Poblanos comparten su alegría de celebrar las posadas

Cristina Crespo guarda los buenos recuerdos de su niñez cuando asistía a las tradicionales posadas navideñas en su natal Tlachichuca, en el estado mexicano de Puebla.

Las posadas son una recreación de la peregrinación que hicieron la Virgen María y José en busca de alojamiento por nueve días —del 16 al 24 de diciembre— para que naciera el niño Jesús.

Crespo dijo que en Tlachichuca todos se reunían en el atrio de la iglesia del pueblo. Sacaban las imágenes de María y José para leer los ministerios y cantar villancicos.

La emoción de los niños era palpable ya que no solo convivían como comunidad sino que también recibían regalitos.
Uno de estos era el esperado aguinaldo, una bolsita con frutas -como una jícama, una caña, una naranja, dulces y galletas de animalitos.

“Sobretodo los que somos de provincia, de bajos recursos y sin la posibilidad de comprar dulces o cosas más caras, esas bolsitas era lo máximo que podía recibir un niño en esta época”, contó la poblana de 36 años.

Los más afortunados tenían la oportunidad de pegarle a la piñata que en aquellos tiempos estaba hecha con una olla de barro.

Pero el trabajo más arduo se lo llevaban las señoras que preparaban minuciosamente las recetas de generaciones para hacer los mejores buñuelos y repartirlos a la comunidad. Para acompañarlos hacían ponche de frutas o café.

La residente del este de Los Ángeles dijo que sus dos hijos son nacidos en Estados Unidos pero que ella se ha encargado de mantenerlos involucrados en sus tradiciones. Previo a la pandemia la familia Crespo era la anfitriona de las posadas de su vecindario. A la tradicional fiesta de fin de año se han involucrado sus vecinos centroamericanos y afroamericanos.

“Y les agradaba tanto que después ya ellos mismos preguntaban, ¿Cuándo va a ser la próxima posada?”, dijo Crespo.

“Nosotros llevábamos las velitas y le dábamos la vuelta al patio del edificio cantando los villancicos, la letanía, con los silbatos y recitando los ministerios”.

Ella dijo que incluso los niños de familias que no son católicas disfrutaban participar porque es un ambiente agradable donde los niños le pegan a la piñata.

“Entonces esa tradición se contagia y son alegrías que nosotros le compartimos no solo a nuestra comunidad poblana sino también a la gente de otros países”, dijo Crespo.

Jesús Salas, oriundo del municipio de Tecomatlán, Puebla, también recuerda con cariño las posadas que celebró durante su niñez.

Dijo que era muy emocionante recibir las bolistas de los aguinaldos, la comida e incluso la piñata hecha con una olla de barro la cual en ocasiones en lugar de causar alegría causaba temor.

“Estaban los niños que eran más grandes y en lugar de meterle dulces le metían una iguana y cuando quebrábamos la piñata, salía y todos nos asustábamos”, recordó entre sonrisas.

Dijo que la degustación tradicional durante estas posadas es el ponche de frutas, el atole de granillo, el chocolate con un pan y los buñuelos.

Al igual que Crespo, Salas dijo que se ha encargado de inculcarle esta tradición a sus cuatro hijos.

“A la de 26 años todavía le gusta ir a las posadas con sus amigas y me siento muy contento de ver que esto no se pierde”, expresó.

Regresa la posada a Mi Casa es Puebla

Salas, quien en el pasado fue director de Mi Casa es Puebla en el Este de Los Ángeles, dijo que está muy contento de que las tradiciones continuen.

Y después de una pandemia de casi dos años, la posada regresará a Mi Casa es Puebla este fin de semana para celebrar con la comunidad. Hace poco, se celebraron las mañanitas a la Virgen de Guadalupe en el lugar.

Paulina Torres, portavoz de Mi Casa es Puebla, dijo que están muy emocionados de ver que la comunidad poblana y otros miembros del área podrán llegar a celebrar este sábado 18 de diciembre para que las nuevas generaciones continúen conociendo acerca de las tradiciones navideñas de los poblanos.

“Tenemos que recordar que la piñata es un símbolo de la lucha contra el mal que al romperla da un fruto y entonces se hace una convivencia que causa unidad”, dijo Torres. “La comida en las posadas también causa acercamiento con la gente”.

Torres indicó que habrá bebidas, comida y aguinaldos.

Crespo dijo que está muy contenta de saber que la posada regresa a Mi Casa es Puebla, la cual se ofrece a todos los miembros de la comunidad. “Seas de donde seas mientras que todo sea en armonía todos son bienvenidos”, indicó.

“Es parte de nosotros los poblanos, invitar y recibir a la gente para que conozcan de nuestras tradiciones”.

La posada de Mi Casa es Puebla se llevará a cabo el sábado 18 de diciembre a partir de las 4:30 p.m. en la cuadra 328 S. Indiana St. en el este de Los Ángeles. Para más información visita: https://www.facebook.com/MiCasaesPueblaLosAngeles/