La censura de la televisión en directo

En el país que dice respetar la libertad de expresión, la televisión todavía no ha aprendido que la vida no es perfecta

Will Smith golpea a Chris Rock durante transmisión de los Premios OScar 2022.

Will Smith golpea a Chris Rock durante la transmisión de los premios Oscar 2022.  Crédito: Neilson Barnard. | Getty Images

Me escribe un primo desde España para decirme que algunos creen que el bofetón que Will Smith le arreó a Chris Rock durante los Oscar fue actuado porque los dos son grandes actores y nadie se queda sonriendo después de que te dan semejante tortazo en televisión.

Ni fue actuado ni estaba en el guion.

Mientras en medio mundo veían en directo lo que pasó después de ese bofetón, en Estados Unidos no lo vimos. La cadena ABC, que tiene los derechos de retransmitir los Oscar, congeló la imagen y quitó el audio inmediatamente después del tortazo, de forma que no se vio al aire cuando Will Smith regresó a su asiento y le gritó a Chris Rock que quitara el nombre de su esposa de su puta boca.

El comediante acababa de hacer un chiste de mal gusto sobre la cabeza rapada de la esposa de Will Smith, quien padece alopecia.

En los Oscar, al igual que muchos otros acontecimientos que se retransmiten en directo en televisión, no se deja nada al azar. El guion está muy pautado, después de muchas revisiones antes de ser aprobado. Todos en la cabina de realización saben lo que tiene que ir en cada momento y lo siguen al pie de la letra. Si hubiera sido actuado, ABC no hubiera congelado la imagen de lo que venía después del tortazo porque hubiera sido parte del show.

Ni siquiera en el guion se hubiera puesto la palabrota que Will Smith pronunció porque la Academia de Hollywood no la hubiera aprobado y no va con los valores que quiere transmitir la institución. Semejante palabra en inglés está censurada en la televisión en directo estadounidense, especialmente cuando se trata de un programa que se emite en una cadena generalista en una franja horaria donde todavía hay público infantil. Si tal palabra hubiera estado en el guion, se hubiera visto a Will Smith mostrando su enojo y se hubiera silenciado solo esa palabra o se le hubiera puesto uno de esos “bip” característicos cuando se quiera tapar una mala palabra como ha ocurrido tantas otras veces.

La retransmisión de la televisión en directo en Estados Unidos va unos segundos después de lo que realmente está pasando para que el realizador pueda tener control de cortar la emisión si ocurre algo fuera de orden para que no se vea al aire. Esto se implementó en la televisión estadounidense después de que hace muchos años se vio en directo un suicidio después de una persecución.

Las cadenas de otros países que tomaron la señal de los Oscar directamente de la Academia pasaron íntegramente todo lo que ocurrió y que no se vio en ABC.

Cuando vi el tortazo y después se congeló la pantalla, pensé que mi televisor estaba fallando justo en el momento más viral de la noche. Pero cuando supe que no fue solo mi televisor, sino el de todos los millones de personas que vimos la gala en Estados Unidos, recordé que este país no quiere que se vea nada de lo que es incorrecto. O por lo menos, tratan de evitarlo cuando se puede.

Las cadenas generalistas en inglés estadounidenses cuidan mucho lo que se ve al aire. Quieren dar la impresión de que solo hay espacio para el perfeccionismo como señal de que solo se puede dar una buena imagen. No se puede emitir nada que vaya contra la norma. No queda lugar para la improvisación ni para mostrar explícitamente cuando algo malo está pasando.  A eso yo lo llamo censura. No encuentro otra palabra para definir cuando se prohíbe ver lo que no quieren que se vea.

En el país que dice respetar la libertad de expresión, la televisión todavía no ha aprendido que la vida no es perfecta. En los Oscar, como en cualquier otro sitio, también pueden ocurrir errores. Ocultarlos es negar la esencia de la vida misma y pretender que no pasa nada mientras medio mundo ya está enterado riéndose de la perfección de Estados Unidos.

(*) Rubén Moreno es periodista español que trabaja en Estados Unidos. Actualmente es redactor de informativos en Univision Los Ángeles. La opinión aquí expresada es personal y no representa a la empresa en la que trabaja.

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