Julio César Chávez y su primera vez con las drogas: “Todos los capos me querían conocer y yo quería perico”
En una jornada de confesiones con Yordi Rosado, Julio César Chávez contó su primera experiencia con las drogas: después de vencer a Héctor "Macho" Camacho estuvo rodeado por los capos más importantes de la historia de México, y les pidió perico
Chávez contó que todos los capos de la droga lo respetaban. Crédito: John Gurzinski | AFP / Getty Images
En su entrevista con Yordi Rosado, en la que reveló que sus hijos no le hablan por culpa de Saúl “Canelo” Álvarez, Julio César Chávez contó cómo entró al mundo de las drogas, a qué narcotraficantes conoció y cuál fue su deseo aquella noche que dio inicio a una etapa gris de su vida.
Alrededor del minuto 58 de la entrevista, una vez Rosado trató de introducir el tema referente a la relación entre Chávez y los carteles, “El Gran Campeón” lo interrumpió y fue enfático: “Conozco a todos los narcotraficantes: al Chapo Guzmán, a Amado Carrillo, a “El Azul”, a El Güero Palma, al Mayo Zambada, a los Arellano“.
Una vez se convirtió en campeón del mundo, Julio César Chávez pasó a ser un referente para los capos de la droga en México, quienes lo mandaban a llamar con miembros de sus respectivas organizaciones para conocerlo. Chávez señaló que negarse a encontrarse con los principales capos de la droga era muy complicado: “Y si no iba, te llevaban. Mejor hacer amigos que enemigos“, comentó.
El día que venció a Héctor “Macho” Camacho quedó marcado en la mente del “César del Boxeo”, y no solo por lo logrado sobre el ring, sino por la anécdota en la que se convirtió lo que vivió después.
“Ese día habían como 1000 años de cárcel: estaban los Arellano Félix, estaba El Güero Palma, estaba Amado Carrillo, estaba el Chapo Guzmán, El Azul, El Mayo Zambada… y todos querían conocerme“, contó.
Aquella noche fue la primera en la que Julio César Chávez consumió droga. Confesó “estar loco”, y mientras los narcotraficantes hablaban de la pelea, él se enfadó. “Cómo chingan“, les dije. Él tenía otros planes: quería perico.
“Yo lo que quería era perico, ¿me entiendes? Y de ellos, nadie traía perico. Les dije: como nadie trae perico me voy a la chingada“, confesó. De inmediato los narcotraficantes atendieron a su necesidad para evitar que Chávez se fuera de la reunión.
El legendario púgil mexicano reconoció que los narcotraficantes siempre lo respetaron, y que a pesar de las peleas entre los carteles, él siempre fue tratado de buena manera. Le regalaban la droga, joyas, relojes y demás accesorios de valor.
Julio César Chávez fue un buen amigo de los capos, y eso le valió para poder contar dichas historias en este momento.
