Vivir en áreas rurales no significa tener que ‘vivir en un basurero’

Residentes del Valle del Antílope luchan y esperan que las autoridades volteen a verlos en su lucha contra la contaminación

Residentes del área de Lake LA están cansados de vivir en medio de la basura. (Suministrada)

Residentes del área de Lake LA están cansados de vivir en medio de la basura. (Suministrada) Crédito: Erika Schwerdt | Cortesía

El domingo por la mañana el sendero de Barrel Springs, en Palmdale, daba literalmente una calurosa bienvenida a los ávidos deportistas que pasaban para ejercitarse por sus casi tres millas de camino.

Para cualquier visitante esta puede ser considerada un área recreacional espectacular con árboles Joshua y arbustos de creosota, que tienen más de 200 años de existencia. Pero para residentes locales y activistas medioambientales como Erika Schwerdt, este es el resultado del trabajo que han estado realizando por años para limpiar las áreas recreacionales y comunidades del Valle del Antílope.

Schwerdt, de nacionalidad mexicana, vivió en Rialto en el condado de San Bernardino con su familia cuando era adolescente. Con la expansión de las grandes bodegas se empezó a ver que los camiones dejaban basura tirada cerca de los vecindarios y la autopista. La joven activista dijo que esto era muy desagradable para ella.

Tiempo después se mudó al este de Los Ángeles donde conoció al que ahora es su esposo, Roberth J. Schwerdt, y fue en ese momento cuando decidió mudarse al Valle del Antílope, de donde él es nativo. Poco se imaginaba la joven que iba a encontrar problemas más graves de basura y contaminación que los que había experimentado en su adolescencia.

“Al cruzar la calle de donde vivía había mucha basura y llantas”, contó Schwerdt. “Yo las quería quitar pero no sabía si podía atravesar la propiedad. Pasó un año y medio y ahí seguían hasta que llegó una [vecina] y me dijo si le quería ayudar a limpiar. Llenamos botes de basura, echamos las llantas en su camioneta y las llevamos a un evento que tenían para recoger basura voluminosa”.

Residentes del área de Lake LA muestran las condiciones de la zona. (Suministrada) Crédito: Erika Schwerdt

Desde entonces se empezó a involucrar en su comunidad de Lake LA, a unas 20 millas al este de Palmdale, donde comenzó a notar que el problema de contaminación del Valle del Antílope iba más allá de la basura al cruzar la calle.

Los residentes no tienen acceso a vertederos cercanos para tirar sus desechos voluminosos o de construcción; muchos se rehúsan a viajar largas distancias para evitar gastar gasolina, así que tiran la basura en áreas abiertas como Barrel Springs.

Los camiones de basura no llegan a las áreas no pavimentadas de la zona, aunque la gente tuviera dinero para pagar su cuota mensual. Otros, hasta el momento, no tienen dinero para pagar los aproximadamente $100 de cuota que se cobra para que se recoja la basura cada mes.

Muchos han buscado sus propias opciones como quemar los deshechos en sus patios traseros o utilizar como vertedero el sendero de Barrel Springs y otras áreas similares al aire libre.

Schwerdt, quien eventualmente comenzó a trabajar como organizadora comunitaria con Strength Based Community Change (SBCC) —entidad dedicada a empoderar a las comunidades para que luchen por la justicia social y la equidad—, dijo que hay personas que desconocen del valor de la naturaleza a su alrededor. Pero esto afecta severamente a residentes del área ya que sus lugares al aire libre son limitados.

“Vivir en un área rural no significa vivir en el vertedero”, aseguró la angelina de ascendencia mexicana de 33 años.

Justice40 la medida para mejorar las comunidades

En el 2021 la Casa Blanca anunció un ambicioso plan, único en la historia de la nación, donde se propone que el 40% de los beneficios generales de ciertas inversiones federales lleguen a las comunidades desfavorecidas que están marginadas, desatendidas y sobrecargadas por la contaminación.

La Ley de Reducción de la Inflación (Inflation Reduction Act ) fue aprobada la semana pasada por el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Ahora la medida está en espera de la firma del presidente Joe Biden, quien ha sido partidario de la propuesta.

Barrel Springs trail es un sendero de casi tres millas que la comunidad se encarga de mantenerlo limpio. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

Mientras esto sucede, en California el asambleísta Isaac G. Bryan presentó el proyecto de ley AB 2419 o Justice40 de California, el cual dirigiría los fondos de infraestructura recibidos por California, del gobierno federal, a las comunidades perjudicadas por décadas.

La medida pide dirigir el 40% de los fondos federales de infraestructura a las comunidades desfavorecidas y de bajos ingresos, así como para crear un Comité Asesor de Justice40.

Al destinar fondos para las comunidades que califican, la AB 2419 garantiza que más californianos obtengan las recompensas económicas y ambientales de una infraestructura moderna y sostenible.

Bryan explicó en un comunicado que casi el 60% de todos los californianos viven en comunidades desfavorecidas y de bajos ingresos, comunidades que son desproporcionadamente de comunidades negras, latinas e indígenas.

“Históricamente, nuestros vecindarios han visto pasar inversiones e infraestructura sostenible. Para 23 millones de californianos, la AB 2419 cambiará esa narrativa al crear oportunidades económicas y elevar voces históricamente silenciadas en todos los espacios donde se toman decisiones”, dijo Bryan. “La Ley California Justice40 significa un futuro más saludable, inclusivo y sostenible para todos nosotros”.

En Palmdale más del 60% son latinos y en Lake LA el 56% son latinos.

Instituto de análisis avala la AB 2419

Un estudio publicado la semana pasada reveló que 6 de cada 10 californianos, o 22.9 millones de personas, viven en comunidades que tendrían prioridad para la inversión en infraestructura.

El estudio realizado por el Instituto de Políticas de Equidad de Género (GEPI) analizó los impactos potenciales de la AB 2419, e indicó que condados rurales como Central Valley y el norte de California beneficiarían hasta 7 de cada 10 residentes.

Erika Schwerdt, su esposo Robert Schwerdt y sus dos hijas. (Jacqueline García/La Opinión) Crédito: Jacqueline García/La Opinión | Impremedia

Schwerdt indicó que su grupo y su comunidad esperan ansiosos que esta medida sea aprobada, ya que si llegan más fondos a su área se podría invertir más dinero para poder obtener más contenedores para tirar la basura. Adicionalmente, se podría obtener mejor acceso al agua -todavía algunos hogares utilizan agua de pozos-, se mejorarían las carreteras y habrían más calles limpias.

“Antes hacíamos paseos en caballos y bicicletas, pero ya no se pueden hacer porque las calles son muy peligrosas, a los caballos se les entierran los fierros en sus patas y las bicicletas terminan con las llantas ponchadas”, dijo la activista.

La ayuda sería tan importante y vital que, según la activista, hasta se podría llegar a tener una piscina local adentro de un centro comunitario y algún parque al norte del área.

Pero sobre todo los niños dejarían de ver grandes piezas de basura tirada que incluso contienen materiales peligrosos como deshechos de material de construcción con asbesto o botellas de jeringas usadas.

“Cuando vimos que el asambleísta Bryan sacó la propuesta de ley, nos dimos cuenta que a nosotros nos va a afectar y debemos luchar por tener un grupo que nos represente”, explicó Schwerdt. “Nosotros somos parte del condado de Los Ángeles, pero no recibimos los mismos beneficios que en las ciudades”.

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