Inflación y alto costo de gasolina obligan a restauranteros a subir precios al menú

Enfrentan aumentos sin precedentes a sus insumos y mercancías alimenticias

Como todos los propietarios de restaurantes, Vicente Ortiz, dueño de Don Chente's y El Pescador está preocupado por la inflación. (Aurelia Ventura/La Opinión).

Como todos los propietarios de restaurantes, Vicente Ortiz, dueño de Don Chente's y El Pescador está preocupado por la inflación. (Aurelia Ventura/La Opinión). Crédito: Impremedia

La inflación y los altos precios de la gasolina han orillado a los propietarios de restaurantes a subir los precios del menú para poder subsistir y seguir operando.

“Los precios de nuestros insumos comenzaron a subir desde noviembre. Todo se empezó a poner más difícil. Nosotros nos mantuvimos con el mismo precio en nuestros platillos durante el año pasado, pero este año ya no aguantamos más y le subimos un 15% al menú”, dijo Valentín Granja, propietario del restaurante Sabores Oaxaqueños, localizado en el barrio de Koreatown de Los Ángeles.

Granja explicó que antes de que estallara esta crisis económica, su pedido mensual solo de contenedores, servilletas y material que no se echa a perder, le salía a $2,000.

“Hoy ese mismo pedido me cuesta $4,000”.

Dijo que los costos se han ido por los cielos.

“El aguacate, el limón, todo está al doble de lo que costaba, y ahora con el problema de la gasolina, está peor. Los precios se fueron para arriba”.

Valentín Granja, dueño del restaurante Sabores Oaxaqueños trata de ponerle cara amable al aumento de los insumos. (Cortesía)

El restaurantero admitió que se resistió mucho a aumentar los precios al cliente, pero no tuvieron otro recurso ante la escalada de incrementos.

Es más, reveló que ahora cobran por la entrega de comida a domicilio, un servicio que antes proporcionaban de manera gratuita.

“Con el aumento de la gasolina, ya no nos convenía entregar los pedidos. Tuvimos que incluir un cobro adicional”.

Y observo que hasta ahora el alza de los precios en el menú no ha provocado que la clientela se ausente. “Nuestros clientes nos han seguido favoreciendo con su asistencia al restaurante. Nosotros hemos mantenido también el tamaño de las porciones y una plantilla de 21 trabajadores”.

Pero eso no les quita que están muy preocupados por los precios de la gasolina y por el temor a que los precios de sus insumos se disparen aún más.

People enjoy lunch at Grand Central Market as indoor dining reopens in Los Angeles, on March 15, 2021. - Los Angeles and southern California is allowed to partially reopen indoor dining and movie theaters Governor Gavin Newsom announced last week, as the region hit key health criteria. Slammed by a brutal Covid-19 pandemic winter spike, California has seen a rapid decline in infection rates in recent weeks as a vaccination rollout has delivered at least one dose to nearly a fifth of residents. (Photo by Frederic J. BROWN / AFP) (Photo by FREDERIC J. BROWN/AFP via Getty Images)
Los precios en los restaurantes han subido a causa de los aumentos a la gasolina y la inflación. (Getty Images) Crédito: FREDERIC J. BROWN | AFP / Getty Images

Aumentos sin precedentes

Un reporte del Buró de Estadísticas del Trabajo arrojó que los precios del menú en los restaurantes del país aumentaron 6.4% en enero, al nivel más alto de los últimos 40 años.

Negocios como Starbucks y McDonald’s subieron sus precios 8% durante el año pasado, pero los restaurantes con servicio completo aumentaron 7.1% en el 2021.

En general, los precios en los supermercados se incrementaron hasta 7.4% el año pasado.

Cuando los dueños de restaurantes aumentan sus precios se debe a que sus propios costos se incrementaron. 

El año pasado subieron por arriba del 13% y los salarios se incrementaron 10% para atraer más trabajadores en medio de la escasez laboral.

Vicente Ortiz captado en los buenos tiempos antes de la pandemia. Foto: Cortesía Vicente Ortiz Crédito: Cortesía

Escasez de insumos

Vicente Ortiz, chef y propietario del restaurante El Pescador y Tacos Don Chente, dijo que los precios de las verduras y la carne han subido al doble.

“El incremento de precios lo hemos visto desde que empezamos a salir de la pandemia, y cuando se vino la escasez de muchas cosas”.

Citó como ejemplo de la carestía, el caso del limón.

“Una caja de limón verde estaba la semana pasada a $70. Así que mejor compramos el limón amarillo que está un poco menos caro”.

Para contrarrestar el impacto de la ola de aumentos, dijo que han optado por promover platillos hechos a base de carne de pollo o puerco porque es más barata que la carne de res o los mariscos.

“Antes la mercancía no la llevaban los proveedores al restaurante. Ahora estamos yendo nosotros a buscar dónde nos sale más barata. Vamos a Costco, a la Central de Abastos, a Restaurante depot”.

Dijo que la escasez de insumos que contribuye al aumento de precios, también se ha visto en productos como el tequila.

“Se ha escaseado mucho. Incluso algunas marcas como Don Julio y Don Julio 70 no las encontramos. No sé si la producción bajó por la pandemia”.

Como consecuencia, dijo que no les quedó otra alternativa que aumentar un poco sus precios, “aunque no en la proporción que han subido nuestras mercancías e insumos; y consideramos que es mejor subir el costo que mantenerlo, pero sirviendo porciones reducidas”.

Sin embargo, reconoció que están llegando al tope.

“No creo que regresemos a la normalidad este año porque estimamos que el precio de la gasolina va a tardar en bajar”.

Ortiz consideró además que el alza a los salarios ha contribuido a la inflación.

“Gracias a Dios, a pesar de todo, la gente está regresando a comer a los restaurantes. Nosotros tenemos de regreso al 80% de los clientes comparado a como estábamos antes de la pandemia. Y estamos trabajando con menos empleados de los que teníamos”.

Los restaurantes están en aprietos de nuevo ante la carestía de sus insumos. (Getty Images) Crédito: SAUL LOEB | AFP / Getty Images

Trabajan para sobrevivir

Marcos Uriarte, propietario junto con sus hijos del restaurante Emporio Sushi & Mariscos con establecimientos en Downey, Fontana y Orange, dijo que la situación es para preocuparse, pero también requieren de mantener la calma y tratar de ser positivos como cuando comenzó la pandemia.

En la actualidad solo estamos sacando para sobrevivir, porque la asistencia a los restaurantes ha bajado un 20%. Nosotros tenemos clientes locales y aquellos que vienen desde San Diego, pero estos últimos ya no van a venir tan seguido por el precio de la gasolina”.

Y justamente en un esfuerzo por mantener abiertos sus restaurantes en espera de tiempos mejores, dijo que se vieron orillados a aumentar un poco sus precios. 

El restaurantero añadió que sin duda les ha afectado también el aumento de los salarios.

“No es fácil lo que estamos viviendo. Posiblemente baje la gasolina y eso nos ayude. Pero por ahora no estamos haciendo ganancias, solo subsistiendo”.

Marcos Uriarte en la lucha junto con sus hijos por sacar adelante sus restaurantes Emporio Sushi & Mariscos. (Cortesía)

Riesgo de cierre

Se calcula que 90,000 restaurantes y bares han cerrado desde el comienzo de la pandemia, y al menos 200,000 en todo el país permanecen en riesgo de cierre permanente, según la Independent Restaurant Coalition (IRC).

Un reporte del Buró de Estadísticas del Trabajo (BLS) arrojó que el empleo en restaurantes y bares está por debajo de los 824,000 trabajadores con base en los niveles pre pandemia.

Erika Polmar, directora de la Independent Restaurant Coalition, dijo que casi 200,000 restaurantes y sus empleados están esperando recibir subsidios del Fondo de Revitalización, pero están contra reloj con dos años de deuda, múltiples oleadas de covid y precios sin precedentes de los alimentos.

“Los restaurantes independientes y la comunidad de bares están cada vez más desesperados y frustrados porque sus funcionarios electos no los han ayudado”.

Esta semana, más de 11,000 dueños de restaurantes, proveedores, comensales y trabajadores enviaron una carta a la administración Biden, en la que le piden que vuelva a darles financiamiento a través del Fondo de Revitalización para Restaurantes.

En la carta, subrayan, que este programa fracasó en apoyar a las dos terceras partes de los negocios elegibles que solicitaron el subsidio. 

Casi 200,000 pequeños negocios han sido ignorados y ahora 4 de cada 5 de esos restaurantes y bares están en peligro de cerrar permanentemente”, le dicen en la carta a Biden.

Según el reporte de empleos de febrero, aún cuando la industria de los restaurantes y bares está sufriendo, es claro que ha hecho un esfuerzo por aumentar el salario.

El año pasado, los salarios se incrementaron a nivel nacional, en un promedio de 13.4% por semana.

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