El legado de Vincent Chin mueve a construir un movimiento interracial contra el racismo y el odio
Los líderes le apuestan a la unión de todos los grupos para parar la violencia racial y étnica
Hace 40 años, Vincent Chin murió a causa de los golpes que le dieron con un bate de béisbol cuando celebraba su despedida de soltero, en la víspera de su boda en Detroit. Ese acto y el error judicial que siguió, ya que ninguno de los agresores pasó un solo día en la cárcel, marcaron el nacimiento del movimiento de derechos civiles asiático-estadounidense moderno.
Según la autora y activista Helen Zia, hoy en día, los estadounidenses de origen asiático se enfrentan a un clima aún más intenso de odio racista que se dirige a todas las comunidades de color, así como a los judíos y musulmanes.
Durante la videoconferencia “Honrando el legado de Vincent Chin. Fortaleciendo la solidaridad interrracial contra la creciente ola de violencia racista”, organizado por Ethnic Media Services, varios expertos en el tema, hablaron de los esfuerzos para construir un movimiento multirracial de solidaridad y de los planes para conmemorar la muerte de Chin en su 40 aniversario.
Michael German, miembro del Programa de Libertad y Seguridad Nacional del Centro Brennan para la Justicia, dijo que cuando la gente escucha sobre los crímenes de odio, típicamente piensan en un tiroteo masivo, donde un supremacista blanco cometió el crimen.
“No entienden que el supremacismo blanco es más amplio que eso, y que el racismo es más común en nuestra sociedad”.
Dijo que el racismo contra los asiáticos data desde el Acta de Exclusión China que los veía como una amenaza para Estados Unidos.
“A través del asesinato de Vincent Chin, podemos examinar lo que sucede hoy, porque entonces no teníamos gente usando las capuchas del Ku Klux Klan y partes de la organización criminal de los supremacistas blancos”.
En lugar de eso, dijo que existía un medio ambiente perverso donde no se hablaba de extremistas sino de las noticias diarias acerca de como Japón competía con EE UU y cómo se robaba los empleos para sus centros fabricantes de carros.
“Era una forma conveniente para la gente en el poder, de crear un chivo expiatorio”.
German hizo ver que la severa escalada de crímenes contra los asiático americanos es parte de la misma retórica que habla de la amenaza que posee China, como si la pandemia fuera su culpa.
“No solo son extremistas sino miembros del Congreso, senadores que alegan sin evidencias que el coronavirus fue un arma de guerra de China, enviada intencionalmente a Estados Unidos”.
Y recordó como en la Guerra contra el Terrorismo, después del 911, se creó una comunidad sospechosa en la que se incluía a los musulmanes, musulmanes americanos y a muchos asiáticos.
“Es difícil saber si el problema del odio se ha incrementado porque la información es tan pobre, y el gobierno refuerza la noción de que la supremacía blanca es parte de nuestra cultura”.
En 1990, el Congreso aprobó el Acta de Estadísticas de los Crímenes de Odio que requiere que el Departamento de Justicia colecte información precisa sobre los crímenes de odio.
“En vez de eso, el Departamento de Justicia respondió diciendo que las agencias policiales reportan voluntariamente, y eso ha probado ser una mala metodología”.
El legado de Chin
Helen Shia, activista de las comunidades LGBTQ, AAPI, autora y periodista veterana, dijo que los últimos dos años y medio, han sido increíblemente intensos para los estadounidenses de origen asiático, incluso desde antes de que hubiera un solo caso de coronavirus.
“Las comunidades asiático americanas estaban sintiendo el aguijón del acoso y la violencia. Y es muy escalofriante, mirar 40 años atrás. Los 80 eran un tiempo de crisis económica increíble, la inflación alcanzaba 20%; veníamos de una crisis de petróleo que comenzó en 1970, y llevó al colapso de la industria de los carros y de la manufactura.
“El gobierno de Ronald Reagan estaba enfocado en desmantelar las redes de seguridad social, como el desempleo, los cupones de alimentos y todas esas cosas, y la sociedad estaba sufriendo”.
Comentó que muchas veces en la historia, los asiático americanos han sido culpados de las crisis económicas.
“Lo que hizo que el ataque y el asesinato de odio contra Vincent Chin fuera más indignante, fue que sus asesinos fueron dos trabajadores blancos de la industria de autos de Detroit”.
Y a la hora de sentenciarlos por un crimen de odio del que fueron testigos más de 70 personas, el juez no los mandó a la cárcel sino que les dio libertad condicional.
“Fue escandaloso porque no había ninguna duda en las mentes de todos, que si los asesinos hubieran sido afroamericanos o asiáticos, hubieran ido a la cárcel por largo tiempo. La injusticia fue grande y vimos el nacimiento de un movimiento de derechos civiles en el que había gente de todas las razas”.
Comentó que hoy en día tenemos más de 11,000 incidentes de odio reportados contra los asiáticos.
“40 años más tarde en unas semanas, vamos a tener una demostración y una serie de eventos de conmemoración en VincentChin.org”.
Pero dijo que esperan no solo recordar lo que pasó hace 40 años sino las lecciones que trajo la unión de gente diversa ante la violencia étnica.
“Si pudiéramos romper estas barreras divisorias y unirnos, seríamos la mayoría de personas de color, personas de conciencia, en movimientos que defienden la justicia, la paz y la seguridad en Estados Unidos”.
Ese es el legado, dijo, que están tratando de recordar en este 40 aniversario del legado de Vincent Chin.
Los atacantes son blancos
John C. Yang, presidente de la organización Asian Americans Advancing Justice, dijo que el asesinato de Chin dejó una gran desesperanza en la comunidad asiática debido a la falta de justicia.
“Después de su asesinato, por primera vez, todo tipo de grupos étnicos dentro de la comunidad asiático americana se unieron históricamente; y se formó la National Asian Pacific American Bar Association, una organización formada para tener una voz en Washington D.C.”
Dijo que de la tragedia de Chin surgió una gran fortaleza, lo mismo que está pasando con el enorme repunte de la violencia contra los asiáticos, del asesinato de George Floyd y de 10 afroamericanos en Buffalo.
“Un estudio del verano pasado de la Universidad de Michigan muestra que el 75% de los atacantes de los asiático americanos son hombres blancos; y si bien ha habido unos pocos afroamericanos, estos no representan al porcentaje de la población afroamericana”.
Una de las cosas que van a hacer, es una marcha el 25 de junio en Washington D.C. donde van a llevar a gente de todas las razas para mostrar unidad.
“Queremos dejar en claro que estamos en esto todos juntos. No es solo la comunidad asiático americana sino la comunidad afroamericana, nativo americana, hispana, LGBTQ y blancos”.