Violencia golpea a trabajadores de la industria de la comida rápida

Cocineros y cajeros trabajan con miedo, porque además los gerentes no toman acción para protegerlos

Los trabajadores de la comida rápida expuestos a la violencia en su trabajo por parte de clientes y extraños. (Aurelia Ventura/La Opinión)

Los trabajadores de la comida rápida expuestos a la violencia en su trabajo por parte de clientes y extraños. (Aurelia Ventura/La Opinión) Crédito: Aurelia Ventura | Impremedia/La Opinión

Al menos en dos ocasiones, Leónides Dávila ha sido golpeado en su trabajo en un restaurante de comida rápida en el sur de Los Ángeles.

“La primera vez me golpeó una persona sin hogar quien acostumbraba ir a asearse todos los días a los baños del restaurante, y parte de mi trabajo era limpiar los sanitarios. Él siempre entraba después de que yo los aseaba, y me dejaba un cochinero”.

Cuando le externó su molestía a la gerente, ésta le dijo que no dejara entrar, pero cuando Leónides le negó el paso al hombre sin hogar, éste se le fue encima a golpes y lo tumbó, arrojándolo a las bancas.

“Sacaron al hombre, pero no hubo ningún reporte a la policía”.

En otra ocasión, cuando le tocó pedirle a una persona que no se podía pedir dinero dentro del restaurante, el hombre lo golpeó en la cabeza y lo derribó. “Ya para entonces teníamos un guardia de seguridad que entró en mi defensa, y se llevó varias puñaladas que le causaron entre 5 y 6 heridas”.

Leónides Dávila, víctimas de agresiones durante su trabajo en un restaurante de comida rápida. (Cortesía)

El informe ‘Golpeados, Apuñalados y Silenciados’ publicado esta semana puso al descubierto una crisis de violencia que afecta a la industria de la comida rápida de California, y expone como McDonald’s y Burger King no han logrado proteger a sus trabajadores de asaltos, robos a mano armada y otras agresiones.

Leónides dice que lo mejor sería que McDonalds, donde ha trabajado por más de 3 décadas, pusiera vigilancia las 24 horas. “Ahora ponen en algunos lugares, pero solo por unas horas; y McDonalds funciona las 24 horas”.

Agrega que como resultado de las agresiones, los trabajadores quedan con traumas. “Uno queda con miedo de que el agresor vaya a regresar. Yo siempre estaba mirando por las ventanas, a ver si no lo veía venir, o temía que me agarrara afuera cuando sacaba la basura”.

Los datos de las llamadas al 911 compiladas por el movimiento Fight for $15 muestran que más de 77,000 incidentes violentos y amenazantes tuvieron lugar en restaurantes de comida rápida en 9 ciudades importantes de California entre 2017 y 2020, lo que revela que cocineros y cajeros trabajan con miedo a su seguridad. 

Además el reporte indica que los gerentes de estos negocios fallaron en reconocer y tomar acción con relación a las amenazas sufridas por sus trabajadores. 

“Solo el año pasado, tuvimos 3 robos a mano armada en mi tienda, pero la gerencia no hizo nada para mantenernos seguros”, dice María Pinzón, trabajadora de un McDonald en Oakland.

“No deberíamos arriesgar nuestras vidas por hamburguesas y papas fritas”.

Agrega que “siempre estamos nerviosos y preocupados de que su próximo turno sea el último. Necesitamos una voz en el trabajo para que venir a trabajar, no sea una cuestión de vida o muerte”.

Olivia García fue agredida y amenazada de muerte en su trabajo en un restaurante de comida rápida. (Cortesía)

Entre los incidentes violentos reportados por los trabajadores de comida rápida de California, detallan el sufrido por un trabajador de McDonald’s en Los Ángeles, quien golpeó accidentalmente a un cliente con una pala para recoger basura.

“El cliente se escondió detrás del automóvil del trabajador y lo golpeó dos veces en la cabeza, lo que le provocó una conmoción cerebral”.

Lo grave fue que el gerente de la tienda se negó a llamar a la policía y ofrecerle al trabajador atención médica.

En un McDonald’s de San José, Olivia García relató que un cliente en el área de autoservicio, se enojó con el precio de su pedido y le pidió que se lo diera gratis.

Cuando le dijo que no podía porque ella era solo una trabajadora, el individuo le replicó “¿qué estás haciendo aquí, maldita perra? ¡vuelve a tu país!”. 

Enseguida la amenazó de muerte, y no conforme el cliente salió de su automóvil, corrió hacia el frente de la tienda y comenzó a golpear y patear la puerta. “Lo bueno que a esa hora todavía no abríamos. No sé qué habría pasado, si hubiera estado abierta”.

García dice que estuvo yendo al psiquiatra ya que como resultado de la agresión, se le desarrollaron episodios de ansiedad.

Una trabajadora de KFC en Los Ángeles recibió un disparo en el pecho con una pistola de aire comprimido (bb gun) mientras trabajaba en la ventanilla. A pesar de que estaba herida y sangrando, el gerente de la tienda se negó a pedir asistencia médica, en lugar de eso le dio alcohol y una venda. 

Después de que faltó al trabajo al día siguiente para ver a un médico, la gerencia le redujo sus horas.

El movimiento Fight for $15 denuncia en un reporte la violencia sufrida por los trabajadores de la comida rápida. (Archivo/La Opinión) Crédito: La Opinion

Llamadas al 911

El movimiento Fight for $15 recopiló registros de llamadas al 911 procedentes de lugares de comida rápida en 9 de las ciudades más grandes de California, con un enfoque en 4 marcas muy conocidas: McDonald’s, Jack in the Box, Carl’s Jr. y Burger King.

El resultado fue que encontraron que en 643 ubicaciones, hubo 77,200 incidentes violentos o amenazantes que resultaron en una llamada al 911 para solicitar asistencia policial entre 2017 y 2020. 

En algunos lugares se hicieron hasta 7 llamadas por semana, pero sumaron cientos.

De McDonald’s salieron 47,600 llamadas; y de Burger King, 8,036.

“Vi a un grupo de personas gritando y corriendo … Vi que uno de los muchachos tenía un cuchillo grande y lo estaba agitando”, dice Perla Hernández, trabajadora de un Burger King de San José, al describir un incidente de principios de este año. 

“El gerente no llamó a la policía. Le pregunté por qué no … [y el gerente] dijo: ‘Cállate, no pasó nada’ “.

El 13% de estos incidentes involucraron agresión física o sexual. En total, Fight for $15 contabilizó 10,000 llamadas relacionadas con asalto y asalto sexual en estos lugares entre 2017 y 2020. 

En algunas ciudades, la fracción de llamadas relacionadas con asalto es mucho mayor. En San Francisco, por ejemplo, el 32% de las llamadas violentas o amenazantes involucran agresión. 

En San Diego, es el 22% y en Los Ángeles, el 16%.

“Estos datos revelan una realidad que los trabajadores enfrentan íntimamente todos los días”, afirma Cipriano Belser, organizador de la Coalición para la Seguridad y Salud Ocupacional del Sur de California. 

“La violencia en el lugar de trabajo a menudo es normalizada o considerada como ‘solo una parte del trabajo’ por los empleadores, pero no es es normal que los trabajadores se lastimen, traumaticen o mueran en el trabajo, y necesitamos fuertes protecciones, como la propuesta de ley AB 257 para garantizar que los trabajadores de comida rápida puedan irse a casa, después de un día de trabajo “.

Restaurante In-N-Out
Los trabajadores de la comida rápida no tienen protecciones para evitar ataques en su contra. (Shutterstock) Crédito: Shutterstock

Corporaciones y gerentes fallan

Las corporaciones gigantes de comida rápida como McDonald’s, Burger King, Jack in the Box y Carl’s Jr. no han tomado medidas significativas para abordar la violencia actual en sus negocios en California, a pesar de los repetidos llamados de los trabajadores para que lo hicieran. 

El informe indica que la negligencia corporativa hacia la violencia en los restaurantes de comida rápida tiene un impacto enorme en las comunidades de color, ya que casi el 80% de los trabajadores de comida rápida en California son personas de las minorías y el 27% son nacidos en el extranjero.

“Tal como está ahora la situación, si alguien habla sobre algo, la gerencia te trata como un problema”, dice Juana Camarena, trabajadora de McDonald’s en San Francisco. 

“Haría una diferencia si los trabajadores tuvieran una voz real sobre la seguridad en el restaurante, y si todos pudiéramos llegar a un acuerdo sobre cómo hacer que sea más segura. Mis compañeros de trabajo no quieren decir nada porque no quieren que los despidan”.

En una carta que acompaña al reporte, investigadores y expertos laborales en California argumentaron que estos nuevos datos sirven como evidencia sobre la necesidad de dar voz a los trabajadores en su lugar de empleo.

“Este informe subraya la necesidad urgente de estrategias de prevención de la violencia en la comida rápida y otros sectores minoristas”, escribieron Kevin Riley, director del Programa de Salud y Seguridad Laboral de UCLA, Laura Stock, directora del Centro de Investigación y Educación Laboral de UC Berkeley y Ken Jacobs, presidente del Centro de Investigación y Educación Laboral de UC Berkeley.

La Opinión está a la espera de un comentario de la industria de la comida rápida sobre el reporte.

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