Durante su sentencia joven de Luisiana se burla y lanza besos a la familia de la mujer que mató

El acusado de 20 años, sin remordimientos comenzó a dar declaraciones inaudibles y hablar sin autorización, hasta que la jueza lo obligó a callarse

Por su mal comportamiento tuvieron que sacarlo de la sala del tribunal.

Por su mal comportamiento tuvieron que sacarlo de la sala del tribunal. Crédito: VBlock | Pixabay

“Si no puede permanecer en silencio, lo silenciaremos”, fueron las palabras de la jueza Amy Burford McCartney de Luisiana, mientras se daba la audiencia de un joven que mató a una mujer de avanzada edad por robarle. En el escritorio del alguacil se encontraba cinta adhesiva, esto luego de que el acusado no parara de decir incoherencias, reportó el noticiero FOX 8.

Terry Dewayne Powell fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de Lynda Palmer el año pasado. Palmer de 75 años, trabajaba en el mostrador de un hotel y el acusado entró al lugar para robar. También le disparó a un huésped de Best Western Plus DeSoto Inn & Suites en Mansfield.

Los hijos de la víctima, Hope Rascoe, Heather Palmer y Logan Matheny, se encontraban presentes en la audiencia y le pidieron a la jueza que le diera la sentencia máxima para que nunca volviera a sentir alegría o felicidad.

Después de escuchar los testimonios, la jueza McCartney estaba a punto de dar su sentencia, cuando el acusado sin pena alguna, comenzó a decir palabras incoherentes y declaraciones inaudibles, la jueza le dijo que dejará de hablar, pero no lo hizo.

Lo tuvieron que sacar de la sala del tribunal, durante su salida el hombre sin remordimiento, le aventó besos a la familia de la mujer que había asesinado, explicó el mismo noticiero.

Minutos más tarde, el acusado regresó a la sala y McCartney le advirtió que estuviera en silencio y que su comportamiento era inaceptable, además le recalcó: “Si no puedes permanecer en silencio, te silenciaremos”. Sobre el escritorio del alguacil se podía apreciar una cinta adhesiva.

La jueza McCartney lo condenó a cadena perpetua por el asesinato en segundo grado de Lynda Palmer. Agregó 99 años por robo a mano armada, lo condenó por 50 años más, por el intento de asesinato en segundo grado del huésped del hotel y agregó 49,5 años por intento de robo.

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