Cuando el mundo conoció los crímenes en los campos de concentración
Las barbaridades cometidas por los nazis no fueron conocidas en un primer momento, ya que manejaban esta información discreta y disfrazada, pero todo cambió cuando un periódico clandestino de Varsovia publicó el relato de un superviviente

El plan de los nazis era eliminar a todos los judíos. Crédito: Ian Waldie | Getty Images
El 1 de junio de 1942, un periódico clandestino de Varsovia, Liberty Brigade, hizo público la noticia del gaseamiento de decenas de miles de judíos en Chelmno, un campo de exterminio operado por los nazis en Polonia, casi siete meses después de que comenzara el exterminio de prisioneros.
Un año antes, se idearon los medios para llevar a cabo lo que se convertiría en la “Solución final”, el exterminio masivo de judíos europeos: 700 judíos fueron asesinados al canalizar los gases de vuelta a una camioneta utilizada para transportarlos a la aldea de Chelmno, en Polonia.
Esta “furgoneta de gas” se convertiría en la cámara de la muerte de un total de 360.000 judíos de más de 200 comunidades de Polonia. La ventaja de esta forma de exterminio era que era silenciosa e invisible.
Un mes antes de la infame Conferencia de Wannsee de enero de 1942, durante la cual los funcionarios nazis decidieron abordar formalmente la “cuestión judía”, las camionetas de gas en Chelmno se emplearon para matar hasta 1000 judíos al día.
Las furgonetas proporcionaron la “solución final” para Adolf Eichmann y otros asistentes de Wannsee. Estos vehículos para el asesinato masivos fueron el medio más ordenado y sistemático para eliminar a la población judía de Europa.
Finalmente, se emplearon más furgonetas de este tipo en otras partes de Polonia. No se pensó en seleccionar a los “aptos” de los “no aptos” para el trabajo esclavo, como en Auschwitz. Solo había un objetivo: el exterminio total.
El 1 de junio de 1942, la historia de un joven judío, Emanuel Ringelblum, (que escapó del campo de exterminio de Chelmno después de ser obligado a enterrar los cuerpos mientras los arrojaban de las camionetas de gas), se publicó en el periódico clandestino socialista polaco, Brigada Libertad, ahora conocían las “noticias espeluznantes… sobre la matanza de judíos”, y tenía un nombre: Chelmno.
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