Ozomatli celebra su unidad con ‘Marching On’

El nuevo álbum conmemora sus 27 años de carrera musical

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Ozomatli ha cambiado con los años. Ha evolucionado y revolucionado su sonido, ha colaborado con un sinfín de artistas y no se ha limitado a la hora de experimentar con ritmos nuevos. Pero hay algo que sigue igual.

“Todo cambia”, dijo Ulises Bella, uno de los vocalistas y músico a cargo del saxofón, la melódica, el clarinete, la guitarra, el requinto y los teclados de la banda. “Pero hay causas que son importantes para el grupo, y cuando hay una protesta o un concierto para recaudar fondos ahí estamos nosotros”.

La banda nació de forma espontánea en 1995 en Los Angeles, cuando un grupo de chicos de razas y culturas diferentes se conocieron cuando estaban apoyando a un grupo de trabajadores que querían formar un sindicato. En cada protesta o marcha, este grupo aparecía con sus instrumentos y creaba tal algarabía que era imposible que pasaran inadvertidos. Desde entonces, Ozomatli es uno de los símbolos de la lucha social en la ciudad.

“A mediados de los noventa era el movimiento zapatista, la lucha contra la guerra”, dijo. “Ahora todo ha cambiado, pero siempre hay algo nuevo; con Trump eran movimientos para protestar por la separación de las familias, el maltrato a los inmigrantes”.

Han sido 27 años desde que la banda irrumpió en la escena, y lo celebra este año con la edición de “Marching On’, un álbum que deja de manifiesto que uno de los triunfos más importantes del combo es precisamente seguir juntos y en la marcha después de tantos años.

“Hemos ganado Grammys, [premios] Billboard, hemos hecho giras con Santana, con Maná y viajado por todo el mundo”, dijo Ulises. “Luego de todo esto todavía somos hermanos y estamos tocando juntos; podemos cenar juntos, nos reímos, podemos hacer chistes […] Hemos buscado la manera de resolver los problemas de una manera sana y sin odio”.

Pero sobre todo, “amamos tocar música, amamos esa parte de Ozo”, dijo.

El disco, una mezcla todos los sonidos que suelen incluir –rap, reggae, hip hop, cumbia, folk, son jarocho, rock y salsa–, fue producido por David Garza, quien ha trabajado con figuras como Fiona Apple; cuenta con la colaboración de artistas como B-Real, Gaby Moreno, Lisa Lisa y la banda J.J. Fad. Se trata del primer disco desde “Non-Stop: Mexico to Jamaica”, editado en 2017.

A diferencia de otros álbumes, Ulises considera que éste integra instrumentos con sonidos más sofisticados y un poco más rebuscados.

“No sé si es porque el grupo es más maduro –ya tenemos 27 años de estar juntos–, o porque cambiamos la manera como producimos la música”, dijo. “Algunas canciones son diferentes, pero otras tienen la firma de Ozo”.

La intención, dijo, era dar a sus seguidores un poco de música nueva y un poco de lo clásico de la banda, “porque si les das solo nuevo a veces no les gusta, y si solo les das viejo dicen ‘estos nunca cambian'”.

La inspiración, dijo, sigue siendo la misma: la fiesta, los derechos de los inmigrantes, los ataques a la clase trabajadora y la diversidad racial en Los Angeles.

“Como los ataques a los eloteros, por ejemplo”, dijo. “Cuando veo esas cosas en la calle digo que hemos perdido nuestra humanidad, pero hay otras que me hacen tener fe”.

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