Cuidar a una persona con Alzheimer requiere de mucho amor y paciencia

Según la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos, aproximadamente 13% de los hispanos mayores de 65 años tienen este padecimiento u otro tipo de demencia

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Aproximadamente 5 millones de personas en Estados Unidos en edades comprendidas entre los 60 a 70 años sufren de Alzheimer.  Crédito: Getty Images | Getty Images

Violeta Olivares recuerda que empezó a notar un comportamiento extraño en María, su hermana mayor, cuando ella tenía como 58 años.

“Me di cuenta que abría y cerraba su bolsa con frecuencia. Le pregunté si buscaba algo, y me dijo que no. Luego empezó a aislarse, a tener cambios de humor. La llevamos a un psicólogo porque había cosas que no encajaban”.

Violeta dice que cuando llegó el diagnóstico, de que su hermana estaba en las primeras etapas de Alzheimer, fue una catástrofe. 

“Aquí en este país, te dicen las cosas en frío. MI hermana estaba sola cuando le dieron la noticia. Salió histérica y llorando de la oficina del doctor”.

Cuando Violeta se encontró con su hermana, recuerda que se abrazaron muy fuerte.

“Me confesó su miedo a no saber un día quién era ella, y me pidió que nunca la dejara sola”.

Agrega que antes de que la diagnosticaran con el Alzheimer, tenía poco descanso y no dormía bien.

Su hermana, casada y madre de dos hijos, siguió con su vida normal, yendo a su trabajo en una compañía de armamentos para el gobierno en el condado de Los Ángeles.

Durante los primeros meses del Alzheimer, su hermana tenía altas y bajas.

“Me acuerdo que le ayudó mucho hacer un viaje a Chile, y ver a la familia y a los amigos. Regreso muy bien, pero luego tuvo un retroceso. Y cuando por seguridad, le empezaron a quitar los cuchillos en la cocina, le afectó mucho porque se sintió mutilada como en una cárcel al no poder cocinar”.

Poco a poco, Violeta comenzó a estar más cerca de su hermana.

“Su familia no sabía cómo lidiar con el Alzheimer. MI hermana desconoció a su esposo, y muchas veces me llamaban en la medianoche para que fuera a verla porque estaba en una crisis”.

Violeta corría a ver a su hermana, al escucharla llorando por el teléfono.

“Era un llanto de dolor y tristeza. Yo llegaba a su casa, y me la llevaba a pasear. Le decía, vamos afuera. Eres mi hermana. Ella quería salir, y no la dejaban. Nosotros conversábamos por horas”.

Pero las cosas empezaron a ponerse peor.

“De plano, una vez mi cuñado me habló a las 11 de la noche para decirme que no podía solo. La verdad que nadie está preparado para el Alzheimer. Tienes que leer libros y estudiar para no hacer sentir mal a la persona que lo sufre”.

Dice que tampoco es conveniente cambiarlas de su entorno. “Nosotros inconscientemente lo hicimos. Fue un abuso”.

Y relató que llegó un momento en que su hermana ya no pudo trabajar ni manejar.

“Los cambios aunque paulatinos fueron muy bruscos”.

En la actualidad, María tiene 69 años, lleva 8 años con el diagnóstico del Alzheimer. Violeta, su hermana se convirtió en su cuidadora principal.

“Yo la cuido de las 2 de la tarde a las 8:30 de la noche cuando la dejó acostada”.

María está en la cuarta fase de Alzheimer, y el reporte de los médicos es que puede vivir muchos años en esa etapa, pero no hay nada cierto.

“Es como una niña y una muñeca. Cuando llegó me pregunta, ‘mijita, ¿ya llegaste?’ Le recuerdo que soy su hermana y que la vine a ver y a cuidar. Cuando me voy a ir, me pregunta, ‘por qué te vas’; y cuando me dice, ‘no me dejes’, me mata y me parte el corazón”.

Violeta dice que sus partes de sus tareas hacia su hermana son bañarla, darle de comer, pintarle el cabello, lavarle los dientes, cambiarle el pañal y hasta maquillarla.

“Cuando vamos a comer, la animó diciéndole que ella va a comer solita, porque la niña es grande. Yo me preocupo de que mastique bien sus alimentos”.

Y dice que su hermana no sufre de nada. “No es agresiva. Es tranquila. Yo le canto muchas canciones con letras que invento con respecto a la vida de ella. Ella solo se me queda mirando”.

Violeta Olivares cuida a su hermana María, quien sufre de Alzheimer. (Cortesía

No le desea a nadie tener un familiar con Alzheimer. 

“Es duro enfrentar la noticia. Al principio es muy difícil. Se hacen las cosas equivocadamente. Hay mucho dolor, pero luego viene la aceptación y hay que buscar ayuda y ejecutar con mucho amor y paciencia. Yo a veces quisiera poder dar vuelta al calendario para que la vida le diera más tiempo a mi hermana, de vivir sin Alzheimer”

De acuerdo a la Asociación del Alzheimer de California, capítulo sur, los hispanos son 1.5 veces más propensos a sufrir Alzheimer u otra demencia que los blancos, y es más probable que sean diagnosticados tardíamente.

También casi tres de cada diez hispanos (28%) no creen que vivirán lo suficiente para desarrollar Alzheimer u otra demencia.
Es importante notar que aproximadamente dos tercios de los cuidadores son mujeres; y un tercio son hijas de esas personas.

Según la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos, aproximadamente 13% de los hispanos mayores de 65 años tienen Alzheimer u otro tipo de demencia.

¿Podemos hacer algo para prevenir el Alzheimer?

La Asociación de Alzheimer señala que la alta presión, la diabetes y el colesterol alto puedan aumentar el riesgo de desarrollar Alzheimer; y lo que puede ayudar a bajar el riesgo es practicar ejercicio con regularidad ya que oxigena el flujo y las células en el cerebro. 

Una dieta que ayuda a reducir el riesgo de Alzheimer consiste en limitar el sodio, los azúcares, las bebidas azucaradas y  carnes rojas, y que enfatiza el consumo de vegetales, frutas, lácteos bajos en grasa, granos enteros, pescado, pollo, frijol, semillas, nueces, aceite de oliva y otros aceites saludables.

Se recomienda mantenerse social y mentalmente activo. Algunas actividades que reducen el riesgo son: leer, aprender idiomas extranjeros, tocar instrumentos musicales, ser voluntario en la comunidad, participar en grupos deportivos, tratar nuevas actividades y hobbies y mantener una vida social activa.

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