Estudiantes de cuarto grado trabajan en la producción de cortometrajes

La clase se convierte en un estudio que realiza una película de principio a fin

Estudiantes del cuarto grado graban un cortometraje en clase. (Jacqueline García/La Opinión)

Estudiantes del cuarto grado graban un cortometraje en clase. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

El lunes por la mañana la productora Jayleen Piedragil se encargó de indicar a los actores sus posiciones y líneas para la escena que estaban a punto de grabar. A su alrededor, el grupo de producción con audio, cámaras y asistentes escuchaban atentos las instrucciones.

Todo estaba hecho de una forma tan profesional, pero lo que más llamaba la atención es que este equipo que realizaba una escena del cortometraje “Phone Wants to Play” (El teléfono quiere jugar), no era una compañía grabando escenas de Hollywood; los participantes era un grupo de estudiantes latinos de cuarto grado, de la primaria Martin R. Heninger, en la ciudad de Santa Ana.

Los alumnos son parte de la clase de cine que está bajo la dirección de la maestra Irene Guzmán. El programa está asociado con el grupo Creating Creators, el cual incluye a profesionales de la industria cinematográfica, quienes usan su experiencia para guiar a los estudiantes a través del proceso creativo y técnico de hacer una película.

Guzmán dijo que el objetivo es crear un camino para que los niños puedan experimentar el mundo del cine cuando son pequeños, para ver si les gusta y si es algo que quieren continuar experimentando durante la secundaria y preparatoria.

Jayleen Piedragil (centro) dirige a sus compañeros actores. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

Estudiantes que han participado en la clase de cine en años anteriores han llegado a actuar profesionalmente y han asistido a universidades para aprender cine, dijo Guzmán.  

“Esta es una de las formas de hablar de equidad en Hollywood, porque muchas veces los niños en esta comunidad, ven películas, quieren ser parte de ellas, pero no saben cómo hacerlo”, dijo Guzmán. “Eventualmente pueden llegar a hacer comerciales, trabajo de producción o de post-producción”.

Creando el film de principio a fin

Al inicio del año, los estudiantes estuvieron encargados de escribir sus guiones y los tres con más votos ganaron un lugar para ser convertidos en una película de 3 a 5 minutos de duración. Entre ellos estaba el del estudiante Piedragil, de 10 años de edad. Este alumno dijo que inspiró en su prima Emily, quien de alguna forma es adicta a la tecnología.

“Yo le digo que algo malo le va a pasar si no escucha por estar en la tecnología; así que decidí escribir este guion”, dijo Piedragil.

Añadió que su guión también tiene un mensaje para que los niños aprendan a balancear el tiempo que invierten con los aparatos electrónicos y de esa forma no se vuelvan adictos.

Aseveró que le ha gustado la experiencia de dirigir la película porque ella ya sabe cómo va a terminar, pero le agrada ver cómo va tomando vida con los actores.   

Aarón Gutiérrez, de 9 años de edad, es el antagonista llamado “Teléfono” y también funge como camarógrafo.

“Me encargo de ver la cámara, recibo direcciones de la directora, productora y veo los ángulos de la cámara, los tipos de ángulos y todo eso”, expresó Gutiérrez.

Una vez que terminen la grabación de la película, los estudiantes se encargarán de editarla en el programa Final Cut. Los niños dijeron que se siente muy bien mientras ven el desarrollo de la película, de esa forma llegan a apreciar más el proyecto final. Ambos explicaron que su participación en la clase les ha motivado a incursionar en el mundo del cine en el futuro.

Gutiérrez dijo que sus padres están muy complacidos con su materia ya que esto les permite a los alumnos expandir su conocimiento.

Aarón Gutíerrez y Jayleen Piedragil. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

Polo Muñoz, co-fundador de Creating Creators, dijo que ellos como expertos en el mundo del cine han sabido asociarse con las escuelas para crear proyectos exitosos. Los estudiantes participantes deben aprender acerca de literatura, deben saber escuchar y tener ideas originales.

Una vez que terminan las películas, estas son presentadas ante una audiencia que incluye a los padres de los estudiantes participantes. El objetivo es que los niños aprendan acerca de todo el proceso de la película y eventualmente realicen conexiones que posiblemente les pueda ayudar en el futuro.

“Se trata de inclusión y diversidad”, dijo Muñoz. “La idea es que cuando [un latino] llega a la industria parece que no estamos ahí y no estamos ahí porque no hay una red de contactos y nuestros niños no saben cómo crear conexiones. Eso es algo que aquí también les enseñamos”.

Muñoz agregó que actualmente están trabajando con los grados 4, 6 y 8, así como un club de Después de Clase donde los niños aprenden cómo hacer cine.

“Al final del día los niños van a responder a todo lo que se ve más real”, finalizó Muñoz.

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