Autorizar o no los vientres de alquiler, el dilema que enciende los ánimos en México

En México grupos feministas realizan intensos debates sobre el alquiler de úteros o gestación subrogada por contrato que se ha intensificado en los últimos años y que muchas parejas buscan ese recurso para tener hijos

Autorizar o no los vientres de alquiler, el dilema que enciende los ánimos en México

Vientres de alquiler en México. Crédito: Agencia Reforma

MEXICO.- Grupos  feministas en la capital mexicana se han dividido por primera vez en décadas. Pioneras de discursos en pro del aborto, del matrimonio más allá del sexo, de las cuotas de género y otras de vanguardia por primera vez no se ponen de acuerdo.

La razón: el debate acerca de los úteros de alquiler maternidad subrogada o gestación por contrato  para aquellas personas que quieran tener un hijo por esa vía en la Ciudad de México.

Se va a incrementar la trata de personas para obligar a las mujeres a parir ajeno”, dicen algunas. “Ya es un hecho, hay que regularlo”, dicen otras.

La maternidad subrogada es un contrato a través del cual una mujer acepta gestar para una persona o pareja que tiene la intención de fungir como padres o madres de la niña o niño nacidos de este embarazo.

Después de Tabasco y Sinaloa, la Ciudad de México sería la tercera entidad en el país en permitirla, según avanzan dos iniciativas en el congreso local.

Los proyectos han desatado múltiples manifestaciones de protesta por parte de colectivos feministas que se oponen a esta práctica por considerarla abusiva en contra de las mujeres más pobres que mercantilizan sus cuerpos.

La Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina (Catwlac) dijo frente a la sede del legislativo local que esta práctica se disfraza de “autonomía” y “libertad” cuando en realidad es un negocio redondo en el que intervienen empresas de reproducción humana, agencias, reclutadores, notarios públicos, médicos y hasta proxenetas.

“Se sabe de casos de trata de personas para este fin”, advirtió Teresa Ulloa, directora de la Catwlac. 

En 2017, la ex diputada federal Liliana Madrigal  propuso en regular la subrogación en todo el país para limitarla a situaciones de esterilidad o ausencia de útero de la contratante. Con esas restricciones se evitaría la avaricia para un negocio de este perfil,  pero la propuesta no tuvo eco. 

De igual manera enviaron a la congeladora otra iniciativa que hizo la ex senadora Mely Romero para castigar hasta por17 años de prisión a quienes explotaran a mujeres con este fin. “En Tabasco encontramos casos de esposos que han obligado a sus mujeres a parir para ganar dinero”.

En entrevista anónima con este diario, una pareja de homosexuales cuenta su experiencia sobre las expectativas que tuvieron como padres contratantes. “Pagamos 180,000 pesos (unos 9,000 dólares) a través de una agencia que manejan un catálogo de madres dispuestas a alquilar su vientre con su historial médico, fotografías, perfil laboral y el nivel académico.

Nosotros queríamos una mujer fuerte, muy sana, pero las que tenían con esas características no nos gustaba físicamente y por eso compramos el óvulo de una mujer más atractiva por separado”, reconoce. “Al final todos quedamos a gusto pero desconocemos cuánto le pagaron realmente a la madre.

Las opositoras a la gestación por contrato dicen que las empresas  han hecho de esta práctica un negocio y se quedan con la mayor parte del dinero.  A las paridoras les dan muy poco.

CATWLAC calcula que alrededor de 5,000 niños son gestados en México por esta práctica anualmente y la mayoría son vendidos al extranjero, aún cuando está prohibido por la ley. 

Aimée Vega, analista del Laboratorio Feminista de Derechos Digitales de la UNAM, dice que en una investigación descubrieron que hay algunas agencias que se dedican a intermediar en estos contratos que incluso utilizan el atractivo turístico mexicano.

 “Tienes la opción de llevar tu proceso de gestación subrogada en Cancún. Mientras inicias tu proceso puedes relajarte en este hermoso lugar con clima tropical”, podía leerse hasta hace poco en el promocional web de la empresa Gestación Sustituta de México.

Aunque en el estado de Quintana Roo no esté regulada, el gancho es sol, playa, aventura y bebé por alrededor de 35,000 dólares. Situación similar se vive en la Ciudad de México,  donde todavía no se autoriza la práctica y ya se han multiplicado las páginas que ofrecen servicios de maternidad subrogada y dan “empleo” a mujeres de entre 20 y 30 años.

Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México, realizado por Eleane Proo, calculó que en México la “industria” de la maternidad subrogada obtuvo ganancias por seis mil millones de dólares, y para 2025 se estima que podría aumentar a 27,000 millones de dólares.

A favor

El tema en la legislatura de la CDMX tomó vuelo después de que en junio de 2021 la Suprema Corte de Justicia de la Nación discutió la constitucionalidad del Código Civil de Tabasco, estado del sureste del país que en 1997 se convirtió en el primero en legalizar la práctica.

La SCJN invalidó disposiciones que consideró discriminatorias como los supuestos en que las mujeres gestantes pueden solicitar la custodia; exigir el consentimiento de la pareja de la gestante para firmar un contrato y excluir a personas solteras o parejas del mismo sexo como contratantes del servicio. También dio al alquiler de úteros el carácter de maternidad asistida.

Las iniciativas en el Congreso de la CDMX, presentadas por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el de Regeneración Nacional (Morena), describen la práctica como un asunto médico que busca responder al problema de la infertilidad.

Entre las organizaciones civiles que apoyan la maternidad subrogada se encuentra una de las de mayor influencia en el debate a favor de los derechos de las mujeres: GIRE.

La experiencia internacional ha probado que una adecuada regulación de la gestación subrogada ayuda a proteger los derechos de todas las personas involucradas, en particular de las mujeres gestantes, que son más vulnerables a abusos en contextos desregulados”, argumenta en su estudio público Gestación Subrogada en México.

Prohibir la práctica no la hará desaparecer, advierte. “En cambio, fomentaría que se ofrezca en la clandestinidad, donde el Estado no puede ofrecer protecciones a las partes, vigilar las condiciones de consentimiento de los contratos, ni asegurar que la actuación de clínicas y agencias sea acorde a la ley y a los derechos humanos”.

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