Todos los miembros del Congreso podrán asistir al Discurso de la Unión de Biden

Todos los miembros del Congreso están invitados a asistir al próximo discurso del Estado de la Unión del presidente Joe Biden, llenando así la Cámara de Representantes del Capitolio por primera vez desde el comienzo de la pandemia en Estados Unidos, en momentos en que la Casa Blanca intenta empujar las restricciones por el COVID-19 hacia atrás en la nación, según The Associated Press.

En un paso más hacia la normalidad, el gran discurso del Estado de la Unión del presidente Joe Biden podría contar con la presencia de todos los representantes del Congreso, nuevamente.

La oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, publicó las pautas el jueves, dictadas por la oficina del Sargento de Armas en consulta con la Oficina del Médico del Congreso.

Las violaciones de las pautas para el distanciamiento social y el uso de mascarillas durante el evento “darán como resultado la eliminación del asistente”, dice el memorando. Se requerirá que todos se sometan a una prueba de coronavirus con anticipación, reglas que han sido burladas por algunos legisladores que han rechazado las pautas pandémicas. Y no se permitirán invitados.

El presidente Joe Biden dirá su discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso el próximo 1ro. de marzo, en momentos en que el 58% de los estadounidenses expresaron que desaprueban su gestión, mientras solo el 41% la aprobó, en una encuesta realizada recientemente por CNN.

El discurso de Biden ante el Congreso se opondrá a lo que la vicepresidenta Kamala Harris ha llamado un “malestar” por la persistencia de COVID y a la creciente impaciencia del público por volver a la normalidad después de dos años de restricciones. Incluso los gobiernos estatales y locales dirigidos por demócratas están levantando las restricciones a medida que disminuyen los casos, las hospitalizaciones y las muertes por el coronavirus.

Sin embargo, el escenario del Estado de la Unión, Capitol Hill, sigue siendo uno de los lugares de trabajo más perturbados del país, una especie de zona cero para las guerras culturales entre los representantes de ambas cámaras, por las persistentes restricciones pandémicas impuestas a los congresistas y las preocupaciones de seguridad tras el asalto al Capitolio realizado por partidarios de Donald Trump el 6 de enero de 2021.

Pelosi indicó la semana pasada que los legisladores apuntan a una “participación más plena” que la del año pasado, cuando la asistencia fue limitada. Ella dijo: “Creo que la gente está lista para obrar de una manera que le muestre al pueblo estadounidense que en gran medida estamos vacunados aquí”.

Los asientos para el primer discurso de Biden en una sesión conjunta del Congreso en abril pasado se limitaron a alrededor de 200, aproximadamente el 20% de la capacidad habitual para una presentación presidencial.

Aunque el Capitolio y otras propiedades federales establecen sus propias reglas, el requisito de uso de mascarillas en interiores del Distrito de Columbia para la mayoría de las reuniones y negocios en interiores se levantará el mismo día que el discurso de Biden.

Durante todo el año, la Casa Blanca ha tomado precauciones extraordinarias para evitar que Biden se contagie del COVID, incluida la exigencia de máscaras de alta calidad en su vecindad y la limitación de sus viajes y participación en grandes eventos.

Además de los miembros del Congreso, la audiencia del Estado de la Unión tradicionalmente incluye a miembros del Gabinete, jueces del Tribunal Supremo y líderes militares. Todavía no se sabe si serán invitados. El memorando del jueves solamente incluía al personal del Congreso y la prensa invitada.

Un discurso ante una cámara llena en el Congreso sería, con mucho, la audiencia más densa de la presidencia de Biden hasta la fecha.

Los funcionarios federales de salud se apresuran a finalizar una guía nacional nueva y más flexible sobre el uso de mascarillas y otras políticas, antes de que Biden suba a la tribuna en la Cámara de Representates a las 9:01 p.m. del 1ro. de marzo.

“Queremos darles a las personas un descanso de cosas como el uso de mascarillas, cuando estas métricas sean mejores, y luego tener la capacidad de alcanzarlas nuevamente, en caso de que las cosas empeoren”, dijo el miércoles la Dra. Rochelle Walensky, directora de los CDC.

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