl de L.A., DNA Fit, entre otros.

“A veces, cada uno necesita un poquito de sufrimiento para apreciar las cosas que se le dan”, dijo Navarro a La Opinión. “Así, muchas veces crecemos más fuertes que si se les diera todo; esa es nuestra motivación, darles las herramientas de lucha no solo a los hijos, sino también a los padres”.

Compton, una ciudad ubicada en el sureste del condado de Los Ángeles tiene una población de 96,456 habitantes, según cifras oficiales del Censo de  Estados Unidos. De ellos, el 68% son latinos; mientras los afroamericanos componen el 28.9%.

Estos dos grupos en promedio tuvieron un ingreso per cápita de $17,049 entre los años de 2015 y 2019; además, el 20.5% (19,404) viven en la pobreza.

Los niños también recibieron un corte de cabello.

“Los niños ya  van a entrar a clases y no tenían zapatos”,  dijo Berenice Pérez, quien acudió al evento con tres de sus cuatro hijos: Oliver de 10 años de edad, Gustavo,  de siete y Geovanny, de cuatro.

De hecho, Geovanny llegó con sandalias y al final sonreía por tener tenis nuevos.

“Entre uniformes, útiles, mochilas y zapatos yo debería haber gastado unos $1,000  antes que entren a clases, pero no tengo ese dinero”, declaró la señora Pérez a La Opinión. “Mi esposo vende flores y el dinero no alcanza; todo está bien caro”.

John Jones III, presidente y cofundador de East Side Riders Bike Club destacó que los niños de Compton, del vecindario de Watts y de otras ciudades del sureste de Los Ángeles les dijeron el por qué merecían tener una computadora portátil, el vale de $100 para compras en Smart & Final y los demás artículos que entregaron, entre ellos 200 mochilas.

“Escogimos 34 niños y lo que hicimos es una forma de retribuir a la comunidad”, dijo Jones III. “Hicimos esto el año pasado, y aunque esta vez es con un estilo diferente, los rostros sonrientes de los niños y sus familias muestran la misma felicidad”.

Además de zapatos y computadoras, los niños recibieron mochilas llenas de útiles.

Jones III recordó que cuando era joven, Henry Ortega, un ayudante del Departamento del Sheriff del condado de Los Ángeles en  la Estación Century del LASD le ayudó a cambiar su vida, gracias a una interacción distinta de la que había tenido en el pasado con las autoridades.

“Vi a alguien que se preocupó e hizo todo lo posible para ayudar a los niños de la comunidad; los llevó a diferentes partes de la ciudad y les demostró que valían algo”, dijo respecto a  su motivación personal para ayudar a los pequeños y sus familias.

“Todos estos niños tienen historias diferentes; para algunos de ellos, sus padres simplemente no pueden pagar una computadora portátil y los útiles escolares… Algunos de estos niños solo necesitan una mano extra”, agregó.

Una ayuda extra que fue agradecida de corazón por parte de Ashly Palomares, madre del niño Jacob Palomares, de nueve años, quien vive en el vecindario de Watts.

“No había dinero para comprarle una laptop a mi niño; la que teníamos antes la rompió el más pequeño  de mis hijos,  y para colmo de males, la que le prestaron del LAUSD no se podía oír bien y le fallaban las teclas”, expresó.

De  igual manera se manifestó Mariana Cortes, madre de Katherine Cortez, de 15 años, quien pronto irá a la preparatoria Jordán High School.“Estoy feliz que hayan escogido a mi hija”, declaró. “Es una gran ayuda”.

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