Falta de vivienda accesible, uno de los problemas de las personas sin hogar en Los Ángeles
Una investigación de las 30 áreas más pobladas en Estados Unidos revela que no solo las adicciones y los problemas mentales son los retos de la indigencia
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La falta de vivienda es un problema en áreas metropolitanas. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia
Un nuevo libro titulado “Homelessness is a Housing Problem,” (La indigencia es un problema de vivienda), analiza uno de los problemas principales que contribuyen al problema; el costo y la disponibilidad de viviendas.
Pese a que algunos factores son salud mental y la adicción a las drogas en ciudades de la costa oeste como San Diego, Los Ángeles, San Francisco, Portland y Seattle, la falta de vivienda se ha convertido posiblemente en el problema de política pública más importante, explicó Gregg Colburn, co autor del libro.
El escritor y asistente de profesor en la universidad de Washington dijo que entre los datos más importantes que se descubrieron fue que el costo de la vivienda y la disponibilidad de la vivienda medida por las tasas de desocupación, son el mayor indicador de si una comunidad tendrá altas tasas de personas sin hogar.
En el condado de Los Ángeles hay aproximadamente 56,000 desamparados, mientras que en el condado de King, Washington hay 11.200 y, 4,000 en el condado de Multnomah, Oregón.
En todos los lugares las personas sin hogar tuvieron una tasa similar per cápita; Los Ángeles cuenta con 6 personas sin hogar por cada 1,000 residentes y los otros tres condados más pequeños cuentan con 5 personas sin hogar por cada 1,000.
Colburn y Clayton Page Aldern, el otro escritor del libro, investigaron si la pobreza es una causa de la falta de vivienda. Pese a que la respuesta es sí, también se descubrió que la falta de accesibilidad produce la falta de vivienda.
Se dio como ejemplo Detroit, Michigan, una de las ciudades más pobres en todo el país pero que cuenta con muy pocas personas sin hogar en términos relativos.
“No es que Los Ángeles, San Francisco y Seattle tengan más personas pobres, más personas adictas, más personas con enfermedades mentales. Lo que pasa es que cuando tienes otros factores de riesgo y vulnerabilidad, o vives en un lugar con viviendas que no son accesibles, se produce la falta de vivienda”, dijo Colburn.
Agregó que al enfocarse en los factores individuales—como la salud mental y drogas—se pasa por alto el impulsor subyacente lo que continúa perpetuando el problema.
El libro abarca 30 áreas metropolitanas más grandes del país. El escritor indicó que Los Ángeles y otras ciudades similares costeras son áreas metropolitanas con viviendas muy estrechas.
Añadió que de por sí es difícil encontrar una vivienda cuando alguien tiene un buen trabajo y buena salud.
“Y por lo tanto, si eres pobre o tienes una enfermedad mental o eres adicto en Los Ángeles, es realmente difícil hacer que las cosas funcionen”, indicó Colburn.
Posibles soluciones
Otro dato relevante que se descubrió, es que en Los Ángeles y otras ciudades de la costa oeste, la prevalencia de personas sin hogar es mayor que en la costa este debido a su sistema de refugio más sólido.
Colburn indicó que en la costa este se trasladan más rápido a los desamparados a los sistemas de refugios que, pese a no ser tan agradables, mantienen a las personas fuera de las calles.
“El desafío para Los Ángeles, en mi opinión, es cómo lidiar con la crisis de personas sin hogar, que es indignante en este momento, y al mismo tiempo enfocarse en la solución a largo plazo, que es construir viviendas, lo que lleva tiempo”, dijo Colburn. “Así que tienes que lidiar tanto con el corto como con el largo plazo, lo cual es difícil”.
Agregó que lo más importante es pensar en la construcción de más viviendas y la zonificación; además de trabajar en la política pública a nivel federal, estatal y local para garantizar que haya recursos adecuados para garantizar que las personas con ingresos más bajos puedan pagar una vivienda.
Colburn subrayó que el mercado privado en este momento no está produciendo viviendas que sean accesibles para una gran parte de la población. Por lo tanto hay una necesidad de soluciones de política pública, ya sea en términos de otorgar subsidios a las personas para ayudarlas a pagar una vivienda o que el gobierno desempeñe un papel más importante en la construcción de viviendas.
“Algo que sea más accesible para las personas que solo pueden pagar $600 o $700 al mes y no los $2,000 o $2,500 que está costando a muchos en muchas ciudades”, recalcó Colburn.