Se abre una nueva ventana de posibilidades para los latinos
Panel de la Alliance for a Better Community detalla ambicioso plan para efectuar un cambio positivo en nuestra comunidad
El lanzamiento del documento Informe Latino: Una hoja de ruta de políticas para transformar Los Ángeles elaborado y promovido por la Alliance For a Better Community (ABC) da la oportunidad de reflexionar sobre la situación actual de la comunidad latina en nuestro condado de Los Ángeles y alrededores y relanzar una serie de reivindicaciones y propuestas que catapulten a los latinos para que cumplan todo su potencial.
Con motivo de la publicación del documento y su lanzamiento en conjunto con otras organizaciones, el LA Media Roundtable (LAMR) organizó una presentación digital en la que los autores contestaron a preguntas de medios y desarrollaron los temas más actuales que se derivan de su análisis.
Moderó Arturo Carmona, director de LAMR, y presentó Gabriel Lerner, editor Emérito de La Opinión.
Vanessa Aramayo
“Desde nuestra fundación nos decidimos a establecer iniciativas de políticas y una agenda de participación para mejorar la vida de los latinos en el condado”, dijo Aramayo, directora ejecutiva de ABC.
“Hace 20 años, líderes cívicos fundaron ABC para enfocarnos en avanzar la agenda latina de la región de Los Ángeles. En 2003 publicamos la primera tarjeta de puntuación latina (latino scorecard), con base en las expectativas de que un nuevo liderazgo crecería de la comunidad por el camino que estábamos recorriendo”.
“Era el momento de acción, y esa fue la base de la organización. Identificamos desafíos en salud, educación, oportunidades económicas, de seguridad pública y en otros ámbitos.
Esas ideas siguen vigentes, no solo para latinos sino para toda la población.
Hoy, ABC incrementa los términos de equidad y oportunidades para los latinos con la premisa de que la inversión en la comunidad se expande y crece.
En estos días de aumento de la representación latina pretendemos entonces diseñar una agenda común para todos los latinos, con el éxito de individuos y la comunidad como nuestro objetivo”, agregó Aramayo.
Dra. Susana Bonis
La Dra. Susana Bonis, directora sénior de proyectos de Alliance for a Better Community, hizo una presentación de datos cruciales sobre las cinco diferentes áreas sobre las cuales se está basando el documento: educación, salud, seguridad pública, prosperidad económica y participación cívica.
La presentación se enfocó especialmente en el tema educativo.
Respecto a los sobre los cambios en la tasa de graduación de secundaria por parte de latinos, Bonis explicó que en 2003 lo que llamaba la atención era el alto número de jóvenes latinos que no se graduaron de la secundaria.
En aquel entonces, no hace mucho, el 40% de los que empezaban no llegaban al último año. “Los números ahora son esperanzadores, pero hay todavía mucho por hacer”, dijo Bonis.
Porque en 2019, el índice de graduación había subido a 80%, una tendencia a la alza que comenzó en 2016. A partir de 2018 más de la mitad de los alumnos latinos completaron los requerimientos de ingreso a los sistemas universitarios públicos del estado Universidad de California (UC) y Universidad del Estado de California (CSU o Cal State). Pero si consideramos que el 80% del total se graduó, la proporción de quienes se graduaron con las puertas abiertas de las universidades públicas es de poco más del 40%.
De los egresados latinos de secundaria en 2018, el 56% fueron a escuelas comunitarias de dos años. Quienes fueron directamente a la universidad, alrededor de un tercio optó por el sistema Cal State. Nueve por ciento de ellos fueron a una de las del sistema Universidad de California, cuyos requisitos de ingreso son más severos.
Un porcentaje menor, inició sus estudios universitarios en otras casas de altos estudios dentro o fuera del estado.
Llama la atención, dijo Bonis, el alto número de latinos que eligen seguir estudios a través del sistema de colegios comunitarios, con un ciclo de dos años. Es más del 56% de los que se graduaron. De ellos, el 44% lograron un certificado de finalización de estudios, y el 23% se transfirieron a universidades de cuatro años.
Es una proporción respetable, pero para los no latinos, el porcentaje fue de 46% y 32% respectivamente.
Hablando de la prosperidad económica, acotó la investigadora, casi la tercera parte de las familias hispanas en el condado ganan entre 40,000 y 80,000 dólares por año. El 18% de ellas ganó más de $135,000. Estos son los índices más bajos de todos los grupos étnicos de nuestra área, especialmente la incidencia de familias con bajos ingresos.
Y entre las familias latinas que son además inmigrantes, la tercera parte gana menos de 40,000 por año.
En cuanto a la propiedad de vivienda, entre 2010 y 2019, el número de latinos que son propietarios fue estable, pero nunca superó al término medio de la población. En 2019, por ejemplo, fue de 42%, comparado con 57% para los no latinos.
Nuevamente hablando de los hispanos inmigrantes, los no ciudadanos, la proporción de dueños de casa es significativamente menor, de 25%.
Otro aspecto en el que ponemos atención es el valor de las propiedades. Aquí, más de la mitad de los latinos que son propietarios poseen casas que valen menos de medio millón de dólares, comparado con el 22% por parte de los blancos.
Finalmente, un indicador importante es la carga de la renta, el alquiler que pagan los inquilinos.
Si uno gasta más del 33% de su ingreso en alquiler, se considera que la renta es una carga. Y si es más de la mitad del ingreso, una carga severa.
En 2019, el 52% de los latinos experimentaban carga de renta. Uno de cada cuatro sufre una carga severa.
El porcentaje bajó un poco, pero sigue siendo más que el resto de la población.
Y otra vez, entre los no ciudadanos el porcentaje que tiene dificultades para pagar la renta es mucho más alto, y hay que acotar que subió considerablemente a causa de la pandemia.
Panel de expertos
A continuación, un panel de ABC detalló los alcances del plan y el análisis de la realidad latina tal como la conciben los expertos del equipo.
El panel estuvo compuesto por Vanessa Aramayo, Robert Sainz, Presidente y director ejecutivo, de la organización sin fines de lucro New Ways to Work, que opera con adultos jóvenes que egresan del sistema de adopción y también presidente de la Junta que gobierna ABC, y la Dra. Feliza Ortiz-Licon, directora a partir de mayo de políticas y defensa de Latinos for Education, organización sin fines de lucro que brega por eliminar las barreras para los estudiantes latinos y que también es la Secretaria de ABC.
Vanessa Aramayo inició diciendo que “ahora somos (ABC) más fuertes que nunca, porque en las últimas dos décadas, hemos ganado la experiencia que se requiere para avanzar la agenda latina. Hemos entablado una relación de cooperación y trabajo conjunto con los mejores partners en los medios y la academia. Y hemos adquirido una mayor capacidad de movilización a través de la alianza con nuestros colaboradores de las organizaciones CHIRLA, CARECEN y otras.
Podremos, por así decirlo, arrojar más luz sobre las necesidades de los latinos con estudiantes, trabajadores indocumentados y otros.
En el informe tenemos 32 recomendaciones en cinco áreas temáticas diferentes; en el área de la educación queremos asegurar que estudiantes latinos no sean dejados atrás con la salida del país de la crisis del coronavirus.
Robert Sáinz: la pandemia impactó severamente nuestra comunidad, no solo económicamente sino también en el aspecto de salud mental y en el debilitamiento de la estructura familiar.
Ningún otro grupo en LA fue impactado tanto como los latinos. Se han perdido puestos laborales en sectores donde abundaban, como hotelería, entretenimiento, ventas al por menor, restaurantes. Son sectores que fueron especialmente golpeados por los problemas económicos que derivan de la pandemia. Y con la evaporación de los ahorros hay menos capital para el desarrollo.
Arturo Carmona al equipo: ¿Cuáles son los mayores desafíos que entrentan los estudiantes latinos en la región de Los Ángeles?
Dra. Ortiz-Licon: Existe un equilibrio entre desafíos y oportunidades. No se puede negar el impacto a largo plazo que impone la pandemia, un impacto que todavía se está expandiendo. En este sentido, por ejemplo, las tasas de graduación de bachillerato sufrirán una disminución. Y necesitamos mantener la línea, insistir. Hay desafíos que no son nuevos para la comunidad. Ya existía antes de la pandemia la disparidad en el cuidado de la salud, la problemática en la vivienda, la inseguridad alimentaria, el menor nivel educativo, una fuerza laboral más en el sector de servicios sin beneficios. Encima de todo eso se vino, la pandemia.
Veremos un impacto generacional de la pandemia. Tenemos que seguir enfocándonos en las cuestiones que diferencian a los latinos. Necesitamos asegurar que tenemos un enfoque, una idea, de cómo se ve la recuperación. En todo lo que nos define; por ejemplo, yo soy latina, soy mujer, soy trabajadora, soy madre…
Arturo Carmona: la recuperación ¿será equitativa para los latinos.?
Robert Sáinz: depende del nivel de logro y educación. La pandemia exacerbó el hecho de que hay una economía de servicio donde está concentrada la labor de los latinos. El problema ya existía. Las habilidades que nos permitieron llegar adonde estamos ya no son necesarias. Las habilidades necesarias son más complejas. En la actualidad, para poder mantenernos al nivel de desarrollo actual, se necesitan ingenieros.
Los latinos necesitamos tener esos grados, ir a la universidad y si no lo hacemos en corto plazo, ya no seremos parte de la recuperación de la economía. Es así: la educación es la llave para la recuperación económica.
Dra. Ortiz-Licon: la brecha entre los logros de los latinos y los demás que mencionaba Robert es el producto de la brecha de oportunidades. No es el producto del nivel del estudiante particular, individual, sino de la existencia de un sistema que pone programas, políticas y recursos al servicio de los estudiantes, enfoques pedagógicos y las personas que enseñan, todo ellos dirigido a los estudiantes que ya se encuentran, que se encontraban en el aula.
Muchos latinos desconocen la importancia de la educación infantil. En consecuencia, muchos de nuestros estudiantes llegan rezagados porque se perdieron las primeras etapas de aprendizaje.
Para avanzar en el enfoque, tenemos que comparar a los latinos, no con los blancos en el condado, sino con los mejores estudiantes de otros condados, del estado.
Queremos que nuestros alumnos de secundaria estén en el mismo nivel de los mejores estudiantes y tener las mismas oportunidades.
Hay un déficit de profesores de entre 8,000 y 12.000. No están en el sistema. Tenemos que superar ese problema. Es que cuando pensamos en la educación lo hacemos sin pensar en el problema de desarrollo de la fuerza laboral.
Para acelerar el estudio por parte de los alumnos, para darles todas las herramientas necesarias, necesitamos tener maestros: reclutarlos, retenerlos y diversificarlos desde la temprana infancia hasta el final del ciclo lectivo.
Es una situación simple. Nuestros educadores están cansados, atravesaron un largo período de pandemia. Y ahora les piden hacer más cuando no hay sustitutos, cuando hay una disponibilidad de docentes que es muy limitada. Es una necesidad crítica. Sin contar el apoyo emocional que proporcionan maestros latinos para alumnos latinos. Los latinos son perfectos como maestros de nuestra gente.
Aramayo: Las oportunidades que veo aquí para profesionales son muy importantes. El informe que lanzamos trata de la interseccionalidad en este sentido,de
la superposición de diferentes factores sociales como el género, la etnia y la clase social en el aprendizaje.
Por eso, no podemos hablar de uno sin lo otro, no podemos hablar de una educación exitosa sin hablar de la salud mental con todos los problemas exacerbados por la pandemia en estos momentos.
Los maestros y los estudiantes están todos cansados. Los padres latinos siguen luchando.
Pero hay que seguir luchando. Para la región en general, los latinos son simplemente demasiado grandes para fallar.
No alcanza con haber sobrevivido la pandemia. La palabra resilience, resiliencia, flexibilidad, es típica para nuestra comunidad. Nos define. Nuestra comunidad vive un proceso que se adapta frente a la adversidad, el trauma, la tragedia, y eso es lo que enfrentamos.
No aceptamos que nuestros alumnos solamente sobrevivan sino que también queremos que prosperen, y con ello que llegue la prosperidad a toda la región. Es por eso que es tan importante nuestro reporte.
Arturo Carmona: pregunta de Martha Díaz Askenazy del San Fernando Sun. ¿Cómo hacemos que los líderes latinos estén a la altura de lo requerido y otra pregunta es cómo las familias latinas confían en los maestros para guiar a los niños y eso no siempre funciona.
Dra. Ortiz-Licon: Estuve cinco años en la Junta de Educación del Estado de California y yo era la mayor parte del tiempo la única latina. Es la junta que fija la política educativa del estado. La única latina. Es algo inaceptable.
El año próximo el gobernador Newsom tendrá cinco puestos para llenar en esa junta. Cinco de una vez. ¿Va a demostrar que le importamos o no? Este es un llamado a la acción.
Le pedimos al gobernador que nos dé un asiento a la mesa.
Robert Sáinz: No alcanza con hacer que los líderes latinos sean responsables, sino que todos los líderes tienen que ser responsables ante la comunidad latina. La junta de supervisores tiene cinco miembros, y no hay que responsabilizar solamente a la única latina.
Gabriel Lerner: En las recomendaciones que leí hay algunas dirigidas a la comunidad de inmigrantes indocumentados, como permitir que voten y sean elegidos a las juntas escolares, por ejemplo. Los indocumentados, son la población más afectada por la crisis económica, por el covid. ¿Cómo se refleja eso en sus planes? ¿Tienen algún lugar particular en el estudio?
Vanessa Aramayo: los indocumentados llevaron la peor parte de los problemas generados por el covid. Por supuesto que incluso antes eran quienes tenían las mayores dificultades.
La salud de nuestra sociedad como un todo depende de la participación en los asuntos de la comunidad y en especial la participación e interés cívico de los votantes.
Nos volcamos en el compromiso cívico positivo. No hay motivo por el que los padres cuyos chicos están en el sistema escolar no tengan una voz cuando hay muchos que sí participan pero que no tienen niños en el sistema.
El problema es el siguiente. Un estudio de la universidad Loyola Marymount revela que hay nueve regiones en el condado de Los Ángeles donde la participación en el voto está bajando o no ha subido en los últimos ciclos electorales.
De las nueve áreas, ocho son de mayoría latina.
Son desiertos cívicos.
Y esos desiertos cívicos corresponden a desiertos alimenticios. Con inseguridad en la vivienda. Con menor acceso a la salud y con malas condiciones ambientales. Esto no es una coincidencia. Tenemos que hacer el sistema accesible para estos padres.
Arturo Carmona: la experiencia latina en la educación está matizada por las desventajas y por la desigualdad. ¿Ahora, al final de la pandemia, hay nuevas oportunidades?
Dra. Ortiz-Licon: Existe ahora interés de parte del gobernador en invertir en la educación, especialmente en la primera infancia. Tenemos que aprovechar el momento para decir que hay una gran disparidad que afecta a nuestra gente, pero hay una oportunidad.
Hasta ahora, el sistema educativo no ha funcionado para nosotros. Pero sí funcionaba para otros. El sistema educativo que teníamos estaba trabajando bien para beneficiar a aquellos para quienes fue diseñado.
Tenemos que remodelar la narrativa y la acción. Las burocracias son resistentes y es muy difícil cambiar todo un sistema.
Necesitamos voluntad política, imaginación para cambiar, el financiamiento, pero también ejercer una presión constante sobre el sistema para que cambie.
No puede ser que volvamos a la normalidad.
Vanessa Aramayo: para cerrar, en el ámbito de la salud, que no hemos tocado hoy, la cobertura se ha expandido, pero las disparidades ponen a los latinos en desventaja. El registro de votantes mejoró pero seguimos detrás de otros. Lo mismo en la seguridad pública. Sugiero que la gente lea el reporte. Este es un momento en el que aunque los problemas son extraordinarios las oportunidades son extraordinarias también y permiten una mayor responsabilidad de parte del sistema. Es el momento para que la comunidad reafirme su compromiso a una escala más masiva. Los fondos estatales de miles de millones de dólares deben estar debidamente asignados.
Estamos ante la posibilidad de mayor justicia económica y social, que dignifique a la comunidad.