Caro Quintero y “Don Neto” usaban a policías judiciales como escoltas, choferes y hasta meseros

Documentos judiciales contienen el testimonio de Víctor Manuel López, un expolicía judicial que servía para los narcotraficantes del Cártel de Guadalajara

Policías judiciales de Jalisco

Los capos del narcotráfico contaban con los servicios de los agentes a cambio de sobornos. Crédito: AFP / Getty Images

Antes de su arresto en la década de los 80, los narcotraficantes Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, fundadores del Cártel de Guadalajara, eran prácticamente intocables.

La inmunidad de la que gozaban en México se debía a los millonarios sobornos que entregaban a las autoridades estatales y federales, principalmente a la Policía Judicial de Jalisco, así como la Dirección Federal de Seguridad (DFS).

De esta manera, los capos del narcotráfico contaban con los servicios de los agentes, quienes les servían como escoltas e informantes, aunque también llegaron a utilizarlos como choferes y hasta meseros.

Así lo revelan expedientes judiciales a los que el sitio La Silla Rota tuvo acceso, en donde se detalla que, incluso, el entonces Secretario de Gobernación Manuel Bartlett, así como el gobernador de Jalisco, Enrique Álvarez del Castillo, tenían conocimiento de estos hechos.

Los documentos contienen el testimonio de Víctor Manuel López Razón, quien en 1985 se desempeñaba como jefe del Grupo de Homicidios de la Policía Judicial de Jalisco.

Durante sus primeros años en la dependencia y conforme fue ascendiendo, presenció diferentes anomalías, como el asesinato de un elemento de la Secretaría de Gobernación y distintas personas a manos de policías judiciales.

El encuentro con “Don Neto”

Posteriormente comenzó a recibir hasta 300 mil pesos de parte de algunos de sus jefes a cambio de algunos “trabajos”. Finalmente, en 1984, el Comandante Gabriel González González lo llevó con Ernesto Fonseca Carrillo, alias “Don Neto”.

“Gabriel González González le indicó que lo acompañara a visitar a unas personas, abordando el vehículo propiedad del Comandante… Durante el recorrido le manifestó que las personas que iban a ver eran amigos de él y que ‘si no se metían con ellos, ellos tampoco se meterían con él´”, señala el expediente.

“Cuando llegaron a la casa Fonseca les dio un trago, y el Comandante González recomendó al declarante con el propio Ernesto Fonseca, diciéndole que se trataba de una persona ‘seria’ y que estaba dispuesta a ayudarlos brindándole protección personal”, añade el documento judicial.

Al aceptar ser el escolta de “Don Neto”, Víctor Manuel se fue ganando la confianza del narcotraficante, lo que le permitió organizar bodas y fiestas en las que acudía la cúpula del cártel, incluido Rafael Caro Quintero, así como diferentes políticos y mandos judiciales.

Estos eventos, donde abundaban los alimentos gourmet, así como bandas y mariachis, eran atendidos por los policías judiciales, quienes servían tanto de escoltas como de meseros, por lo cual recibían una buena cantidad de dinero.

Aunque los sobornos eran continuos, Víctor Manuel López aseguró, en su declaración, que el dinero que recibía él o el personal a su mando, era inferior al que recibía el Comandante Gabriel González González, quien llegó a percibir entre 500,000 pesos y un millón que el propio Fonseca Carrillo le entregaba cada mes o cada dos meses.

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