Un asalto y una golpiza permiten a vendedora ambulante obtener Visa U

Nunca imaginó que el delito sufrido hace una década, le abrirían el camino para la residencia

Flor Marroquín, una inmigrante salvadoreña, víctima de robo, recibe su Visa U. (Araceli Martínez/La Opinión)

Flor Marroquín, una inmigrante salvadoreña, víctima de robo, recibe su Visa U. (Araceli Martínez/La Opinión) Crédito: Araceli Martínez Ortega | Impremedia

A Flor Marroquín, jamás le pasó por la mente que la golpiza que le propinaron hace casi 10 años, una tarde de Navidad, la llevaría a obtener un alivio migratorio a través de la Visa U, que el gobierno de Estados Unidos otorga a los inmigrantes que han sido víctimas de crímenes y que colaboran con la policía.

“Nunca pensé que ese violento asalto que sufrí, me abriría el camino para obtener la Visa U que acabó de recibir, y la que en tres años, me permitirá solicitar la residencia”, dice.

Flor nació en el pueblo de Cojutepeque, en El Salvador. En 2006 emigró a Estados Unidos en busca de darle una mejor vida a su madre y a sus dos hijos, una niña de 6 años y un menor de meses de nacido.

“Dejé a mis hijos al cuidado de mi madre, y me vine a este país sin tener a nadie”.

Cuenta que durante un año vivió en Columbus, Ohio, para luego trasladarse a Los Ángeles donde empezó a ganarse la vida, vendiendo en las calles.

“A veces vendía pupusas, comida típica de El Salvador, maquillajes. Yo sigo vendiendo cualquier cosa que se dé la oportunidad”, dice.

Flor Marroquín recibe la Visa U, como regalo anticipado de Navidad. (Cortesía Paulina Herrera)

Un asalto inesperado

Eran las 8 de la noche del 25 de diciembre de 2011, cuando Flor salió de su casa para comprar una tarjeta que le permitiera llamar por teléfono a su madre en El Salvador.

Caminaba por las calles Santa Ana y Atlantic en la ciudad de Cudahy (al sureste del condado de Los Ángeles), cuando vi venir a un hombre. No le presté demasiada atención, pero en segundos, me agarró a golpes. Me golpeó la cabeza, la cara y el brazo. Me tiró al piso y me robó mi teléfono nuevo que me acababa de regalar mi esposo”.

Flor dice que no alcanzó a verle la cara a su agresor, pero como pudo se levantó, y en la tienda que estaba a unos pasos, le dieron unas monedas para llamar a la policía. “Les llamé desde un teléfono público. Vinieron a verme, tomaron mi denuncia y me dieron mi número de caso. A los 15 días fui por una copia del reporte”.

El acto delictivo hubiera quedado en una triste Navidad de no ser porque años más tarde, en 2015, Flor se enteró por las noticias, que las víctimas de crímenes podían calificar para una Visa U.

“Acudí a la policía del este de Los Ángeles, y me dieron el reporte de mi caso y la certificación policiaca, que son clave, para solicitar la Visa U, según escuché en las noticias”.

Pero pronto se desilusionó porque tras consultar no a uno sino hasta tres abogados, ninguno hizo nada por ella.

“Solo me sacaron dinero”.

Hace poco más de un año y medio, alguien le recomendó al abogado en migración Sergio Siderman, a quien fue a ver como una última opción para ver si existía alguna oportunidad de que en base al robo violento que había sufrido, pudiera regularizar su estatus migratorio.

“El abogado Siderman inició el proceso, pero yo no lo podía creer todavía que fuera posible”.

Un asalto y golpiza le permite obtener la Visa U a Flor Marroquín. (Araceli Martínez/La Opinión)

El mes pasado, como si fuera un anticipo de regalo por la Navidad, Flor recibió su Visa U.

“Cuando me avisaron de la oficina del abogado, les contesté que no estaba para bromas. Luego me di cuenta que era realidad. Reaccioné llorando, feliz, nerviosa. Son muchos sentimientos encontrados que no se pueden explicar”.

Nunca pensó, dice, que “de una cosa mala que viví, viniera algo bueno”.

La Visa U le ha abierto un camino muy grande y representa un cambio de vida, dice.

“Ahora ya tengo mi seguro social y mi permiso de trabajo. En tres años, voy a aplicar para la residencia”.

Y no oculta su felicidad, pero su sueño es dejar de vender en la calle. Actualmente tiene un puesto de venta de mascarillas sobre la calle Los Ángeles en el centro de la ciudad.

“Se sufre mucho como vendedor ambulante. Tenemos que aguantar la lluvia, el viento, el frío, el sol, asaltos, y a veces las autoridades nos hacen salir corriendo porque no les gusta que vendamos en la calle y nos decomisan nuestros productos”.

Por eso, dice que ya con su permiso de trabajo, quiere buscar un empleo más formal.

“Quiero ser empleada y dejar las ventas callejeras”.

Flor se casó en Estados Unidos con un ciudadano estadounidense que la ayudó a traer a sus hijos de El Salvador y a obtener la residencia. “Ellos tienen ahora 22 y 16 años”. Ella y su esposo también son padres de un hijo de 12 años, nacido en este país.

Flor Marroquín quiere dejar las ventas callejeras por un trabajo formal, ahora que ya tienen la Visa U. (Araceli Martínez/La Opinión)

Llama a reportar crímenes

El abogado en migración, Fahim Nessary de la firma legal de Sergio Siderman, dice que la lista de crímenes que califican para la Visa U, es muy  amplia.

“Puede ser desde una extorsión. Y no necesariamente tiene que ser un crimen en el que la gente termine en el hospital, o tengan que ir a la corte o ser testigos”, explica.

“Mientras que reporten el crimen a la policía, cooperen activamente con la investigación, y hayan sufrido una agresión física o mental, pueden pelear por la visa U. No tiene que ser una situación extrema”.

Afirma que normalmente cuando se hace un reporte policiaco, si hay lesiones, la policía toma fotos y otras evidencias. “En el caso de Flor, se hizo el reporte y eso hizo más fácil que el Departamento de Policía de Los Ángeles le expidiera la certificación años más tarde para que pudiera solicitar la Visa U”.

Y agrega que no importa el tiempo  o el año en que haya ocurrido el crimen, mientras tengan una certificación que les permita pelear por la Visa U.

El abogado Nessary dijo que dependiendo del caso, los hijos, padres o la pareja de la víctima, pueden ser incluidos en la Visa U. “Para beneficiarse, los hijos tienen que ser menores de edad”, aclara.

Y anima a los inmigrantes que son víctimas de crimen, a no tener miedo y reportar a la policía el delito sufrido, porque sin un reporte no pueden aplicar por una Visa U.

La Visa U está diseñada para otorgar un perdón contra la deportación y un permiso de trabajo de hasta cuatro años para las víctimas de algún delito grave y que colaboren con las autoridades para denunciar, investigar, perseguir y castigar a los criminales.

Con el beneficio de la Visa U, los solicitantes pueden realizar un ajuste migratorio en el país sin importar cómo hayan ingresado al país así como obtener un perdón por estadía extendida.

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