La frontera: nicho de miles de migrantes

Más de 11,000 personas han perdido la vida en su intento por llegar a EE.UU. en los últimos 26 años, dicen activistas

Diversas personas llevaron flores y calaveritas de azúcar para ponerlas frente al muro. / fotos: Manuel Ocaño.

Diversas personas llevaron flores y calaveritas de azúcar para ponerlas frente al muro. / fotos: Manuel Ocaño. Crédito: Impremedia

La Coalición de grupos Pro Defensa del Migrante de Tijuana, en México, recordó esta semana -con motivo del Día de los Muertos- a los más de 11,000 migrantes que han perdido la vida en su intento por cruzar la frontera de forma indocumentada.

La abogada Esmeralda Siu dijo a La Opinión que desde que la coalición monitorea las fatalidades en la frontera, desde 1995, se sabe de 9,077 migrantes a quienes sí se les ha podido identificar. No osbstante, aún hay otros 2,042 de quienes se desconoce su nombre y procedencia.

Agregó que el Título 42, una medida de salud pública para evitar la propagación del covid-19 que autoriza a la Patrulla Fronteriza a regresar de inmediato a los migrantes a México -muchas veces por el mismo punto por el que cruzaron a Estados Unidos-, “obstaculiza que las familias puedan solicitar asilo y les obliga a buscar corredores [para cruzar] cada vez más peligrosos”.

Siu también destacó que mientras más tiempo permanecen los migrantes en la frontera mexicana, más riesgos enfrentan.

La organización Human Rights First documentó tan solo hasta junio pasado más de 6,000 abusos a migrantes, como violaciones, secuestros y agresiones.

La coalición se lamentó por las “miles de familias que han perdido a sus seres queridos, al venir a buscar lo básico para sobrevivir”.

A esas más de 11,100 muertes documentadas hasta ahora, se suman quienes murieron en 1994 cuando comenzó la Operación Guardián de la patrulla fronteriza.

En aquel tiempo, los grupos todavía no llevaban un registro de las fatalidades pero se sabe que una cantidad desconocida de personas perecieron y que sus restos siguen sin encontrarse.

El padre Pat Murphy, director de la Casa del Migrante, dijo que el año pasado perecieron en la frontera 422 migrantes y este año, hasta junio, se le sumaron otras 321 muertes de migrantes.

El padre dijo a La Opinión que la diferencia entre las políticas fronterizas de Donald Trump y el presidente JoeBiden es que “Biden tiene buenas intenciones, pero el congreso no lo apoya”.

Sin embargo, Murphy responsabilizó también al gobierno de México ya que “dice que los migrantes son bienvenidos, pero no hace nada por ayudarles”.

En un acto ante el muro fronterizo en Tijuana, la Coalición pintó en los pilares de la barda de 30 pies y que se levantó durante la era de Trump, las cantidades de personas que han perdido la vida en la frontera desde hace 26 años.

También cubrieron con flores de cempasúchil y calaveras de azúcar un tramo de la vía junto al muro que guía al Aeropuerto Internacional de Tijuana, en la colonia Libertad.

Ahí el padre Murphy leyó: “Los grupos de la Coalición Pro Defensa del Migrante exigimos un trato digno para los migrantes que llegan al estado de Baja California, para las niñas y los niños no acompañados, los adolescentes y familias migrantes de diferentes nacionalidades”.

El director de la Casa del Migrante también pidió por los mexicanos que llegan a Baja California “escapando de la violencia que existe en sus lugares de origen”.

El sacerdote calificó de “grave la violencia” de la guerra entre cárteles que obliga a familias mexicanas, principalmente de los estados de Michoacán y Guerrero, a huir a la frontera con California.

Murphy criticó que las autoridades “ni ayudan a los migrantes y no ayudan a las organizaciones civiles que están haciendo el trabajo que le corresponde hacer al gobierno”.

En los últimos 26 años, el año más fatídico para los migrantes que cruzaban la frontera fue durante 2005, cuando se reportaron 516 muertes, seguido del año 2,000 con 499 fallecimientos.

El padre Pat Murphy criticó a las autoridades por no ayudar a los migrantes ni a las organizaciones civiles.

Las sumas de fatalidades indican que son poco los años en que, en promedio, no muera por lo menos una persona cada día al intentar cruzar la frontera, incluidos todos los años del gobierno de Trump.

La ceremonia se llevó a cabo en el mismo tramo de frontera donde desde 1995 se colocaban pequeñas cruces de madera sobre el muro fronterizo de metal.

Cada una de esas cruces tenía por lo menos el primer nombre y apellido de la persona que perdió la vida en su intento al cruzar “al norte”, pero en algunos casos solo tenía incluido la edad del inmigrante y el lugar del que procedía.

El otro sitio de la frontera que celebró esta semana el Día de los Muertos migrantes fue el cementerio de la ciudad de Holtville, en el fronterizo Valle Imperial de California.

El consejo de gobierno de dicha área permitió que en un sector del cementerio permanezcan los restos de unos 400 migrantes desconocidos.

A manera de lápidas, cada “tumba” tiene un sencillo ladrillo con las palabras “desconocida” y “desconocido”.

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