Inmigrante se armó de valor y abrió su negocio en medio de la pandemia

Ahora no solo crece como empresario, sino que ha podido ayudar al movimiento migrante, un tema que es muy importante para su familia

Arturo Suárez y su hijo Miguel. (Jacqueline García/La Opinión)

Arturo Suárez y su hijo Miguel. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

Arturo Suárez, quien ha trabajado en el arte de la serigrafía personalizada, bordado y vinilo por varios años, se enteró hace unas semanas de un movimiento en pro de la comunidad inmigrante y no dudó en apoyar.

Suárez, dueño de “Artopus Graphics”,  un negocio de serigrafía, bordado y vinilo, donó 130 playeras al líder que organizó “Un Día sin Inmigrantes”. El evento que ocurrió en varias ciudades de Estados Unidos incluyó a Los Ángeles y a Washington D.C. este pasado lunes 14 de febrero.

Suarez, quien comenzó su propio negocio en medio de la pandemia, dijo que para unirse al movimiento su hijo mayor Miguel Suárez hizo un diseño que después estamparon en una playera. Grabaron el proceso, agregaron música de Los Tigres del Norte y promovieron las playeras por un costo de $17. En su video también escribieron que su negocio no abriría el 14 de febrero en apoyo a Un Día Sin Inmigrantes.

Lo que poco imaginaban es que el video rápidamente se hizo viral hasta llegar al activista pro inmigrante Carlos Eduardo Espina, quien lideró el movimiento y decidió hacer un dúo con el video de Suárez en su página de Tiktok.  

“A la gente le gustó el diseño, le gustó el mensaje, le gustó la camisa y le interesó bastante… El video tuvo más de 100,000 likes y medio millón de vistas”, dijo Suárez.

El empresario decidió que el gusto de la gente no quedaría solo en un video y no esperaría a que compraran las playeras. Así que decidió contactarse con Espina y envió las playeras a Washington D.C. de forma gratuita.

La familia Suárez vistiendo las playeras de Un Día Sin Inmigrantes. (Suministrada) Crédito: Cortesía/Suarez family | Cortesía

“Estaba muy contento y muy feliz porque nunca lo había visto así. Las redes sociales han ayudado bastante porque se da uno a conocer más rápido”, dijo el empresario quien también estuvo recibiendo pedidos por todo el país. “Mucha gente nos estaba llamando que quería venir a comprar playeras. Y enviamos órdenes a Washington, Texas y Nueva York”.

Sin miedo a la pandemia

 Suárez dijo que por muchos años trabajó para alguien más hasta diciembre del 2020 cuando se armó de valor y utilizó sus ahorros para abrir su propio negocio. El empresario contó que al principio fue un poco estresante ya que por la pandemia del Covid-19 y las fuertes restricciones le era difícil llegar a los clientes.

Usualmente en este negocio se dan a conocer repartiendo volantes, tarjetas o tocando las puertas de los negocios para promover sus servicios.

“Pero era difícil porque los dueños casi nunca estaban…, pero nunca me arrepentí de haber abierto el negocio”, contó.

Al paso de los meses los clientes comenzaron a llegar. Actualmente tiene clientes leales como tiendas que le encargan cada cierto tiempo, equipos de futbol y hasta algunos famosos.

“Me gusta mi trabajo porque en el arte es como darle el toque que uno quiere”, explicó el inmigrante.

Ahora su trabajo es constante y Suárez agradece el hecho de que sea él, quien maneje su propio horario para compartir tiempo con su esposa y sus cinco hijos.

Contó que ahora puede darse la oportunidad de ir y dejar a sus hijos a la escuela, recogerlos y sin temor a algún patrón por tener que estar pidiendo permisos.

Arturo Suáez, dueño de Artopus Graphics. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

“Me los llevo a la casa o a veces los traigo aquí para que me ayuden a limpiar y así vayan aprendiendo del negocio”, contó.

Sin embargo, también aseguró que debe saber manejar bien su tiempo y responsabilidad en el negocio, ya que en ocasiones cuando las órdenes son muchas o son a corto tiempo les toca quedarse horas extra para terminar el trabajo.

Su hijo Miguel, de 19 años, actualmente asiste al colegio Long Beach Community College y está estudiando ingeniería. El joven expresó que le agrada trabajar en el negocio de su padre y disfruta poder desenvolver su creatividad.

Añadió que participar en el movimiento de Un Día Sin Inmigrantes fue grato, pero él esperaría que se hagan más eventos similares en el futuro.

“Si todos nos uniéramos podríamos hacer grandes cosas”, dijo el joven.

La familia Suárez, al igual que muchas familias inmigrantes y activistas, no se olvidan que el movimiento a favor de las personas que llegan a Estados Unidos a vivir, no es solamente de un día, pero es una lucha constante.

Ahora ya están planeando su próxima participación para el primero de mayo, evento al que se le conoce como la gran Mega Marcha. Suárez dijo que ya ha comenzado a buscar organizaciones locales para donar playeras.

“Me gusta que con mi trabajo apoyemos el movimiento y podamos llegar a más gente”, dijo el empresario.

Puede visitar a Artopus en TikTok e Instagram @artopus.graphics y Facebook Artoups Graphics.

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