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‘La Trucha de Mamá’, un negocio que nació durante la pandemia y la venció

Abrió su negocio en plena crisis de salud y lo único que ha hecho es crecer. Ahora ya envía productos hondureños a cualquier lugar de EE.UU.

Aliza Baide y su hija Alondra muestran productos de su negocio. (Jacqueline García/La Opinión)

Aliza Baide y su hija Alondra muestran productos de su negocio. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

 Carlos Gómez y su familia llegaron a Long Beach el martes a comprar los productos que tanto añoran de su natal Honduras a “La Trucha de Mamá”, una tiendita de comestibles localizada en la esquina de la Long Beach Blvd., y el Pacific Coast Hwy.

Él y su esposa Yuleidy Morel, residentes de Lynwood, dijeron que se enteraron mediante las redes sociales del negocio, que pese a ser muy pequeñito cuenta con una amplia variedad de productos hondureños exportados directamente y les hace sentir más cerca a casa.

“La malteada era mi matazón allá en Honduras y desde que me vine hace nueve años no había probado una”, dijo Gómez. “Es difícil encontrar estos productos”.

Escuchar estas conversaciones de nostalgia y alegría hacen sentir muy bien a Liza Baide, la dueña del negocio, ya que es cuando confirma que su negocio es importante para su comunidad hondureña.

Baide, de 42 años, comenzó este negocio aproximadamente hace un año, en medio de la pandemia. Decidió comprar una caja de productos comestibles hondureños y venderlos desde el garaje de su casa en Long Beach. Sin embargo, la demanda de clientes aumentó tanto que empezó a causar mucho tráfico en su vecindario y mejor decidió buscar un local comercial.

Comenzó rentando un local compartido. Pocos meses después vio en un negocio de lavado de autos en Long Beach una oportunidad.

“Le dije al dueño que si me rentaba un espacio ahí al lado donde está él, y me dijo que no porque ahí hay alarmas y cuando cierran yo tendría que cerrar mi tienda también, pero me sugirió que me rentaba el pedacito del otro lado”, contó.

Ese espacio era la sala de espera del negocio de lavado de autos. Entonces agregaron una pared para cerrar la mitad de la sala y éste se convirtió en La Trucha de Mamá.

Baide dijo que escogió el nombre del negocio en honor a su madre, quien originalmente pensaba que le ayudaría a manejarlo. Trucha en el español coloquial en Honduras significa una tiendita muy pequeña de las que usualmente ponen las personas en sus casas.

Ella contó que lo que más ha llamado la atención de los clientes es saber que el producto es original y exportado de Honduras.

Estoy casi 100% segura que todo el producto viene de San Pedro Sula porque un hermano mío que está en Honduras trabaja para la empresa que sube los productos al tráiler”, dijo Baide.

Entre las marcas más reconocidas, y que causan nostalgia están las Ricasulas, que son unos chicarrones, las malteadas, el café Oro y El Indio y el cereal Fans.

“Cuando llegan los clientes piensan por dónde van a comenzar porque se quieren llevar todo, Yo he aprendido a captar lo que el cliente quiere”, explicó. “Como una clienta llegó y quería leche [marca] Anchor y no la traíamos, pero ya la mandé a pedir y nos acaba de llegar”.

Liza Baide, dueña de La Trucha de Mamá, ve el futuro con optimismo. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

La inmigrante hondureña dijo que su objetivo es que pese a tener un negocio pequeño quiere que esté bien surtido.

Empresaria de toda la vida

Baide contó que desde muy pequeña ha sido empresaria. Cuando era niña su abuelo le ayudó a poner su primer negocio fuera de su casa vendiendo mangos y naranjas. Desde ese entonces le gustó ganar su propio dinero.

En el 2004 arriesgó su vida para viajar de forma indocumentada por el tren la Bestia para llegar a Estados Unidos y reunirse con su madre. En ese tiempo estaba embarazada de su hija que ahora tiene 17 años.  Dijo que inicialmente extrañaba mucho a su país, la comida y la gente, pero poco a poco se fue acoplando.

Inicialmente trabajó limpiando casas pero su instinto de empresaria regresó y eventualmente puso manos a la obra.

“Tengo mi inventario en Amazon, también tengo mi página web donde vendo mis productos.

A diferencia de algunos negocios que quebraron durante la pandemia, para ella fue todo lo contrario y su negocio prosperó grandemente sobre todo cuando comenzó a incluir su inventario en línea.

“Yo mando producto por todo el país, si alguien quiere me ordena y lo mando”, aseguró Baide mostrando las cajas y pedidos que debía enviar.  

Liza Baide toma una foto a Carlos Gómez y su familia. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

Tomando ventaja de la tecnología

Ella dijo que ha aprendido la importancia de anunciarse en las redes sociales. Su cuenta de Instagram cuenta con más de 5,000 seguidores. También se ha adaptado a los nuevos métodos de pago como Apple Pay, Zelle y hasta acepta lempiras, el dinero oficial de Honduras.

“Yo no me puedo quejar porque a pesar de la pandemia, el meter el inventario en Amazon fue lo mejor”, dijo Baide.

Recalcó que el servicio al cliente es vital. Sabe que aunque un producto sea bueno si el servicio no es bueno los clientes no regresan.

“Uno puede tener sus problemas, pero uno siempre debe dar un saludo o un buen gesto para que la gente no se vaya con una mala impresión”, dijo Baide. “Uno nunca sabe a quién le puede hacer el día”.

Ella explicó que disfruta cuando sus clientes aceptan que les tome una foto la cual ella gustosamente la sube a sus redes sociales. Ellos se van contentos con sus compras y su buen servicio y ella sabe que pronto regresarán.

“Somos como la Coca Cola, los que nos prueban regresan”, aseveró a carcajadas.

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